Pattern-Seeking Animals – Pattern-Seeking Animals

Disfruté ampliamente a los Spock’s Beard hasta que se largó el enorme Neal Morse. La magia de ese grupo se mantiene en el enorme vocalista-teclista pero la trayectoria del grupo se fue difuminando poco a poco. Ahora reaparece parte de la formación con nuevo proyecto: Pattern. Aquí encontramos los nombres de Ted Leonard, Jimmy Keegan y Dave Meros. Unieron su talento junto al de Joe Boegehold en tareas de producción intentando crear una música progresiva que huya de estructuras intrincadas, sea más directa y que vete a lo recargado. El objetivo es darle la justa medida a las canciones, y el resultado no está mal, pero a estas alturas, y con el currículum de los miembros del grupo, la cosa estaba de veras complicada. Se consiguen los objetivos, pero para nada superan a mucho material del estilo que está saliendo últimamente.

Destaca ante todo el sonido acústico y real de todos los instrumentos, la delicadeza y la combinación de momentos tristes, con potencia de guitarras y presencia de sintetizadores. Bien Ted Leonard a las voces y grande el productor en los arreglos sintetizados, aunque temas como la inicial “No Burden Left to Carry” no terminan de enamorar, tras muchas escuchas, y eso que hay calidad y mimo en composición y ejecución. Combinan canciones de alto minutaje con temas mas cortos y directos, caso de “The Same Mistakes Again”. Aquí hay unos bellos arreglos orquestales para una balada con pegada y dotada de bonitos juegos vocales. Los coros del resto del grupo le dan la réplica a un Leonard que se destapa aquí como un cantante de voz personal y efectiva para el prog.

A pesar de la calidad los temas suenan algo previsibles y transitan senderos por los que difícilmente vas a poder destacar. Seguro que puede ser impresionante escuchar en directo “Orphans of the Universe” pero en estudio suena un poco a material sobrante del disco Snow (2002) de Spock’s Beard. Los más de diez minutos de duración permiten al grupo navegar por todo tipo de aguas, aunque siempre calmadas y evocadoras. Y es que el grupo queda instalado en el medio tiempo, en la melancolía bella, y queda más que claro que Joe Boegehold es la pieza clave, uniendo y dirigiendo al resto. Suben las pulsaciones en “No One Ever Died and Made Me King” en una de las composiciones más inspiradas y contundentes de disco, acercándose al hard rockpero manteniendo la vena proggie. Destaca la gran labor tras los parches de un inspirado Jimmy Keegan.

Balada con voces femeninas invitadas dando color a la balada “Fall Away”, también de lo mejor de la obra. Ese perfecto sonido de batería junto a las teclas y un inspirado solo de guitarra de Tedles hace subir enteros. Ecos del progresivo de los 80 a lo IQ, It Bites o Marillion destaca en “These Are My Things”, con ese coro envolvente. En “We Write the Ghost Stories” hacen honor al título y tiran de aura tétrica y de una línea vocal teatral. Definitivamente en la parte final del disco la cosa mejora y muestran una variedad de colores que no mostraban en la paleta de inicio. Interesante el puente-estribillo positivista de “No Land’s Man” y final con la extensa y sedosa “Stars Along the Way”.

No estamos hablando de principiantes y sí de gente que llegó muy alto dentro de la escena progresiva. El proyecto luce y conecta, pero le echo en falta elementos personales y un plus suficiente como para poder afirmar que este grupo puede crecer o llegar a algo importante. Cuando acabas de sacar un disco y ya dices que tienes el segundo medio preparado, creo sinceramente, que le estás restando importancia a lo que estás promocionando. Hay que pensar en el futuro, pero antes luchar por el presente. Veremos si el proyecto va hacia delante y llega a hacerse carne sobre unas tablas. Parece ser que el cuarteto está pensando seriamente a opción de añadir a un par de músicos más para poder tocar en vivo todo lo grabado. Puede que en directo sean rutilantes, pero para eso tocará esperar. Esperamos algo más en estudio. Ellos buscan animales… nosotros algo único en su especie.

Jordi Tàrrega

Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.