Phil Campbell and the Bastard Sons – Kings of the Asylum

Este 2023 será recordado como uno de los años más prolíficos de Phil Campbell and the Bastard Sons. Entregaron un directo y ahora un nuevo disco de estudio, pero si lo pensamos fríamente… tiene su lógica. Neil Starr, el que venía siendo su cantante habitual desde hace años abandonó el barco y el grupo ha fichado a un nuevo vocalista que lleva por nombre Joel Peters. Este chico es un absoluto crack y eleva al grupo a otro nivel, pero había que cerrar el capítulo anterior y eso se hizo con el ya reseñado disco en directo Live in the North.

Cuando Phil Campbell ya no pudo continuar con Motörhead el galés optó por mantener el legado vivo junto a sus cuatro hijos y buscando esencialmente no llegar a ser una banda tributo ni un sacacuartos de lo que era el legado de Lemmy. Sus hijos han crecido como músicos y suenan realmente bien. Hay en los Bastard Sons una banda con todas las de la ley que intenta hacerse un hueco con material propio y parece que los cambios de cantante les acercan a ese objetivo.

El salto de calidad es palpable ya desde la escucha de la inicial “Walking in Circles” en la que hay un importante paso hacia adelante. El grupo intenta buscar su propia personalidad y de verdad que Joel Peters posee una voz tremenda en un corte agresivo, rápido y con el bajo de Tyla a tope, pero alejándose de lo que era Motörhead. Tema absolutamente potente y logrado. A pesar de la voluntad de poner tierra de por medio hay algún corte cercano a lo que muchos esperan de ellos, y tampoco me parece mal… En tierra de nadie queda el “Too Much Is Never Enough” en la que se auto-citan como Bastards, y a golpe de riff, y de una base rítmica aplastante, caminan con calidad, con un salvaje Dane Campbell que le da bien fuerte a los platos.

“Hammer and Dance” es cumplidora y algo más oscura. Evidentemente los solos del pater familias es de lo más importante de la obra, pero de verdad que esta vez en materia de composición se han esmerado y que su nuevo vocalista da muchísimo juego. “Strike the Match” destaca por esos coros en el estribillo en un grupo que nunca solía buscar cierta pulcritud ni ese punto más comercial. Intentan aquí que el tema llegue a ser un himno de directo con un pasaje para que el público cante y Campbell responda con su guitarra. “Schizophrenia” no es de lo más destacable de la obra, pero mantiene el tipo. Campbell senior echa chispas de su guitarra cabalgando a lomos de esa máquina de precisión formada por Tyla y Dane.

Pasando a lo mejor del disco está el corte que da título al disco y que a buen seguro va para clásico: “Kings of the Asylum”. Es el corte más extenso y ambicioso de la obra, con unas guitarras muy trabajadas, muy buenos mimbres en cuanto a composición y ese estribillo sorpresivo y melódico que les vuelve a alejar de lo que fue en su día Motörhead. Contrasta una canción tan trabajada y pensada con algo tan visceral y previsible como “The Hunt”: puro Motörhead de la vieja escuela. Uno de los detalles positivos es que Danetira de doble bombo imprimiendo otra velocidad y con un gran Todd Campbell en las rítmicas. El tema está muy bien, pero en directo, y para tocar esta… tienes a tu disposición todos los clasicazos del jabalí verrugoso.

Si tengo que quedarme con un tema del álbum muy probablemente este sería el “Show No Mercy” al estar a medio camino entre el pasado y lo que pretenden, asomando carisma y posibilidades realmente sólidas de la mano de un corte de los que te llegan desde la primera escucha. Por otro lado, “No Guts! No Glory!”, es una pieza mucho más gris y que cumple más de relleno que de otra cosa por mucho que haya un buen solo de un Phil que nunca decepciona lo más mínimo.

Curiosamente el tema más experimental es otra de las que más te conquista: “Ghosts”, con un inicio cercano a Saxon y a bandas muy de la NWOBHM. El tema suena sofisticado, con una gran línea de bajo a cargo de Tyla y en una composición que permite que el enorme Joel Peters se luzca con todas las de la ley. “Maniac” es la simpática despedida rock ‘n’ rollera endurecida y macarra, un poco inspirada por la inmensa “Going to Brazil”. Tema festivo y buenrollista que puede funcionar perfectamente en directo.

Posiblemente estemos ante el mejor disco de Phil Campbell and the Bastard Sons hasta la fecha, esa búsqueda constante de ser algo diferente pero que en directo la gente te pide que toques un set de Motörhead como si no hubiese mañana. Podía ocurrir y son vistos como esa banda que mantiene el legado de Lemmy, pero digamos que ellos no quieren encasillarse en ello y que para ello está un Joel Peters excepcional. Pero más allá de las voluntades esta la presión popular y a Phil Campbell le tocará lidiar con eso. Disfrutemos de una obra que apenas sonará en directo a no ser que vengan como cabezas de cartel. El disco es muy sólido.

Jordi Tàrrega

Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.