Poppy – Negative Spaces

Moriah Rose Pereira, másconocida como Poppy, continúa sorprendiendo a propi@s y extrañ@s con su capacidad para reinventarse constantemente. Con seis EP’s y cinco álbumes de estudio en tan solo ocho años, su trayectoria ha sido una montaña rusa de cambios sonoros, desde el pop experimental hasta el metal más agresivo. Negative Spaces (2024), su sexto LP, es un reflejo de su evolución y su constante búsqueda de identidad artística. Este álbum marca un punto de inflexión, un equilibrio entre géneros, emociones y estilos que consolidan a Poppy como una de las artistas más versátiles y audaces de la música actual.

El año 2024 debe haber sido uno de los más destacados en la carrera de Poppy. Además del lanzamiento de Negative Spaces, la artista ha brillado en sus colaboraciones con bandas de renombre como Knocked Loose y Bad Omens. Su participación en «Suffocate» de Knocked Loose, considerada por muchos como la mejor canción del año, le ha ganado una nominación al Grammy por Mejor Interpretación Metal, lo que refleja el impacto de su versatilidad en la escena del metal. Este tipo de colaboraciones no hacen sino reforzar su relevancia dentro de géneros tan diversos como el metalcore y el metal de tintes más o menos modernos.

El álbum llega tras una serie de colaboraciones destacadas con estas bandas, lo que anticipaba un regreso a los sonidos más pesados y metaleros que ya había explorado en sus discos I Disagree (2020) y Eat (2021). Sin embargo, Negative Spaces no se limita a una sola faceta. Desde sus primeros compases, con las potentes «Have You Had Enough», «The Cost of Living» y «They’re All Around Us», queda claro que Poppy se está adentrando de lleno en el metalcore, un territorio familiar para sus seguidores. Pero lo que distingue este álbum es su capacidad para integrar diferentes influencias de manera fluida y coherente, sin perder su esencia.

Uno de los puntos más fuertes de Negative Spaces es la versatilidad vocal de Poppy. Su voz se mueve con naturalidad entre registros suaves y melódicos, como en «Vital» o «Push Go», y gritos desgarradores, como en «They’re All Around Us» o «The Center’s Falling Out». La dualidad entre su voz angelical y su intensidad core se siente especialmente poderosa, lo que le permite conectar con l@s oyentes de diversas formas, tanto en momentos de vulnerabilidad como en explosiones de rabia. Esta flexibilidad vocal, combinada con la producción de Jordan Fish (ex Bring Me the Horizon), quien aporta una textura industrial y una pulida mezcla de guitarras pesadas y sintetizadores, da como resultado un álbum que es tanto visceral como accesible.

Aunque el álbum se ancla en el metal, Poppy se aventura en otros terrenos sonoros que demuestran su amplia gama estilística. En «Crystalized», se zambulle en el synthpop de manera irresistible, con una voz melosa y sensual que recuerda el mejor pop electrónico, mientras que en «Surviving on Defiance» nos transporta a un sonido más oscuro, emparentado con los Deftones. En «Halo», la pieza final, su voz se distorsiona de tal manera que casi se convierte en una máquina, mostrando su capacidad para jugar con la estética industrial. Estos contrastes son lo que le otorgan al álbum su riqueza y profundidad, mostrando una artista dispuesta a desafiar las expectativas y a experimentar sin miedo.

Los interludios «Yesterday», «Hey There» y «Tomorrow» sirven como pausas dentro de la energía frenética del resto del álbum. En concreto «Hey There», con su atmósfera lounge, es un ejemplo claro de cómo Poppy no se limita a un solo género, sino que constantemente juega con diferentes sonidos y texturas. Estas secciones ofrecen un respiro antes de que el álbum retome su curso imparable, siempre dispuesto a sorprender.

En cuanto a las comparaciones, no es difícil ver influencias de Bring Me the Horizon en varias canciones, sobre todo en temas como «Vital», que podría haber encajado perfectamente en Amo (2019), o en las atmósferas más oscuras de «Nothing» y «New Way Out», que recuerdan a Post Human: Survival Horror (2020). Sin embargo, lo que realmente destaca es cómo la producción de Fish permite que la instrumentación no empañe la voz de Poppy, sino que la complemente, permitiendo que sus diferentes facetas vocales se expresen con claridad y potencia.

Negative Spaces es un álbum que refleja la evolución y la complejidad de Poppy como artista. Con una mezcla de géneros que va desde el metalcore más agresivo hasta el pop electrónico más melódico, pasando por los sonidos industriales y el synthpop, Poppy demuestra una vez más su capacidad para unir mundos musicales aparentemente distantes. Negative Spaces es un trabajo audaz, fresco y emocionante, que no solo atraerá a sus seguidores más acérrimos, sino que podría ser el momento de su carrera que la catapulte hacia una mayor masa de oyentes, demostrando que es capaz de unificar fanáticos de diferentes géneros bajo su inconfundible sello personal. Ganazas de verla el próximo mes de mayo en Barcelona…

Rubén de Haro

Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J’hayber.