No es malo, pero no es suficiente. Eso resume perfectamente lo que voy a desgranar en unas pocas palabras.
Porque de Parkway Drive siempre puedes esperar más. No en balde estamos frente a una de las bandas más grandes de metal moderno de la última década. Incluso de las dos últimas décadas si rizamos el rizo, pero si es verdad que fue tras Atlas (2012) cuando la carrera de los Aussies sufrió una sacudida de popularidad. Su nombre cada vez fue mayor en los festivales, sus giras registraron cifras cada vez mayores.
Pero poco a poco, los australianos fueron abandonando el metalcore melódico a favor de nuevas tendencias. Algo de groove y mucho de metal alternativo. Algo así como el metal del siglo XXI, la modernidad, algo que sin duda convenció a la mayoría. Pues IRE (2015) y Reverence (2018) fueron acogidos muy cálidamente tanto por fans como prensa. La fusión de auténticos himnos con otras canciones más oscuras y más eclécticas completaba unos discos totalmente disfrutables.
Pero entonces llegó Darker Still. El abandono del metalcore y sus fundamentos es total. Pero incluso el metal moderno que han abanderado los últimos dos lustros también ha pasado a un segundo plano. Pues Parkway Drive tiene más sabor Sabaton que a Parkway Drive. Sí, seguramente estas nuevas canciones serán “buenas” sonando frente a miles de asistentes en los grandes festivales. Pues es evidente que la banda de McCall solo está pensando en ganar popularidad.
I aquí reside el principal problema de Darker Still. No suena a Parkway Drive. Puedes mutar y evolucionar, pero sin perder tu esencia. Reverence fue un disco variado y de estilo más mainstream, pero “Prey”, “The Void” y otras muchas piezas de ese disco, tenían la pura esencia de los surferos.
Darker Still es un buen disco si lo tomas con cierta perspectiva. Pero si lo tomas con la perspectiva de la banda que lo compone es mediocre. Hay pequeñas pinceladas que te recuerdan quienes fueron, como el trabajo melódico de “Ground Zero”, pero es curioso como cuando entra el estribillo que me parece que esté escuchando un disco de Lordi… “Like Napalm” ya nos muestra este nuevo heavy metal a lo Sabaton.
“Glitch” es más musculosa, con aroma industrial, algo más digna pero queda difuminada en un mar de sin sabores en parte por culpa de un estribillo demasiado fácil. Poco a poco van pasando sin pena ni gloria todas las canciones, incluso podemos escuchar la primera balada de la banda. La homónima “Darker Still” es lenta y aburrida en partes iguales.
Quizás buscaban ganchos para cantar, quizás… ni idea de lo que andaban buscando. Pero repito, sin ser un disco malo, no es suficiente. Suficiente y desando que no repitan la propuesta, pues vivir de rentas pasadas no sería un buen futuro para una banda como Parkway Drive, símbolo del metalcore melódico.