De nuevo dirigimos la mirada hacia Helsinki, donde se establecen Plastic Tears, banda a la que le queda poco para alcanzar los nada desdeñables treinta años, que vuelven a la carga con Anthems for Misfits, nuevo trabajo en el que vuelven a poner en marcha su máquina de glamuroso hard rock con matices de cualquier estilo que se les ocurra, logrando poner su acostumbrado sello personal.
Este nuevo álbum lo inaugura “Doomsday Girls” de la forma más fiestera posible, todo un alarde de puro rock ‘n’ roll interpretado a su manera que nos invita a pasarlo bien desde el momento en que le damos al play, invitación que no retirarán en ningún momento, como demuestran en “Riot >one”, sacando a la palestra el lado más divertido del glam, con un estribillo de los que pide subir el volumen al máximo.
A la relajada intro de “Clash in the Night” le suceden unas melodías bastante cercanas al pop, pero consiguiendo mantenerse lo suficientemente próximas al sonido de la banda, logrando no desentonar ni empalagar al personal.
Recuperan su acostumbrado carácter con “Look of Lies”, donde consiguen hacer de su simpleza su virtud, dándonos un corte liviano y sencillo pero altamente pegadizo.
Con una personalidad totalmente elegante se presenta “Hallucinations”, con una cadencia cuya suavidad atrapa sin remedio. Un tema que merece la pena disfrutar con calma.
Retoman su estilo habitual en “Divine”, con su característico sonido revoltoso y desenfadado, en el que vuelven a ser obvias las influencias del glam más ochentero.
Una serpenteante guitarra da paso a “Radar Eyes”, marcada por un talante algo más serio que sus compañeras de viaje. Talante que no tardan en sacudirse con “Restless Outsider”, rezumante del buen rollo habitual en los fineses.
Aumentan ligeramente las revoluciones en “Nobody Likes a Crybaby”, donde, a su manera, coquetean con cierta influencia punk antes de dar paso a uno de los momentos más curiosos del álbum, “Candlelight Hate Affair”. Este tema, calmado pero lleno de personalidad, me atrajo desde la primera escucha sin poder saber por qué, llamándome especialmente la atención el estribillo.
Vuelven los aires punk rock en la breve “Communication”, al que sigue “Imaginary Virgin Mary”, que cierra el disco sonando puramente a Plastic Tears. Un último acto cargado de rock y glamour, como no podía ser de otra forma con ellos.
Así pues, la banda de nuevo nos hace disfrutar a quienes solemos añorar los tiempos de laca y mallas de colores con su particular manera de unir géneros para poner a todo el mundo a bailar.