Periphery – V: Djent Is Not a Genre

Nuestra Nota


9.25 / 10

Ficha técnica

Publicado el 10 de marzo de 2023
Discográfica: 3DOT Recordings
 
Componentes:
Spencer Sotelo - Voz
Misha Mansoor - Guitarra, programación
Jake Bowen - Guitarra, programación
Mark Holcomb - Guitarra
Matt Halpern - Batería

Músicos adicionales:
Adam "Nolly" Getgood - Bajo, producción
Jørgen Munkeby - Saxofón

Temas

1. Wildfire (7:05)
2. Atropos (8:23)
3. Wax Wings (7:26)
4. Everything Is Fine! (5:07)
5. Silhouette (4:51)
6. Dying Star (5:17)
7. Zagreus (8:19)
8. Dracul Gras (12:21)
9. Thanks Nobuo (11:16)

Multimedia




Escucha y compra

Este disco en Amazon: Periphery – V: Djent Is Not a Genre
Todos los discos de Periphery en Amazon


La verdad es que el grado de excitación que se apodera de mí cada vez que Periphery saca algo nuevo va en aumento con el paso de los años, y podríamos decir que este año 2023 la cosa está a puntito de salirse de madre…

Periphery, la banda estadounidense de metal progresivo, siempre ha sido una gran influencia en el movimiento djent… por más que ellos lo nieguen con su quinto álbum de estudio, V: Djent Is Not a Genre (2023), un trabajo en el que la banda de Washington, D.C. de nuevo vuelve a dejar cristalinamente claro que lo suyo es ir más allá y sobrepasar las limitaciones de los géneros y subgéneros en la música. El álbum es un viaje experimental que lleva al oyente a través de una variedad de emociones y paisajes sonoros, mientras muestra la increíble destreza técnica de la banda.

Wake up – Periphery – Sleep… Repeat. Así pasa un@ los días mientras se deja atrapar por la magia de este portentoso quinteto. Tal y como indica el título, este ya es su quinto álbum (seis si tenemos en cuenta que Juggernaut: Alpha/Juggernaut: Omega, publicados en 2015, es doble), y siguen produciendo, casi 20 años más tarde, colosales nuevas composiciones musicales. Continuando con la tradición de poner títulos bastante irónicos a sus trabajos, los semidioses del djent regresan con un título que populariza un meme que -por lo visto- fue bastante popular hace como 20 años, según he leído por ahí.

Si echamos un vistazo a sus últimos trabajos, como por ejemplo su espectacular IV: Hail Stan (2019), es fácil percibir que la banda liderada por ese genio de las seis, siete… cuerdas que responde al nombre de Misha Mansoor, se está inclinando cada vez más hacia el lado más expansivo de los arreglos de canciones de metal progresivo, con muchas pistas que superan la marca de los seis minutos. Cuando tu tema más corto dura alrededor de cinco minutos (cuatro minutos y 51 segundos, para ser exactos), el oyente ya sabe que tiene que prepararse para un largo y apasionante viaje. Y este de hoy no es una excepción.

V: Djent Is Not a Genre empieza por todo lo alto con el primero de los tres sencillos, «Wildfire», toda una declaración de intenciones. Ellos podrán rajar todo lo que quieran del djent, pero aquí los chugs y armónicos están a la orden del día. Siete espectaculares minutos que, al igual que sucedía con «Blood Eagle» en su anterior trabajo, es un gancho directo a las tripas. Si lo flipaste con «Make Total Destroy», el primer single extraído de su II: This Time It’s Personal (2012), con «Wildfire» lo vas a flipar muchísimo. Esos ritmos semi-disonantes tan Meshuggah son de otra galaxia. Y ya que me sacáis el tema, ¿a qué banda ponemos ahí arriba? La acuñación del término djent a menudo se intercambia entre Meshuggah y Periphery. Mientras que los primeros tiran por unos derroteros más serios y sensatos, los segundos siempre han mantenido un enfoque como más alegre, tal y como podemos comprobar, no solo en este primer corte, sino en pasajes del tema número cuatro, «Everything Is Fine!», y «Zagreus», el número siete. En estos tres temas en concreto, nos demuestran que todavía tienen las habilidades necesarias para escribir portentosos y sucios Meshu-chugs, pero con más alegría.

Saltamos de párrafo… pero sigo todavía obsesionado con «Wildfire». ¿Tenéis amig@s que no saben de qué va esto de Periphery…? Pues decidles que se pongan el tema en cuestión on repeat mode durante dos días seguidos, pues no podría resumir mejor lo que es la banda. Ellos, mejor que ninguna otra banda, son unos expertos en engañar al oyente, ya que es prácticamente imposible saber por dónde evolucionarán las canciones. ¿Más chugs? ¿Un solo? ¿Arreglos sinfónicos con pesados coros operísticos? ¿Jazz? El último sencillo publicado, «Atropos», que veía la luz hace solo un par de semanas, incluye algunos riffs maravillosos que os van a volar la cabeza. ¿Queréis una pista pop de los más chill? «Silhouette» es vuestra canción, en la que se ven las claras influencias del proyecto paralelo ambiental de los guitarristas Misha Mansoor y Jake Bowen llamado Four Seconds Ago. «Zagreus» es el tercer sencillo lanzado y lleva el nombre del protagonista del exitoso videojuego Hades; de hecho, en la pista se incluye el tema central de la banda sonora del juego. Son estos detalles los que empujan a Periphery hacia un territorio más nuevo. Por no hablar de las dos últimas pistas. «Dracul Gras» llega a los 12 minutos, mientras que «Thanks Nobuo», la que cierra el álbum, sobrepasa los 11.

Djent. Metal progresivo. Complejidad. Arreglos por aquí y por allá. Todo ello me puede y mucho, y el quinteto no falla. De igual forma que -y permitidme que vuelva a citar de nuevo II: This Time It’s Personal tenía un temarral como «Ragnarok», en esta quinta/sexta entrega tenemos «Wax Wings», una enorme composición marca de la casa que, como quien no quiere la cosa y poco antes de la marca del minuto cinco, se eleva hasta rozar unas cotas casi cinematográficas. No sé si me explico… Los repentinos cambios dan paso a unas colosales secciones corales repletas de sintetizadores que se traducen en unas progresiones de acordes que rozan lo épico, todo ello aderezado por unas voces casi operísticas. Difícil expresar en palabras lo que me provoca, pero os invito a venir a mi casa para ver la sonrisa que ahora mismo tengo dibujada en el rostro. Metal progresivo moderno y de calidad. ¡Compro!

Decir que Misha Mansoor, Jake Bowen, Mark Holcomb y Matt Halpern son muy hábiles, unos putos cracks, está de más a estas alturas. Si el mundillo del metal progresivo moderno se representara en un cómic de Marvel, cada miembro de esta banda sería un superhéroe, un puto Avenger. Tenemos, por un lado, los riffs de Holcomb y los sintetizadores y las secciones ambientales de Bowen. Por otro, tenemos a ese semidiós -de apellido Mansoor– y su habilidad para escribir riffs simples que son complejos al mismo tiempo. También está, no lo olvidemos, esa caja de ritmos humana que es el Sr. Halpern, quien mantiene unidos todos los elementos haciendo que la cosa fluya suavemente; él es la vaselina que facilita que todo te entre. Y, no menos importante, tenemos al hombre en la sombra, el bajista que está pero que no está, Adam «Nolly» Getgood, la mente detrás de la mezcla.

Cada tema de V: Djent Is Not a Genre está repleto de sorpresas alucinantes. La diversidad de sonidos incluidos en este disco es su mayor fortaleza… pero también su talón de Aquiles. Pongamos como ejemplos las canción cinco y seis, «Silhouette» y «Dying Star», las dos piezas más calmadas y sosegadas de este álbum. Creo que mi mayor queja, que en realidad no es una queja en sí, es que en los últimos discos, Periphery simplemente intentaba ir más allá y rizar un rizo que ya había sido rizado antes en varias ocasiones. Quieren hacer demasiado, como por ejemplo metiendo dos semi-baladas ahí en medio, o bien creando pistas largas, entrando y saliendo de diferentes tempos, cambios… En ocasiones, están sucediendo tantas cosas a la vez, que puede llegar a cansar. ¿Os suena eso de «demasiado de algo bueno es malo»? Pues este es el caso. Millones de capas instrumentales, riffs, chugs, solos, sintetizadores, ambient… Por momentos se planta ante nuestros oídos algo así como una cascada auditiva interminable que hace que gran parte de los matices pasen inadvertidos en lugar de ser disfrutados. Es por ello que os recomiendo no escucharlo del tirón y dejar que crezca en vuestro interior, tema a tema; sin prisa pero sin pausa. V: Djent Is Not a Genre se consume mejor pista por pista, y si no me hacéis caso y lo escucháis todo seguido, seguro que os pasará como me ha pasado a mí, y no solo una vez. Hay varios momentos en este disco en los que uno se ve obligado a parar para comprobar si está todavía en la misma pista o ya ha comenzado la siguiente, debido a los cambios abruptos de ambiente dentro de una misma pista. Y por si eso fuera poco, van y nos plantan al final de todo las dos canciones más largas.

Por último -y no menos importante- hablaré del superhéroe del que no he hablado antes, el en ocasiones cuestionado vocalista Spencer Sotelo. Guste más o guste menos, su entrega vocal con cada lanzamiento es, cuanto menos, encomiable. Él también sigue a pies juntillas eso de «hacer demasiado», y en este trabajo la verdad es que se ha dejado las cuerdas vocales y parte de la piel. Si bien su diversidad de rango es ciertamente impresionante, con convincentes growls y grandilocuentes falsetes, me da la sensación que el tipo quiere llegar a todos los rincones de la habitación al mismo tiempo, por así decirlo. Su voz se escapa por la estancia y, al igual que sucede a veces con la música, no termina de percibirse su grandísima belleza.

En definitiva, V: Djent Is Not a Genre es un disco estelar, una supernova en constante lucha con el peso de su propia ambición. Una declaración superlativa de metal progresivo moderno perpetrada por una mega-banda como Periphery, que continúa empujando los límites del «género» hasta darle la vuelta, quizá para comenzar de nuevo y volver a reescribirlo en su propia lengua. Estés o no de acuerdo con la idea detrás del título del álbum, lo que sí que es evidente es que, si bien el djent puede que no sea un género musical, Periphery sí que lo es.

Fotografía: Ekaterina Gorbacheva
Rubén de Haro
Sobre Rubén de Haro 620 Artículos
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J'hayber.