Han pasado ya casi tres meses desde que la buena de Polly Jean Harvey nos presentase lo que vendría a ser su décimo trabajo de estudio, de nombre I Inside the Old Year Dying (2023) y, o soy yo o me da la sensación de que esta nueva aventura de la compositora inglesa ha pasado algo desapercibida. He de reconocer también por mi parte que a los pocos días de su lanzamiento comencé a preparar dicha reseña y que por diferentes motivos me vi incapaz de escribir más de una decena de líneas. Llamémosle pereza, saturación musical, o vaguitis veraniega, pero fue un disco que dejé de lado porque tenía la sensación de que en aquel momento “no tocaba”, a sabiendas que no era un producto de esos fáciles de usar y tirar, y que para escribir sobre este I Inside the Old Year Dying necesitaba adentrarme en él sin ninguna prisa.
Aunque el último disco de PJ Harvey date del 2016, el genial The Hope Six Demolition Project, ni mucho menos la inglesa se ha quedado sentada en casa viendo pasar la vida por la ventana. En estos siete años de bypass, la cantautora, aparte de una extensa gira de presentación del disco (sublime su concierto en el Primavera Sound de aquél mismo año), ha escrito música para diferentes bandas sonoras de series, películas, y adaptaciones teatrales. En 2019 vio la luz el documental experimental de nombre A Dog Called Money, donde se recopila material de la artista y el fotógrafo y cineasta Seamus Murphy sobre los viajes que realizaron juntos entre el 2011 y 2014 a lugares tan dispares entre ellos como Kabul, Kosovo y Washington DC. Ya en el 2022, y después de reeditar gran parte de su discografía con unos más que atractivos extras, Harvey lanza Orlam, una novela en verso ambientada en un fantasioso y ficticio escenario. Orlam actúa como punto de partida de este nuevo I Inside the Old Year Dying, y es que este nuevo disco es ni más ni menos que el fruto de ese delirio literario. Si The Hope Six Demolition Project no existiría sin aquellos viajes con Murphy, I Inside the Old Year Dying tampoco lo hubiese hecho sin Orlam.
Dejando de lado su sello de toda la vida, Island Records, y debutando con el independiente y neoyorkino Partisan Records, también ahora casa de gente como Cigarettes After Sex, Fontaines D.C., o IDLES, Harvey vuelve a contar con sus colaboradores habituales John Parish y Mark Ellis para presentarnos un trabajo que, si bien parece seguir la senda sonora de sus dos últimos discos, se antoja más dramático, oscuro y personal. Los doce temas representan los doce meses del año y en ellos se dedica especial atención a la infancia, a la pérdida de la inocencia, a la soledad, a los fantasmas del pasado, o al paso del tiempo.
Los primeros compases de la cálida “Prayer at the Gate” sirven para adentrarse en ese universo musical tan singular de la artista. “Autumn Term” suena tan inocente como la protagonista de la historia, una niña llamada Ira-Abel Rawles que bien podría ser un reflejo de la propia Harvey. Curiosa la forma en que la “pequeña Harvey” nos canta. La percusión y la guitarra de “Lwonesome Tonight” suenan a folk de pub, pero no precisamente a pub de marca blanca y bonita de ciudad, mientras la aguda voz de Harvey pregunta:
“Are you Elvis? Are you God?
Jesus sent to win my trust?
Love Me Tender are his words
As I have loved you, so you must…”
Simplemente preciosa. “Seem an I” es de los mejores momentos del disco, con esa voz desnuda del principio y con esos sutiles, muy sutiles, arreglos electrónicos. Unos arreglos que también están presentes en la melancólica y experimental “The Nether-Edge”. La base acústica del tema título me recuerda el aura que desgranaba su genial Let England Shake (2011), y “All Souls” me parece una de las composiciones más oscuras y tristes jamás escritas por la artista.
En “A Child’s Question, August” nos vuelve a remitir a los pasajes de su infancia de la mano otra vez de ese “Help me dunnock, drush, and Dove / «Love Me Tender», tender love…”, juntamente con el actor Ben Whishaw. “I Inside the Old I Dying” suena campestre y bucólico con esas campanas de fondo y la voz del también actor Colin Morgan. La onírica “August” suena delicada y afable, repite Whishaw, y el fantasma de Elvis nuevamente hace presencia. De nuevo con Morgan, “A Child’s Question, July” suena espiritual, y el cierre con “A Noiseless Noise” y esa versatilidad en la voz es de lo mejor del disco, un cierre que te deja con ganas de más y que incluso deja reminiscencias de tiempos pasados.
Aunque la música de Harvey no ha perdido ni un ápice de su magnética personalidad, muy atrás y muy lejana nos queda ya aquella Polly Jean Harvey veinteañera que rompía moldes en los noventa con Dry (1992) o Rid of Me Island (1993). Tampoco parece haber rastro de aquella Polly Jean Harvey que daba la bienvenida al nuevo siglo paseando por las calles de su querida/odiada Nueva York con un disco tan amable, encantador, y accesible como era el genial Stories From the City, Stories From the Sea (2000). La Polly Jean Harvey de los últimos años es una persona más mística y pastoral. En I Inside the Old Year Dying hay mucho de esa actual Polly Jean Harvey, hay mucho de la parte más rural de la Dorset de su infancia, mucho dialecto propio, mucha poesía, muchos fantasmas del pasado, mucho misticismo, mucho de su interior, y mucho del rey del rock… Gracias, Polly Jean Harvey, por existir.
Pota Blava y fanzinero de los 90. La música siempre ha sido una de mis grandes pasiones, y aunque el Metal es mi principal referencia, no he parado de moverme por diferentes estilos sin encerrarme a nada. Con los años el escribir también se convirtió en otra pasión, así que si junto las dos me sale la receta perfecta para mi droga personal. Estoy aquí para aportar humildemente algo de mi locura musical, y si además me lo puedo pasar bien…pues de puta madre.