Persefone – Metanoia

Los andorranos Persefone vuelven al ruedo en este arranque de curso con su sexto álbum de estudio titulado Metanoia. Después de enamorar a medio mundo con el sensacional Aathma (2017), disco autogestionado mediante una campaña de crowdfunding, el quinteto fichó nada más y nada menos que por Napalm Records.

Es evidente que la notoriedad que recibirán con la ayuda de un gran sello será suficiente para expandir su música mucho más allá. Lo merecen y mucho. Pues la progresión de la banda a lo largo de estos seis discos es tan genial como brutal. Persefone están en un momento de forma óptimo y con metanoia no hacen más que confirmar que son una de las mejores bandas de su género de todo el mundo.

Un género basado en un death metal progresivo y técnico que apuesta tanto por la verticalidad como la melodía. Las acrobacias musicales que forman parte innata de su música se expanden magistralmente en Metanoia. Estamos frente a un disco de una calidad superior al resto de sus trabajos. Los músicos se muestran más firmes y confiados que nunca y se nota en la brutal calidad de cada una de las piezas que componen el disco.

El disco se abre con “Metanoia”, una canción de corte dramático que me deriva por inercia a alguna de las mejores pistas de Leprous. En “Katabasis”, las voces limpias de Marc se entremezclan con guturales de una forma rompedora. Se trata de una canción compleja y con mucho dinamismo que te acabará atrapando sin dejarte respirar.

Los riffs y blast beats de “Architecture of the I” te parten en dos y, si todavía pretendes respirar, los guturales te dejaran sin aire. Una vez te han roto, empieza la cara más suave de Persefone con guitarras celestiales y voces limpias. Una canción realmente increíble.

“Leap of Faith” es una canción calmada con un sonido rico de carácter orquestal que no desentona pero que quizás no aporta lo que debería. Pero la podemos interpretar como una intro de la larga “Aware of Being Watched”, una pieza que nos muestra una banda madura que incluso mete secciones de jazz entre las voces limpias y los riffs asesinos. Muy buena pero quizás algo larga.

“Merkabah”, el primer single publicado del disco. Se trata de un temazo lleno de contrastes y cambios que te deja embobado de principio a fin. ¡Menuda traca de canciones lleva el sexteto! Seguimos con “Consciousness (Pt. 3)”, canción que nos envía de vuelta a Spiritual Migration (2013), pues en ella encontramos sus dos primeras partes. Se trata de una canción de más de 11 minutos de duración que roza la perfección. No añadiré más.

“Anabasis” cierra el disco reestructurada en tres partes bien diferenciadas, la primera parte es instrumental. Cargada de épica con melodías calmadas que van in crescendo para introducirnos en una segunda parte de más de 8 minutos. ¡Y qué segunda parte! Con una entrada en la que la batería y el riff toman la relevancia esperada, la pieza evoluciona dentro de los parámetros de complejidad que ya hemos visto durante el transcurso del disco. Formidable, un temazo.

Y llegamos a la tercera parte y cierre final, y lo hacemos con una entradilla de piano, nítida y pausada. Una canción melódica, sin guturales ni dureza, pura delicadeza y brillo. Un gran colofón para un disco ya elemental.

Persefone logran superar su anterior Aathma (2017) y se convierten en una banda de nivel superior. Con este nuevo disco destacan por encima del resto de bandas y dejan de ser el mejor secreto de Andorra para ser una realidad en todo el territorio continental. Un disco para disfrutar y para sentir, para que todos acabemos enamorados de Persefone.

Beto Lagarda

Rock en todas sus extensiones