Entraste en la tienda de discos aquel 29 de agosto de 1994…
Comenzaste a caminar, apresuradamente, por los pasillos del establecimiento y, al fin, en la estantería del fondo vislumbraste, ahí expuesta, la copia del vinilo que buscabas con ansia y que se acababa de publicar ese mismo día. Se trataba de Definitely Maybe, el álbum debutante de aquel nuevo grupo británico de rock, Oasis; noventeros alumnos aventajados de The Beatles.
Les habías escuchado alguna vez, por la radio, y te habían agradado sus tres singles de adelanto “Supersonic”, “Shakermaker” y “Live Forever”; así que tuviste la esperanza de que el resto del LP quizás también pudiera sonar espléndidamente, aunque no te acababas de decidir si comprarte la obra de aquella agrupación aún desconocida; procedente ésta de Manchester. De todos modos, el público y la prensa estaban empezando a hablar mucho de ellos, así que te preguntaste en tu fuero interno:
“¿Llegarían esos tales Oasis a ser tan buenos y tan celebérrimos como sus paisanos Joy Division, The Smiths o The Stones Roses?”
Así que, antes de dar tiempo siquiera a que el dependiente se te aproximase y te aconsejase, cogiste el LP con mimo y echaste un primer vistazo general a su portada, ese “escaparate” visual que tal vez puede ayudar, decisivamente, a que te decidas o no a entregar tus billetes a cambio de un producto musical.
Como tú resultas muy exigente con las cubiertas de los álbumes, entonces examinaste dicha fachada mucho más detenidamente.
Te fijaste primero en que el cantante Liam Gallagher aparecía tumbado en el suelo de madera, de manera algo extravagante. Lo que tú no sabías en aquel 1994, es que el fotógrafo de confianza de Oasis, es decir, Michael Spencer-Jones había visitado el museo de Egiptología de Manchester, unos días antes; donde estuvo visionando cosas relacionadas con faraones y sus sarcófagos. Entonces, de manera algo timorata y prudente, a Michael se le ocurrió pedirle a Liam que se tumbase con los ojos cerrados y las manos juntas como en una posición mística, como si él no perteneciese ya al mundo material. El menor de los hermanos Gallagher no puso ningún problema en hacerlo, para sorpresa del solicitante.
Aquella postura acostada del vocalista también tuvo otra función menos glamourosa y que fue la de disimular el ostensible espacio vacío de la propia superficie maderera porque Spencer-Jones consideró, que de no cubrir ese hueco óptico, aquello parecería un anuncio de barniz de marca Ronseal.
Tampoco sospechaste ni lo más mínimo, en aquel año 94, que para no imitar la instantánea del sensacional single “Supersonic” en la que el mismo Liam Gallagher aparecía de pie, pues en un principio, para la cubierta de Definitely Maybe el cantante iba a sentarse en el firme de tablones mirando hacia abajo mismo pero a Michael Spencer-Jones le pareció ésto como si el frontman de Oasis fuese un folkie meditabundo, así que esta segunda opción también se descartó. Finalmente, tras probar primero con par de figurantes, se tomó la “faraónica” opción comentada antes, como si el mismísimo Liam fuese una figura altamente venerada durante miles de años, como si fuese Tutankhamon que yace en su tumba o algo por el estilo.
Acto seguido, pusiste tus pupilas en una copa de líquido que se hallaba a la derecha del propio Liam Gallagher. No tuviste conocimiento, en 1994, de que la banda deseaba que algo relacionado con el alcohol apareciese en el susodicho frontal pero que, sin embargo, Spencer-Jones no permitió que los cinco de Oasis inundaran la secuencia con latas de cerveza, marca Red Stripe. De tal modo, el citado recipiente de cristal se llenó de zumo de grosella, del tipo Ribena, diluido éste con algo de agua para que cogiese un color semejante al del vino tinto, ya que si éste último se fotografiaba en su estado más puro, el mismo Spencer-Jones, sabía por experiencia, que en la imagen de la cámara dicha segunda bebida saldría de tono completamente negro. También surgió la hipótesis de que la banda no se podía permitir podía pagar un vino caro pero es muy probable que ésto suponga una falacia.
Después, tu mirada se dirigió hacia el líder del grupo y creador de todas canciones, Noel Gallagher que sujetaba su guitarra entre los dedos y se hallaba sentado en el sofá, en el cual había apoyado un póster desplegable de Burt Bacharach. La razón de la inclusión de ese retrato es que éste legendario y multigalardonado compositor californiano es unos de los tótems reverenciados por el mismo Noel. Años más tarde se especuló también que a través de ésta misma vistosa colocación de ese pequeño mural de Bacharach, los de Oasis hacen un guiño a la portada de disco Ummagumma (1969) de Pink Floyd; donde puede distinguirse, bastante nítidamente y también situado en el suelo, un vinilo de la banda sonora de la película Gigi, de 1958, protagonizada por Leslie Caron.
Al lado de la lámina de Burt Bacharach, tú notaste que había un cenicero, una copa prácticamente vacía (tal vez con un resto de la aludida cerveza Red Stripe), un mechero verde y un paquete de tabaco pero en aquel punto temporal, del año 94, no reparaste en que aquello suponía una señal acerca de la canción del propio LP “Cigarettes and Alcohol” (la cual sería el cuarto single, aunque ya después de la salida oficial de Definitely maybe).
Enseguida te preguntaste cual era la imagen de la televisión que observaba, con tanta atención, el propio Noel Gallagher. Se trataba de su película preferida, es decir, El Bueno, El Feo y El Malo (1966), siendo el batería Tony McCarroll el más cercano a dicho aparato de transmisión, con el bajista Paul “Guigsy” McGuigan apoyado de pie en la ventana central y el guitarrista Paul “Bonehead” Arthurs acomodado en un butacón; también estos tres absortos con dicha proyección televisiva. El instante concreto del citado western es cuando los personajes de Tuco (Eli Wallach) y Carson (Antonio Casale) parlotean, tensamente, de intercambiar oro y agua.
Por cierto, que en el flash de contracubierta de Definitely Maybe, el fotograma que aparece en la propia televisión pertenece al metraje, también del Oeste, Por un puñado de dólares (1964).
Hubo una diminuta particularidad de la que casi no te apercibiste en la tienda de discos.
Como el propio Paul “Bonehead” Arthurs es un incondicional del Manchester United, el guitarrista rítmico de Oasis colocó en la alargada ventana situada a la derecha una minúscula estampa con el rostro del popular futbolista irlandés George Best, el cual pertenecía a ese mismo equipo. Casi no se nota pero ahí se adivina el homenaje a Best.
Prosiguiendo con las referencias balompédicas, como los hermanos Gallagher y el baterista Tony McCarroll son fervorosos partidarios del Manchester City, éstos instalaron en la base de la chimenea un cuadro de Rodney Marsh, un prolífico goleador de los años 60 y 70 y que se erigió como mítico cuando militó en la escuadra mentada. Matizaremos que aunque el City es el sempiterno rival del United (es el tradicional y caliente derby de la capital), Liam y Noel permitieron a un Arthurs, en minoría, salirse con la suya y ubicar la foto del propio George Best porque es éste un histórico jugador respetado y admirado por todos los aficionados al denominado “deporte rey”.
¿Pero que hacía encima de la propia chimenea aquella figura de cerámica en forma de flamingo rosa? La colocó ahí el mismo Paul Arthurs porque le cautivaba ese pájaro con esa tonalidad.
Otro aspecto que te llamó la atención fue lo del voluminoso globo terráqueo.
Tú, yo y el resto de seguidores de a pie no podíamos conocer, en 1994, que dicho objeto lo trajo uno de los asistentes de conciertos de Oasis y entonces, el fotógrafo Michael Spencer-Jones, tras retirarlo de la ventana donde lo había situado la banda, lo colgó del techo sujeto con un hilo invisible; sacado éste de un carrete que guardaba dicho retratista de su época de estudiante. Aunque, en el primer instante lo de la esfera terrestre no complació a Noel Gallagher, enseguida éste estuvo totalmente de acuerdo con Spencer-Jones en que aquello simbolizaba que Oasis anhelaba dominar el Mundo. Entonces, el cameraman hizo girar el globo con el objetivo de aparentar movimiento y, de manera intencionada, fue el único elemento de la escena que saldría desenfocado.
Una vez, hecho esto último de la rotación de la liviana bola planetaria y con la banda quieta posando, el fotógrafo actuó con rapidez y efectuó la definitiva toma visual (¡clic!), la cual sería la oficial de la portada. De todos modos, debemos matizar que un ya curtido Spencer-Jones proporcionó a dicho icónico flash un tratamiento químico posterior con el motivo de que despuntaran los tonos azules y amarillos. Ésto mismo lo llevó a cabo este experto para que ambos colores funcionaran como nexo de unión de todo lo que se contemplaba en la escena “congelada” y para conceder a la misma un ligero toque experimental y surrealista; algo habitual, ésto último, en los trabajos de Spencer-Jones referentes a cubiertas de grupos de rock, como también efectuó con The Verve; entre otros.
Vayamos un instante atrás, para así tratar de lograr una perspectiva más general de este mismo asunto de los artísticos detalles vintage.
Comentar que un día antes de apretar el botón de la cámara, el retratista citado les había pedido a cada miembro del conjunto británico que portaran objetos personales para ayudar así a dejar caer una narrativa visual; una técnica ésta tomada del cuadro titulado Retrato de Giovanni Arnolfini y su esposa, con la autoría del pintor belga Jan Van Eyck. Explicaremos que en esta misma pintura del siglo XV los distintos elementos se encuentran estratégicamente posicionados para sugerir una historia, en este caso, la de que los mercaderes flamencos, como el mismo Arnolfini, se enorgullecen de sus posesiones materiales.
Te planteaste una última cuestión antes de considerar si agitabas tu monedero por aquel LP de Oasis. ¿Qué significaba aquel dubitativo y enigmático título del álbum, Definitely Maybe? Dicho encabezamiento proviene de un cartel que Noel Gallagher advirtió en un bar pero el músico no recuerda que era lo que aquel mensaje publicitaba (aunque se arrojaron otras especulaciones sobre ese origen). A Noel le agradó aquella frase por su sentido paradójico y cuando la prensa le preguntó sobre ello, después, sobre si esa misma expresión encerraba algún significado, el músico, evasivamente, contestó siempre mencionando el propio término en cuestión: “Definitivamente… quizás”.
De la tipografía del propio rótulo se encargó el diseñador gráfico Brian Cannon, el cual también desempeñó su labor para los frontales de otros grupos como, por ejemplo, The Verve, Super Furry Animals o Suede. Tras una serie de pruebas y retoques, Cannon escribió a mano, con su propia letra, el mensaje principal Definitely Maybe; además de que fue él mismo el que creó el primer y más reconocible logotipo de Oasis y el que intervino en otras portadas del propio grupo mancuniano como la de su single “Live Forever” o de sus siguientes álbumes (What’s the Story) Morning Glory? (1995) o Be Here Now (1997), por ejemplo.
«Definitivamente… quizás me compre este LP», fue, exactamente, lo que pensaste aquel 29 de agosto de 1994. Aquella cubierta te acabó pareciendo realmente atractiva cuando la repasaste entera en la tienda, minuciosamente, pero había más datos ocultos sobre dicho frontal y que también ignorabas en aquel momento.
De entrada, el fotógrafo Michael Spencer-Jones tenía la sólida intención de ir a Suiza o algún país exótico a retratar a los Oasis pero a éstos les debió entrar pereza de viajar tan lejos solamente por el motivo de la portada y no se quisieron mover de su propia región natal. En consecuencia, Noel Gallagher acabó decidiendo que aquella foto se acabaría perpetrando en una vivienda victoriana propiedad del mismo Paul Arthurs, en el pueblo de Didsbury, (al lado mismo de Manchester) y que a nadie se le ocurriese cuestionar al “jefazo” y único compositor del combo, en aquel instante del año 94.
Por contra, el propio Spencer-Jones se mostró muy quejoso por la autoritaria decisión de Noel porque nadie le avisó, previamente, de esa localización casera y se quedó auto-preguntándose, sarcásticamente, si es que los del quinteto de Oasis iban a jugar a las cartas en el comedor para sacar eso mismo, luego, en la cubierta del LP. Al final, con resignación, dicho profesional “fotero” encontró que el salón con ventanal podía ser el sitio más adecuado y más interesante (y quizás el único) dentro de aquella pequeña morada, a la hora de realizar su labor competente.
Una vez situados todos allí, para que los protagonistas cupieran en la foto el mismo Michael tuvo que recurrir a un truco profesional que fue utilizar una gran lente angular para hacer parecer que aquel cuarto se viese más amplio de lo que en realidad era. Además, Spencer-Jones apartó cualquier objeto que pudiera hacer sombra para que no se produjese un efecto de contraluz, el cual temían los integrantes de la banda norteña.
Como dato positivo, Michael Spencer-Jones reveló, años después, que cuando empezó a lanzar instantáneas a los jóvenes chicos de Oasis, su instinto le predijo que se convertirían en astros del rock porque se les veía absolutamente seguros de sí mismos.
Añadiremos que la inspiración para idear aquella pose grupal, le vino a Noel Gallagher debido a una contraportada de un álbum recopilatorio, de 1966, The Beatles (concretamente A Collection of Beatles Oldies), donde el fotógrafo Robert Whitaker capturó un momento distendido de Lennon, McCartney, Starr y Harrison sentados alrededor de la mesa de un hotel, en medio de su gira por Japón. Como siempre, los Fab Four de Liverpool máxima referencia de Noel…
Lo anecdótico es que a mitad de las sesiones fotográficas de Definitely Maybe , Liam Gallagher se dirigió a la calle sin mediar palabra, se montó en una moto Lambretta y salió disparado, con el propio fotógrafo Michael Spencer-Jones corriendo detrás, desesperadamente, para pedirle a Liam que retornase.
Ni siquiera tú te podías imaginar, a mediados de los 90, que en el año 2016, se organizaría una exposición, denominada Chasing the Sun, sobre los primeros tiempos de Oasis; donde, por ejemplo, los y las fans de la banda podían fotografiarse en el interior de una réplica muy fiel a la habitación de la portada original del álbum que hoy nos atañe.
Saliste de la tienda con un vinilo bajo el brazo y con una sonrisa en tu semblante, aquel 29 agosto de 1994. Sentiste que no habías fallado en el hecho de haber invertido acertadamente tu dinero.
Gracias a aquella curiosa, llamativa y detallista portada, te terminaste de decidir a adquirir aquel tan prometedor LP del grupo inglés Oasis, el cual iba a hacer Historia y a adueñarse de la Gloria escaso tiempo después…