Prólogo
Inglaterra. Año 1996.
El público de ese país, posiblemente el más entendido de todo el planeta en música rock, se comenzó a llevar de las estanterías de las tiendas, a velocidad de vértigo, un soberbio y muy convincente LP titulado simplemente K.
Éste mismo trabajo posee una portada ciertamente particular, la cual supuso uno de los factores que, con toda seguridad, contribuyó a que la novedosa sensación británica de aquel momento, Kula Shaker, obtuviera nada menos que el número 1 de las listas inglesas y escocesas con dicho álbum rockero y 105.000 copias vendidas, solamente en su primera semana de edición.
Semilla del asunto
Para comprender el porqué del diseño acerca de la susodicha cubierta de esta obra, debemos remontarnos a unos pocos años atrás respecto a 1996, cuando el vocalista y guitarrista Crispian Mills, el bajista Alonza Bevan y el batería Paul Winterhart coincidieron en otro grupo, de escasa repercusión, denominado Objects of Desire; entre 1988 y 1993.
Fue a primeros de ese año 93 cuando dicho proyecto musical se disolvió y, por influencia, de su madre y actriz Harley Mills, el propio Crispian decidió marcharse una temporada a visitar la India con, solamente, una mochila a cuestas. Entonces, aquel prolongado viaje marcó, hondamente, a ese joven cantante londinense; el cual se interesó, de forma muy apasionada, por la cultura, la religión y las tradiciones de aquel inmenso país, al igual que ya aconteció con The Beatles, Donovan, Mike Love y otros músicos angloparlantes; durante la década de los 60.
Ya de nuevo de retorno en Inglaterra, en el propio 1993, los mismos Mills, Bevan y Winterhart organizaron una nueva formación, en Londres, junto al teclista Jay Darlington, denominando el proyecto como The Kays (los “K”, vaya), en referencia a esta letra del abecedario y es aquí mismo donde empezó la auténtica fijación de este conjunto musical con este signo ortográfico.
Sin embargo, ya en 1995, Crispian Mills, decidió alargar esa sonoridad de la letra “K” sola y rebautizar a la agrupación como Kula Shaker, en honor al rey y santidad hindú Kulashekhara, el cual había vivido en el siglo IX; aunque la banda modificó la segunda parte del nombre a “shaker” (“coctelera”) para que la denominación grupal sonase a algo más inglés y también, tal vez, para reflejar la amalgama de todas sus influencias armónicas. De todos modos, el bajista Alonza Bevan posee su versión sobre el tema y también expresó él que los integrantes del combo conocieron a un sujeto llamado Kula Shaker, cuyo nombre se lo había concedido un swami de la India, es decir, un maestro espiritual de allí.
En consecuencia, el mismo Mills propuso orientar el sonido del cuarteto hacia el misticismo hindú mezclado con influencias del rock psicodélico británico de los años 60. Así pues, el cocktail sónico Oriente-Occidente se hallaba servido, como antes se apuntaló, pero este mismo revival fue algo que le valió al grupo de Londres alguna que otra crítica negativa de un sector de la prensa especializada; la cual achacaba a la agrupación capitalina el apropiarse de sonidos añejos. Sin embargo, a nivel comercial, Kula Shaker logró triunfar, plenamente, con esta potenciación y rescate de las resonancias hindúes transportadas en dirección hacia la música inglesa.
La portada en sí
Así pues, aterrizó el primer LP de los Shaker, en 1996, rotulado como K (1 millón de ejemplares despachados, en total), efectivamente; el cual contenía temazos de aire oriental como “Govinda (single que llegó al número 7 en las listas británicas), “Tattva (número 4 en Inglaterra)” o “Knight on the Town”, además de otras piezas de corte rock más puramente británico como las excelentísimas “Hey, Dude” (número 2 en Gran Bretaña) o “Grateful When You’re Dead”; entre otros deliciosos néctares de ese portentoso disco debutante, el cual escaló a la cúspide de los índices oficiales de Inglaterra, como apuntamos al inicio.
Aquella “obsesión” con la undécima letra del alfabeto, entonces, empapó toda la colorida portada de aquella fabulosa opera prima de Kula Shaker, empezando por la zona central donde se observa a un gran héroe de la India como Krishna, tocando la flauta y a Kali, una de las diosas principales de aquella misma nación oriental.
Ya en las partes de abajo y de la derecha aparecen personajes históricos que también, en algún punto de su nombre, contienen ese signo textual, es decir, la “K”: como el presidente estadounidense John Fitzgerald Kennedy, el gorila gigante King Kong, el filósofo Karl Marx, el reverendo Martin Luther King, los actores Gene Kelly y Danny Kaye, las actrices Katherine Hepburn y Grace Kelly, el máximo mandatario ruso Nikita Kruschev, el baloncestista Kareem Abdul-Jabbar, el intérprete del celuloide Boris Karloff encarnando al monstruo de Frankenstein, el militar Lord Herbert Kitchener, el comediante británico Ken Dodd, el Kaiser alemán o Kal-El, que es el nombre kryptoniano de Superman.
Además, aparecen objetos que contienen la grafema gramatical aludida como unas llaves (“keys”, en idioma inglés), un caballero de la corte (“knight”), una tetera (“kettle”), el libro titulado Kim, del escritor Rudyard Kipling, un reloj (“clock”) o incluso, el número 11 que corresponde justamente a la “K”, en el abecedario; como antes se sugirió.
Sobre el autor de la ilustración
La detallista e impactante elaboración de la portada del LP K tiene la autoría del dibujante de cómic David Gibbons, el cual también colaboró en el trazado para el papel de conocidos héroes de ficción como Watchmen, Linterna Verde o Dan Dare; entre otros trabajos suyos de primer nivel.
Otra intervención del mismo Gibbons relacionada con el rock son los dibujos interiores del LP Too Old to Rock and Roll, Too Young to Die (1976), de Jethro Tull.
Se podría hablar también, largo y tendido, de otras cubiertas de discos efectuadas por ilustradores de tebeos como Jack Kirby con Surfing with the Alien, de Joe Satriani; Charles Burns con Brick by Brick, de Iggy Pop; Robert Crumb con Cheap Thrills de Big Brother and the Holding Company, Jamie Hewlett con Gorillaz o incluso Phil Rodríguez que efectuó los trazos de la cubierta del EP Summer Sun de los propios Kula Shaker, precisamente; aunque no nos extenderemos más en este tema tangente.
Otras portadas relacionadas con K (propias y ajenas)
Además, Kula Shaker recuperaron este tipo de frontales relacionados con lo hindú mediante otros álbumes suyos como son K 2.0 (2016) y Natural Magick (2024), además de que para este último y prodigioso trabajo citado añadieron la letra “K” a esta última palabra del título porque así era como la misma se escribía en inglés antiguo. Por esta última razón, es decir, de que a la palabra “magic” (“magia”) se la había modernizado, injustamente, suprimiendo su última letra, los Shaker precisamente también bautizaron a su primer álbum como K, en 1996, y de esta manera, entendemos como se abre y se cierra este círculo con marcadas intenciones simbólicas.
Adicionalmente, la carátula del single “Waves” (2023), de los propios Shaker, muestra su influjo oriental, en general, a través del icono japonés conocido como La Gran Ola de Kanagawa, una estampa elaborada por el pintor nipón Katsushika Hokusai.
Sin embargo, esta estética de reverberaciones asiáticas de Kula Shaker no es nueva y tuvo sus profesores rockeros, varias décadas atrás. Y es que por ejemplo, The Jimi Hendrix Experience ya había utilizado, de modo pionero, estas efigies de la India para su psicotrópico álbum Axis: Bold as Love (1967); donde los mismos músicos de la banda, es decir, Hendrix, Mitch Mitchell y Noel Redding aparecían junto al Dios Visnu, en una ilustración de Roger Law.
Por otro lado y como antes ya se dejó caer en cierto modo respecto al citado disco K y su concurrida portada, los propios Kula Shaker también se vieron influidos:
- Por el particular y nutrido collage de gente que asoma en el célebre frontal del LP Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (1967), de The Beatles; donde, por cierto, aparecen tres gurús de la India como son Sri Yukteswar Giri, Sri Paramahansa Yogananda y Sri Mahavatara Babaji; además del citado pensador Karl Marx, al igual este último que en el LP K; recordemos.
- Musicalmente y relacionado con lo anterior, Crispian Mills y sus muchachos son legítimos “continuadores” de una canción del mismo álbum Sgt. Pepper’s como es “Within You, Without You”, a nivel de ecos hindúes.
Asociado con la propia música
Hay mucho más de todo ésto, por descontado.
Así pues, rememoramos también los casos de los propios Fab Four de Liverpool con otro tema suyo de corte indio como “Love You to”, Paul Butterfield Blues Band, con “East-West”, The Rolling Stones con “Paint it Black”, The Byrds con “Eight Miles High”; todo ellos en 1966, además de The Yardbirds, con “Heart Full of Soul” o The Kinks con “See My Friends”; ambos editados algo antes, en 1965.
Los citados, por tanto, fueron las primeras agrupaciones inglesas, recalcamos, que tocaron rock injertándole sonidos psicotrópicos con la consabida influencia hindú, aunque de manera aún esporádica cada uno de los aludidos. En otras palabras, con el padrinazgo del sitarista hindú Ravi Shankar, el raga rock había nacido y, por extensión, ya nada ni nadie iba a detener esa fiebre social en Occidente por lo que se consideraban tierras exóticas.
Insistieron luego con todo esos ritmos de pinceladas hinduistas, por ejemplo, The Doors con “The End” o Traffic con “Paper Sun”, los dos en 1967; además The Moody Blues con el tema “Om” o los propios Harrison, Lennon, McCartney y Starr con “The Inner Light”, ambos en 1968; para adentrarnos luego en los años 70 por medio del grupo Quintessence o también John McLaughlin como integrante éste de las bandas Shakti y Mahavishnu Orchestra; los cuales siguieron por esta misma senda, de modo cada vez más habitual.
Absolutamente todo lo previo, recalcamos de nuevo, fue algo que libaron, reinventaron, modernizaron y resucitaron, ya de modo mucho más sistemático y habitual, Kula Shaker a mediados de los años 90; siendo esta última banda británica los máximos exponentes del neo-raga rock, dentro de esa específica fusión de sonidos y sumándole la aludida estética de portadas; todo ello con nítidos influjos provenientes de la India, por supuesto, como hemos ido comentando previamente.
Entre otros ejemplos de esa sonora tendencia retomada y renovada por bandas más contemporáneas, en Inglaterra, también tenemos a Cornershop y su LP When I Was Born for the 7th Time (1997) y algo más tarde, a los mismísimos Oasis que, aunque de modo mucho más puntual, también se apoyaron en las reminiscencias hindúes para canciones como “Who Feels Love?” (2000) o ya en, mucha menor medida, “The Hindu Times” (2002).
Y es que, expresado en otros términos, Kula Shaker con su álbum K resultó el arranque oficial, en 1996, que lideraría dicha nueva ola del rock del Reino Unido hermanado éste con los atrayentes y misteriosos influjos de la propia India; tanto en el plano sonoro como en el visual, a través de la aludida cubierta.