Origen de la imagen de cubierta
El asunto de esta portada tuvo su raíz cuando el reputado fotógrafo de Nueva York, David Michael Kennedy, atravesaba unos días ciertamente complicados de su vida, en el Invierno de 1975; dentro de la metrópolis comentada. Entonces dicho profesional de la cámara, cuando solamente contaba con 25 años de edad, decidió efectuar un prolongado viaje por carretera para desconectar un poco del agobio de su trabajo, el cual suponía, principalmente, retratar temas de moda y publicidad en ese instante; aunque ahí también comenzó el mismo D.M. Kennedy a trabajar en alguna imagen de cubierta para algún que otro disco.
Durante dicho tour por autovías americanas junto con el hermano de su novia (al volante éste segundo de una vieja camioneta), en aquél año 1975, David Kennedy albergaba la distendida intención de tomar varias fotografías de un tipo distinto al de su empleo y sin ninguna pretensión más que destinar el resultado visual del carrete a su colección privada.
Fue entonces, cuando lo placentero de aquella excursión se desvaneció de repente porque comenzó a caerles a los dos pasajeros una considerable tormenta de nieve, así que el retratista Kennedy decidió realizar una instantánea, en blanco y negro, de un clima que se iba tornando muy hostil ya que unos espesos copos níveos se iban agolpando en el parabrisas, las amenazantes nubes cogían una tonalidad cada vez más grisácea, la luz diurna iba menguando velozmente, además de que el asfalto presentaba cada vez peor estado.
A los pocos minutos, efectivamente, la creciente borrasca se puso ya infinitamente más furiosa y peligrosa, el ambiente carreteril se tornó absolutamente blanquecino durante varias horas y la visibilidad desde el vehículo era prácticamente nula, con lo que David Kennedy temió que de aquella espinosa y pavorosa situación no salían él y su acompañante, por lo que aquella fotografía podía haber sido la última que hubiese tomado en su vida; según la percepción subjetiva del propio camera man. Pareció que aquel increíble manto albo fuese a sepultar el vehículo pero, por fortuna, David y su chófer sobrevivieron a aquella angustiosa experiencia climática, de 1975.
Aunque el mismo David Kennedy no esclareció, públicamente, el punto aproximado donde él mismo se hallaba cuando le afectó este extremo fenómeno meteorológico, sin embargo confirmaremos aquí que en pleno Enero de 1975, efectivamente, se desencadenó un histórico y bestial tornado (apodado de varios modos) que sacudió al Sur y al Centro de Estados Unidos; lo cual derivó, de rebote, en una terrorífica nevada, donde el estado de Nebraska fue uno de los más castigados por ésto último. Lamentablemente, no todo el mundo tuvo la misma fortuna de salvarse y en total hubo 58 fallecidos, en Estados Unidos, a causa de estas fortísimas inclemencias atmosféricas de aquel año ’75…
De cómo Bruce se decantó por esa fotografía…
Bruce Springsteen, en 1982, se hallaba buscando una imagen para colocar en la portada del nuevo álbum que acababa de grabar por entonces y con intención de que dicha fotografía conectase visualmente y de alguna manera, por ejemplo con el escalofriante viaje en coche de los personajes a los que el mismo Springsteen hace clara referencia en la propia canción-título, es decir, el jovencísimo asesino en serie Charles Starkweather y su novia cómplice Caril Ann Fugate. Éstos últimos fueron los responsables de, nada menos, que 11 asesinatos en los estados colindantes entre sí de Nebraska y Wyoming, en solo un mes; concretamente, entre finales de 1957 y principios de 1958.
Matizaremos que tras disparar un tiro en la cabeza a August Meyer, un amigo de la familia del aludido homicida, en Bennet Village (estado de Nebraska), los tristemente céleberrimos Starkweather y Fugate abandonaron el automóvil en el que se desplazaban. Después de hacer auto-stop, ambos fueron luego recogidos, generosamente, por otro vehículo conducido por dos adolescentes de la zona, Robert Jensen y Carol King, a los cuales los peligrosísimos sujetos les obligaron a ir, a punta de pistola, a un abandonado refugio contra tormentas y una vez allí, el despiadado Charles Starkweather y su colaboradora Caril Fugate ejecutaron a la inocente pareja y robaron su coche. Después de eso, el tétrico y maquinal dúo continuó la espeluznante matanza en otra localidad de la comarca…
Ocurrió que el mismo David Michael Kennedy fotografió, en varias ocasiones, al mismo Bruce Springsteen para las sesiones de promoción de Nebraska, en el propio 1982; incluida, precisamente, una imagen dentro de una camioneta del propio rockero; aunque esta última estampa, por ejemplo, la descartó el propio Springsteen como carátula de entrada para dicho álbum de ese año ’82. Agregaremos que el mismo Kennedy también retrató a otros astros de la música como Bob Dylan o Blondie, ambos en 1985; entre otros/as.
Entonces, la directora de Arte Andrea Klein, quién ya conocía de antes el trabajo de David Michael Kennedy fotografiando paisajes, le pidió a éste que le enseñara ese otro tipo de trabajo suyo al propio Bruce Springsteen y… ¡éste último se decantó, inmediatamente, por el estremecedor flash de la furgoneta, la carretera, la nieve y el cielo plomizo, en Nebraska!
Por lo tanto, dicha instantánea de Kennedy le pareció más que adecuada y coincidente a un impactado Bruce para destinarla a la cubierta de su LP, de ese 1982, el citado Nebraska; lo cual, por cierto, fue complementado con llamativas y exorbitantes letras de color rojo sangre para el título de la obra y el nombre completo del artista; con fondo de tono azabache detrás de ambos sustantivos.
Y es que, también, durante casi todas las otras turbulentas canciones del susodicho disco como “Johnny 99”, “Mansion on the Hill”, “Highway Patrolman”, “State Trooper”, “Used Cars”, “Open All Night” o “Reason to Believe”, aparecen diversas frases sobre coches o carreteras, precisamente, así que es muy probable que ese fuera uno de los motivos por los que Bruce Springsteen, recalcamos de nuevo, estuviera convencido por completo de que la dantesca escena del vehículo plasmada por el citado David Kennedy, en 1975, le podía servir al cantante como reflejo de lo que hemos comentado sobre dichas composiciones musicales, publicadas en 1982; sobre las que luego explicaremos algo más.
Más factores respecto al frontal escogido
Además, a la hora de escoger la viajera imagen que hoy nos ocupa, también el propio Bruce Springsteen y la consejera artística Andrea Klein tuvieron la influencia de otro fotógrafo como es Robert Frank, un suizo residente en Estados Unidos, el cual que emprendió un extensísima expedición en coche, de 15.000 kilómetros, a lo largo y ancho de esta gigantesca nación (Nebraska fue unos de los sitios visitados, por cierto), en el año 1955, para efectuar miles y miles de fotos en blanco y negro, sin edulcorantes ni trucos técnicos, sobre las desigualdades de la sociedad norteamericana. Ésto mismo se resumió y editó en el mítico y también altamente controvertido libro documental titulado The Americans, en 1958; con autoría de propio Robert Frank, por descontado.
Especificaremos que en dicho tomo del año ’58, por ejemplo aparecen bastantes escenas de personajes conduciendo sus automóviles por diferentes emplazamientos estadounidenses; reflejo de la fijación de gran parte de la población de los Estados Unidos con dicho tipo de vehículos, durante los años 50.
Adicionalmente, a Andrea Klein y a Bruce Springsteen también les vino a la mente, en forma de eco óptico, la portada de “carretera, coche y seis cuerdas” del disco Two Great Guitars (1964); el cual grabaron, conjuntamente, Bo Diddley y Chuck Berry.
Resultó también una época aquella de 1982 en la que, por otro lado, Springsteen se vio sumergido en un negro y colosal abismo en lo que respecta a su estado anímico y puede que, por ejemplo, aquella tan desapacible cubierta de Nebraska también simbolizase como se hallaba de sombría, derruida y tormentosa la mente del propio Bruce en aquel preciso instante de su existencia.
En comparación con algunos otros álbumes de Springsteen
En estrecha relación con toda esta temática previa, la anti-comercial y descorazonadora cubierta del LP Nebraska es una excepción y una antítesis respecto a la estética visual de Born to Run (1975), Darkness on the Edge of Town (1978), The River (1980), Born in the U.S.A. (1984) o Tunnel of Love (1987), entre otros ejemplos de triunfantes y afamados álbumes de aquellas épocas de Bruce Springsteen, donde él mismo aparece siempre en las portadas; apuntalamos.
Escuetos apuntes sobre la temática del LP
Como suplemento necesario de todo lo anterior, recordaremos y ampliaremos, brevemente, que la totalidad del repertorio de Nebraska se compone de piezas de folk-rock que suenan descarnadas, agrias, dramáticas, dolientes y sin adornos, con el apodado The Boss como único instrumentista, grabando él en un sencillo magnetófono de 4 pistas y con letras que tratan de criminales sin ningún futuro o de personajes de clase baja con los sueños definitivamente hechos añicos; dentro siempre de la América profunda. Es algo ésto último, lo cual también guarda cierta relación conceptual con lo que comentamos, previamente, del conocido y crudo volumen fotográfico, de 1958, de Robert Frank; precisamente.
Trascendencia con el paso del tiempo
Aunque con respecto a otras obras del artista, efectivamente, Nebraska padeció una menor aceptación popular en el momento que se publicó en 1982, (aún así arribó al número 2 de las listas de Suecia y al 3 en Estados Unidos, Inglaterra, Canadá y Noruega), sin embargo, con el transcurrir de las décadas dicho arriesgadísimo LP (el cual se salía de los estándares habituales de Springsteen hasta entonces, insistimos) fue adquiriendo más y más importancia y reconocimiento por parte de la crítica especializada y la audiencia; incluida la inquietante, áspera y glacial portada que hoy hemos tratado.