Portadas icónicas: Pink Floyd – A Saucerful of Secrets

El imprevisible genio Syd Barret, instaurador de Pink Floyd, en 1967 y en aquel instante, principal turbina creativa de la banda, fue expulsado de la misma, en 1968; siendo reemplazado por David Gilmour. Sin embargo, un ya enfermo Barret legó a sus compañeros Roger Waters, Rick Wright y Nick Mason una serie de insólitas sendas experimentales para que éstos las siguieran y las enriquecieran.

Esa mentalidad vanguardista y aperturista no solo se vio plasmada en las estrambóticas, arriesgadas, magnéticas, arcanas, lisérgicas y escurridizas canciones del grupo, en ese año 68, sino que también Waters y compañía hicieron un encargo con intención de construir una barroca portada destinada al segundo álbum del grupo: A Saucerful of Secrets. Después de The Beatles, con respecto a la obra que hoy comentamos, Pink Floyd fue el segundo grupo de la historia con permiso de la discográfica EMI para contratar diseñadores externos con respecto al propio sello.

Esa propia imagen de entrada se presentó como un muy complejo collage de varios elementos místicos y galácticos; corriendo a cargo ese trabajo visual por parte de unos, por entonces, jóvenes dibujantes británicos de arte, Storm Thorgenson y Audrey Powell; los cuales eran compañeros de piso del propio Syd Barret y compinches del propio combo.

Tratemos de desmenuzar ahora, una por una, que nos intentan transmitir y de donde proceden las piezas de este tan complicado puzzle y trataremos de abreviar lo más posible sobre ello, porque aún se podría contar mucho más que todo lo siguiente.

1. El título del álbum se traduciría, aproximadamente, como “un platillo de secretos” y dado el contexto de space-rock en que nos movemos, podría aludirse a los misterios que encierra un platillo volante. En definitiva, la ufología como una de las temáticas manejadas y sugeridas por el grupo.

2. A la derecha del logo de la banda aparece el carácter “p” y a la izquierda las letras “y” y “d”.  Éste último detalle, ¿supuso un guiño a S-y-d Barret, el compañero perdido o simplemente se coló un error de impresión, de la edición estadounidense, respecto al nombre de los propios Pink Floyd? Han sido varias las especulaciones sobre ello, a lo largo de la décadas.

3. El dibujo del centro fue creado, en 1618, por el grabador a buril, Matthäus Merian, por encargo del escritor alemán sobre Alquimia Johan Daniel Mylius y fue destinado a aparecer en la obra documental Opus Medicum-Chymicum. Al nigromante de la barba y de la túnica verde, que se le ve en la portada con una hacha en cada mano y rodeado de árboles (símbolos del jardín filosófico), le sobrevuela un círculo zodiacal. Éste conjunto de animales simbolizan las fases químicas (calcinación, imbibición, etc) que se necesitan para llegar a la piedra filosofal.

Queda oculta, en la propuesta óptica de los Floyd, la parte superior de dicho círculo lleno de ángeles, símbolos y letras hebreas sobre la deidad; además de también omitirse la Luna y la Sol (simbolizando Lo Masculino, lo Femenino y el Ciclo Universal) a la izquierda y la derecha del sabio alquimista del centro; todo lo cual sí aparece en el grabado original del siglo XVII, lógicamente. Este dibujo completo creado en el medievo significa, siempre desde una perspectiva alquímica, la unión entre el mundo inferior y terrenal (representado por ese horóscopo citado) y el superior y divino (simbolizado, por ejemplo, por los querubines comentados).

4. En la zona de abajo de la portada aparecen una serie de vasijas, relacionadas con la propia Alquimia, la cuales, supuestamente, contendrían los reactivos químicos para el Big Bang y la formación de las Galaxias y de la Tierra. Los pájaros que se sugieren dentro de dichas ampollas representarían los distintos estados alquímicos. Dicho dibujo data del año 1530 y está tomado de un volumen documental titulado Splendor Solis, con autoría de un alquimista llamado Salomon Trismosin (profesor de Paracelso).

5. También hallamos otro tema, relacionado el mismo en su origen, con el superhéroe Doctor Strange y procedente de un tebeo de Marvel de los creadores Stan Lee y Steve Ditko, de 1967, sobre este personaje; concretamente el nº158, titulado Las arenas de la muerte. En concreto, se trata de una viñeta en la que el popular mago y médico sostiene una tensa conversación con un poderosísimo ente omnisciente y guardián del Multiverso, llamado “Tribunal Viviente”; donde éste le comunica al mismo Strange que La Tierra ha de ser destruida por suponer la misma una amenaza. En medio de ambos y como motivo del conflicto, aparece nuestro planeta reproducido varias veces como figurado objetivo del atacante y también del defensor de la propia esfera azul.

Esto mismo fue traspasado hacia la cubierta de A Saucerful of Secrets por Storm Thorgerson, interesado éste en esa lucha estelar de El Bien y el Mal que comentamos entre el Doctor Strange (en el centro-derecha de la portada) y “Tribunal Viviente” (su rostro se adivina arriba a la izquierda). Como añadido, esas diversas posiciones planetarias del frontal que nos ocupa indicarían la evolución del Planeta Tierra, desde sus inicios hasta llegar a lo que conocemos hoy día. Sin embargo, estos personajes de ficción quedaron reflejados de modo muy poco nítido en la propuesta pinkfloydiana, por un problema de imprenta, en unos colores marrones y negros; al igual que el tono de los propios planetas.

Agregar que los Pink Floyd de los años 60 se declararon muy seguidores de los cómics sobre el propio Doctor Strange y el grupo efectuó una mención del propio super-héroe en la letra de su canción “Cymbaline”, para la banda sonora de la película More, de 1969. Como guinda, el film de 2016, sobre el propio Strange (con Benedict Cumberbatch de protagonista) le devuelve la cortesía a Waters, Gilmour y Cia., ya que en una de sus primeras escenas suena el tema “Interstellar Overdrive”, de 1967.

6. En medio de todo ese montaje de referencias, algo veladas, a la alquimia y al cómic, se puede observar una imagen muy diminuta de los mismos Waters, Gilmour, Wright y Mason metidos dentro de una esfera transparente, con lo que aparenta ser el río Támesis de fondo. Se dice que se tomó dicha fotografía con una cámara de rayos infrarrojos. Los 4 miembros de la banda podrían encarnar, en este específico caso, las diferentes fases del Hombre y su relación con Fuerzas Superiores, es decir con Dios o con el propio Universo.

Una vez expuestas y mínimamente analizadas aquí todas las partes separadas, aquí viene el voluminoso interrogante: ¿Porqué se amalgamaron y superpusieron, en 1968, todos esos elementos en una sola cubierta, en concreto, la de los Floyd? Quizás no exista una explicación del todo precisa y han brotado distintas interpretaciones como que, por ejemplo, aquellos guiños oculares representaban temas de moda en los años 60 o que todos esos ingredientes son un popurrí de sueños para representar tres estados alterados de la conciencia: religión, estupefacientes psicotrópicos y el sonido de Pink Floyd.

Por si se puede aclarar algo más acerca de la enigmática y fascinantemente cargada cubierta, el mismo diseñador Storm Thorgerson manifestó lo siguiente en el año 2010:

“La portada es un intento de representar las cosas en las que la banda estaba interesada, colectiva e individualmente, representadas de una manera que fuera acorde con la música. Psicodelia, bordes borrosos de astrología, planetas rojos. El Doctor Strange en imágenes que se fusionan, a un millón de kilómetros, con ciertas experiencias farmacológicas. Comenzando con A Saucerful of Secrets, el grupo empezó a experimentar con piezas más extensas y la música se convirtió en una cascada que cambió de una forma a otra.”

En terrenos referidos al rock, aquello fue el primer trabajo pleno de surrealismo, innovación, creatividad y distorsión del mismo Storm Thorgerson y su socio Aubrey Powell, los cuales habían fundado, recientemente en ese año 68, el grupo de trabajo gráfico Hypgnosis. Éstos también se encargaron de otras portadas siguientes de los propios Pink Floyd como, por ejemplo, Ummagumma (1970), The Dark Side of the Moon (1973), Wish You Were Here (1975) o Animals (1977); además de trabajar también en front covers de otros astros setenteros del rock como Black Sabbath, AC/DC, Styx, Nazareth, Genesis, Rory Gallagher, T-Rex, Al Stewart, Wishbone Ash, E.L.O., Led Zeppelin, Emerson Lake and Palmer, Wings, Alan Parsons Project, Yes, Rainbow y una nómina de impresión.

Como trasfondo comentar que, durante los años 60 existía mucha afición a las novelas de ciencia-ficción de, por ejemplo, Ray Bradbury o Robert Henlein y a ciertos círculos artísticos de Inglaterra les agradaba desplegar una visión futurista de todo así que, tal como se sugirió antes, esto mismo no fue ajeno a Pink Floyd. Éstos últimos, debido a esa imagen frontal de A Saucerful of Secrets, comenzaron a ser considerados como adalides de la propia sci-fi, de lo fantástico, de lo extraterrestre y de lo esotérico (asuntos muy en boga por entonces, subrayamos una vez más) durante aquella década e incluso la siguiente; a pesar de que en los años 70 el grupo dirigió sus letras ya hacia temáticas más sociológicas.

Incluso, aquellas constantes asociaciones, motivaron que algunos programas de televisión dedicados a la llegada del Hombre a la Luna, en 1969, pusieron de fondo la música de los Floyd. Por otro lado, la relación con el ocultismo que se les atribuyó, insistentemente, al propio grupo parecía mucho más asociada a bandas de hard-rock como Led Zeppelin y otras del género, según se desprende de la quejosa opinión del batería Nick Mason.

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Sobre Txus Iglesias 58 Artículos
Albergo una inquebrantable fe en ese sacro, inmenso, lumínico e intemporal motor bautizado como “rock and roll”.