Paysage d’Hiver – Im Wald

Tras siete años de silencio Tobias Wintherr Möckl la ha vuelto a hacer bien gorda. El talentoso multi instrumentista de Schwarzenburg copa una de las posiciones más curiosas dentro del metal extremo, invisible para la gran mayoría pero alabado por esa excelsa minoría que adoran sus trabajos.

Paysage d’Hiver es el alter ego de un músico con una capacidad de creación e invención solo al alcance de los grandes genios. Su proyecto se inició en 1997 y se basa en la fina mezcla del black metal con la música ambiente. Para ello, dota de su música de una paleta de sonidos que solo la madre naturaleza es capaz de dar en su esplendor. Es fácil encontrar registros de viento -como en los inicios de “Über Den Bäumen” o el corte instrumental “Schneeglitzern”-, así como el sonido de animales u otros efectos atmosféricos.

Im Wald es el décimo primer álbum de Tobias y con él llega otra perfección. La evolución de su carrera paso a paso se ha visto reflejada progresivamente en sus trabajos siempre niquelados. Quizás le podría poner un pero, la producción. Pero recuerdo en palabras de Mayhem: el black metal tiene que ser rudo y natural. Así luce la carrera de Paysage d’Hiver. Atrás quedan discos soberbios como Paysage d’Hiver (1999), Winterkealete (2001) y Das Tor (2013). Im Wald funde a lo largo de dos largas horas todas las virtudes y las ideas de la carrera del suizo para ofrecernos un disco tan completo como espectacular.

¿Por dónde quieres empezar? Complejo, pues el disco es sumamente complejo. Pero es enriquecedor. Imaginar como un sólo personaje es capaz de parir esta obra me descompone. Si han pasado siete años entre Das Tor y Im Wald no es de extrañar, el trabajo de Wintherr es de todo menos ágil y fácil.

Cualquier canción de este disco logrará impactar en tu organismo con una brutalidad punzante. Las melodías muy emperorianas juegan con la rudeza de los sonidos más mayhemianos. Todo adornado con las mejores escenas burzumianas. Un híbrido denso y bello como pocos.

Es importante citar que hasta seis canciones superan los diez minutos de duración y “So Hallt Es Wider” que actúa como cierre dura más de 19 minutos. Por otro lado, los nexos de unión de estas largas canciones acostumbran a ser instrumentales, atmosféricas y muy pausadas. Canciones cortas que ayudan al oyente a respirar una bocanada de aire fresco antes de entrar en una nueva dimensión con los cortes más largos.

Estamos frente al disco más épico de los últimos años. Un trabajo brillante muy recomendable pero nada accesible. Sobre todo por su duración. Altamente recomendable para cualquier fan del metal extremo.

Beto Lagarda

Rock en todas sus extensiones