Prólogo pinkfloydiano
Ya os hemos hablado, extensamente, en esta misma sección, aquí en Science of Noise, de otras portadas de álbumes de Pink Floyd en los casos concretos de A Saucerful of Secrets (1968) y The Dark Side of the Moon (1973). Así pues, proseguimos dicha línea de textos sobre esta banda y trataremos hoy el tema de la cubierta del disco The Division Bell(1994), con motivo del 30 aniversario de esta misma obra.
En relación al título del álbum
El título del álbum se traduciría como “La Campana de la División”, la cual se halla en el Parlamento Británico y dicho aparato suena, tradicionalmente desde el siglo XIX, para llamar a una votación de las autoridades de dicho edificio legislativo de Inglaterra. Este mismo timbre podría simbolizar, según Pink Floyd, la agria separación de las ideologías de las personas, en general.
Inicialmente, se barajaron rótulos para el álbum de 1994, como Down to Earth, por parte del batería Nick Mason o Pow Wow, a sugerencia del guitarrista David Gilmour y es que, dentro del ambiente del grupo, hubo una serie de discrepancias y debates acerca de ello pero no se conseguía un consenso, incluso estando ya cercana la fecha de entrega del álbum ya masterizado a la discográfica EMI Records.
Finalmente, se zanjó el tema a través de una tercera opción que fue la de la consabida frase “campanera”. Eso mismo aconteció en una cena, durante una charla de la agrupación británica con un buen camarada del propio Gilmour como es el escritor de ciencia-ficción Douglas Adams (autor éste de la popular novela Guía del autoestopista galáctico). Resultó que la banda le expresó al literato que si éste encontraba un encabezamiento adecuado para el LP, los Pink Floyd le prometían a dicho novelista efectuar una generosa donación de 5.000 libras a la organización caritativa que el mismo Adams escogiese (al final, resultó ser la Agencia de Investigación Medioambiental).
Éste último se pensó unos días lo del título ideal y entonces, tras leer varios versos de las recién terminadas tonadas “floydianas”, Douglas Adams sugirió el término “The Division Bell”; el cual, por cierto ya figuraba, concretamente, en la letra de la canción “High Hopes”; la cual estaba ya escrita de antes y destinada al propio LP de 1994, efectivamente. Una circunstancia ésta que también hizo a David Gilmour y a Nick Mason enfadarse consigo mismos porque tenían esa radiante idea en sus propias manos pero no le habían dado la importancia adecuada ni prestado la atención suficiente.
Concepto de la imagen de la cubierta
Storm Thorgerson es el hombre, es el nombre, es la leyenda, es el cerebro, es la clave para que la mayoría de las cubiertas de los propios Pink Floyd sean de las más llamativas, suculentas, enigmáticas y trabajadas de absolutamente toda la cronología del rock. Efectivamente, se hizo cargo también dicho diseñador gráfico, es decir el insigneThorgerson, de capitanear todas las complejas operaciones en lo que respecta a la surrealista imagen de presentación de The Division Bell.
Así pues, ya con el título del LP decidido por parte de David Gilmour, Nick Mason y el reincorporado Richard Wright y ya de cara a la estampa del frontal, el mismo Storm Thorgerson propuso una serie de ideas y finalmente, en conformidad con la banda, el prestigioso creador visionó, organizó y dirigió un carísimo y extravagante montaje acerca de dos inquietantes cabezas metálicas de 1500 kilogramos y una altura de 7 metros cada una. A éstas grotescas y gargantuescas figuras se las observa colocadas de perfil, una frente a la otra, quizás como si mantuvieran una tensionada y maquinal discusión entre sí; una pose ésta que casa con la temática de algunas canciones del disco acerca de lacomunicación pero también de la incomunicación que establecen las personas entre sí, en general.
Ya en el terreno particular, dichos dos semblantes de la portada, ¿podrían ser, simbólica e hipotéticamente, unos enfrentados titanes Roger Waters y David Gilmour? Es decir, ¿se representaría aquí también el fracaso del diálogo entre ambos y sus abismales diferencias personales y artísticas?
Este interrogante ya queda a la interpretación de cada espectador y a la especulación de cada oyente.
Las colosales figuras robóticas, ideadas y dibujadas por Keith Breeden y construidas por John Robertson siempre bajo la supervisión del mandamás Storm Thorgerson, fueron situadas al lado de un campo sembrado, con la catedral anglicana de Ely Town como fondo; en el condado de Cambridgeshire, al Este de Inglaterra.
Dichas dos testas gigantes de la cubierta de The Division Bell, las cuales resultan, intencionadamente, como unas primas lejanas de los moáis de la Isla de Pascua, fueron posicionadas una frente a la otra también con el propósito adicional de crear una sensación óptica para que todo aparentase ser una sola cara; además de que, según el propio Storm Thorgerson, aquel segundo concepto suponía un tercer rostro “ausente” que venía a representar el del mismísimo Syd Barret, fundador y líder de Pink Floyd en los primeros tiempos de éstos, como todos sabemos. ¿Por qué Thorgerson afirmó ésto? ¿Se confirma así que los otros dos “presentes” en la fotografía encarnan a David Gilmour y a Roger Waters, ya alejado éste último de la banda, desde 1984? Luego comentaremos un videoclip del grupo del propio año 1994 y quizás así, se pueda entrever algo de ésto.
Probable fuente visual y temática
Es posible que para esta portada a los Floyd les influyera, previamente, la fría y seca estética de la cubierta de una de las ediciones del libro, de 1954, The Human Use of Human Beings (literalmente “El uso humano de los seres humanos”), con autoría del filósofo y matemático norteamericano Norbert Wiener. Dicho tomo, además, trata y defiende, precisamente, la comunicación global entre personas a través de las máquinas; entre otras variantes ideológicas de dicho paginado.
Montaje previo de las estatuas
Además de la obra de Arte de la dupla de “cabezas metálicas”, se hizo una réplica de las mismas de 7 metros de altura pero ahora esculpidas en piedra; ahora obra del escultor Aden Haynes. Esta segunda toma alternativa, situada en el mismo campo de Ely Town, se utilizó como imagen para el formato casette y para los pósters de la gira correspondiente de Pink Floyd, de 1994.
Todas las diversas fotografías de prueba de todas las efigies se tomaron en Invierno, durante dos semanas concretamente de un gélido mes de Febrero y durante diversos momentos del día; ambas cosas para tratar de capturar la mejor iluminación posible y un cielo realmente azulado y resplandeciente.
Apuntaremos que durante el montaje previo surgió el problema de que, debido a que la zona específica se hallaba embarrada, el camión preparado para ese tipo de trabajos que transportaba las esculturas metálicas no podía acceder al campo sin hundirse. De tal modo, un enojado equipo de ayudantes del fotógrafo Tony May se vieron obligados a llevar las pesadas figuras desde la carretera hacia el lugar supuestamente previsto. Dicha reacción malhumorada aumentó aún más cuando llegó el “jefazo” Storm Thorgerson para inspeccionar como marchaba todo y les comunicó a los trabajadores que se habían equivocado de sitio por unas cuantas decenas de metros, con lo que los operarios tuvieron que deshacer el trabajo de desplazamiento y corregir el mismo.
Se dio otra circunstancia curiosa y es que como las descomunales estatuas hubo que situarlas en campo abierto según el guión artístico, pues podía verlas cualquiera; así que Storm Thogerson ordenó a su equipo utilizar unas gruesas y vastas redes de camuflaje, compradas las mismas en una tienda de sobrantes del Ejército, para así cubrir por encima las propias efigies cuando no se las retrataba. Esto mismo se realizó como medida de precaución para que ni el público ni los rotativos supieran de que iba aquello en caso de que se presentasen allí antes de que se publicara el álbum.
De todos modos, finalmente, nadie ajeno al personal autorizado se acercó a curiosear debido, quizás, al intensísimo frío invernal que hacía en aquella zona tan abierta y pantanosa a 100 kilómetros de Londres…
Conexiones con uno de los video-singles
Añadiremos que, el faraónico video-clip oficial del single “High Hopes”, dirigido por el propio Storm Thorgerson, contiene escenas como la de la enorme escultura del propio Syd Barret (también con autoría de Aden Haynes), como se sugirió antes y de ese modo, dicho rodaje guardaba cierta relación con la grandilocuente estética de la portada; ya que además, por ejemplo, en el clip un hombre observa, desde lejos, la propia catedral de Ely Town; la cual también aparece de fondo respecto a las colosales cabezas robóticas de la citada cubierta de The Division Bell.
¿Qué fue de aquellas raras efigies?
Pero… ¿qué ocurrió con las estatuas después de aquella pomposa puesta en escena de 1994, es decir, que se acabó haciendo con dichos monumentos? Los datos conocidos revelan que, en el año 2001, los voluminosos y extraños objetos se transportaron a la ciudad de Cleveland, en Estados Unidos, para instalarlos en el afamado Rock and Roll Hall of Fame y ya en 2017, los entes metálicos viajaron a Londres, concretamente en el Museo Victoria and Albert, donde allí se realizó una importante exposición sobre Pink Floyd…
La reacción posterior de Roger Waters
Desafortunadamente, no fue ninguna sorpresa que Roger Waters calificara de “basura” el LP The Division Bell porque a él no le agradó nunca que Pink Floyd siguieran su carrera sin él como, por ejemplo, en aquel 1994 (tampoco Waters con sus LPs en solitario ni superó ni igualó su sublime época “floydiana” de los años 60 y 70) e incluso, el mítico bajista apareció, hacia 2014, en una fotografía confrontando y superponiendo una de las caras de la susodicha portada recortada con la suya propia y quizás así, al mismo tiempo, hacía algo de burla y provocación sobre el tema.
Mi opinión personal es que aquella fue una lamentable guerra en la que todos los integrantes de Pink Floyd perdieron a nivel artístico y sonoro, tal y como sucedió también con las disputas dentro de Supertramp, The Smiths, Oasis o The Beatles; entre otras muchas bandas de leyenda.