Introducción
Los Angeles. 9 de febrero del año 2040. 10 de la mañana.
Se abren a su hora exacta, automáticamente, los portones del Gran Museo nº27 de la Historia del Rock, dentro de la propia metrópolis californiana. Un nutrido grupo de 211 ilusionados visitantes va penetrando en el recinto y el potente dron-guía, de color rojo, que va sobrevolando todo el larguísimo pasillo del edificio unos metros por encima de la propia gente y que se halla asignado al sonido ambiente, comienza a emitir, en tono elevado, pequeños fragmentos de las canciones del LP de The Doors, Morrison Hotel; ya que se cumple, justamente, el 70 aniversario de la publicación oficial de dicha obra.
En consecuencia, algunas partes de las excelentes “Roadhouse Blues”, “You Make me Real”, “Peace Frog”, “The Spy” o “Maggie M’Gill” y del resto de piezas correspondientes a ese prodigioso disco se van oyendo a todo volumen, efectivamente, a través del dispositivo volador acondicionado para esa función de hilo musical, dentro del Museo.
Acto seguido, a lo largo y ancho de las amplísimas cuatro paredes del propio pasadizo de bienvenida aparecen, de modo abrumador, numerosas réplicas de la portada del propio disco Morrison Hotel en altísima definición digital. Además, el techo y el suelo del citado corredor también se suman a esa pixelada representación óptica de dicha cubierta, la cual baña absolutamente todo el ambiente.
Entonces, tras unos minutos, una intimidante y autoritaria voz metálica, la cual resuena en toda la descomunal instalación, pide al atónito grupo de 200 y pico personas que se detenga justo antes de llegar a un negra y resplandeciente habitación vacía, situada al fondo; la cual abarca unos 25 metros en todas sus dimensiones, o sea, alto, largo y ancho.
Por su parte, el dron-orientador rojo se queda quieto en el aire, ajusta un mando interno y torna a hacer sonar un trozo de todas las tonadas del LP Morrison Hotel pero ya de manera mucho más suave y baja.
Retrocediendo hacia finales de los años 60
Tras esta primera orden vocal proveniente de un cronovisor holográmico, modelo D-589, éste mismo continúa con una segunda fase de su programa y cumple con la búsqueda de las coordenadas geográficas y temporales, establecidas éstas para la ocasión. Primero, los circuitos internos del vanguardista aparato abren una brecha temporal y digamos que, una cámara empieza a coger visión directa del centro de Los Ángeles en fecha de 10 de diciembre de 1969. Inmediatamente después, dicho periférico de la máquina rastrea y enfoca, in situ y a velocidad de vértigo, una serie de sucesos históricos específicos; los cuales interesa extrapolar de cara a la visita programada en el Museo.
Al cabo de pocos segundos de hacer el encuadre y de proceder a la selección de los reales episodios pretéritos, el sofisticadísimo artilugio cronovisor, ya en un tercer paso, comienza a mostrar un enorme holograma en el citado espacio habilitado para ello, de 25 metros, ante la máxima atención de los visitantes melómanos; aficionados la mayoría de éstos al classic rock. ¡Son escenas extraídas del propio pasado, en 1969, pero que transcurren como si fuesen en directo, en el año 2040, dentro del museo!
Búsqueda del sitio ideal para la cubierta
En las imágenes de visión gráfica, en 3D, aparece el peligroso y suburbial centro de Los Ángeles por el que pasean el teclista Ray Manzarek y su novia Dorothy Fujikawa, el mentado 10 de diciembre de 1969. Ambos se encuentran buscando un lugar especial, dentro de la capital californiana, que sirva para ambientar la portada del quinto álbum de estudio de The Doors; el cual, por cierto ya ha sido totalmente grabado desde un mes antes, es decir, en noviembre de aquel año 1969. Por lo tanto, solo resta escoger la cubierta y el título del LP; aunque, un par de días antes, el mismo Manzarek le había comunicado, por teléfono al director de Arte, Gary Burden, que todavía no había ninguna idea clara respecto a este último tema visual.
Finalmente, Ray y su chica Dorothy se fijan en un peculiar y pintoresco albergue de precios muy bajos; el cual, responde a la dirección 1246 South Hope Street y donde sus clientes suelen ser indigentes y también turistas ocasionales de clase media.
Aquel sitio, fundado en el año 1914, se llama Morrison Hotel y a Ray Manzarek le hace gracia que aquel apellido, el cual se refleja en los rótulos de la entrada, coincida con el del cantante de The Doors, es decir, Jim Morrison; aunque este último, por supuesto, no tiene ninguna relación o parentesco con el nombre del citado alojamiento. Es entonces cuando el mismo Manzarek avisa a sus compañeros de banda sobre que aquella fonda, de coincidente denominación, podría valer para ser el frontal ideal para el quinto LP que The Doors se hallan ultimando y, consecuentemente, Ray les comunica a todos que seguro que el sitio propuesto les agradará para tal fin.
A las pocas horas, el reputado fotógrafo de The Doors, Henry Diltz (el cual retrató también, a lo largo de su carrera, a otras figuras del rock de la talla de Crosby Stills and Nash, Joni Mitchell, Jackson Browne, Keith Richards, The Who, Neil Young, Jimi Hendrix o Kurt Cobain), se dirige, él solo, a inspeccionar el Morrison Hotel y una vez allí, al retratista Henry le agrada la arquitectura del vestíbulo por su aspecto antiguo, es decir, de la época de 1940. Finalmente, lo considera un sitio idóneo para lograr el artístico objetivo postrero y además, en ese instante, sabe el mismo Henry Diltz el modo correcto en que debe hacer su trabajo óptico para esa ocasión específica de la cubierta del álbum.
La curiosa puesta en escena
El cronovisor holográmico hace una pequeña pausa de dos segundos y recrea, fielmente y con una precisión asombrosa, la siguiente escena en 3D. Ésta transcurre una semana después del episodio anterior, es decir, nos hallamos ahora en el 17 de diciembre de 1969, en el centro de Los Ángeles.
Al lado del Morrison Hotel aparca una furgoneta de marca Wolkswagen y descienden de la misma la siguiente alineación: Robby Krieger (guitarra), John Densmore (batería), Henry Diltz (fotógrafo) y Gary Burden (director de Arte); además de los propios Ray Manzarek y Jim Morrison. Cuando éste último observa la escasa categoría de aquel hospedaje, el carismático vocalista comenta a sus compinches que aquel es un sitio ideal para planear un crimen o para empezar una religión.
“Se trata de una de esas típicas frases de ‘Chamán’ Jim” – aclara la voz maquinal del cronovisor ante los muy interesados visitantes del Museo.
Sin más demora, el holograma gigante prosigue su movimiento acerca de la refracción de los hechos del 17 de diciembre de 1969.
Entran Ray Manzarek y el resto de la tropa de artistas en el mentado edificio hotelero y le piden permiso al recepcionista para hacerse unas fotografías sentados en el propio vestíbulo de entrada. Sin embargo, surge un pequeño contratiempo porque aquel empleado se niega, en redondo, a dejarles llevar a cabo la sesión de instantáneas que The Doors pretenden ya que los propietarios de ese negocio de habitaciones se hallan de viaje, fuera de Los Ángeles y si les debe consultar primero a éstos últimos.
Ante esa imposición, de momento Henry Diltz realiza unas fotos de Krieger, Morrison, Densmore y Manzarek en la calle, justo al lado del Morrison Hotel pero, entonces, acontece que el aludido conserje se ausenta de su puesto para tomarse un descanso en otra sala, después de tomar el ascensor. Es ahí mismo cuando el propio camera man Diltz reacciona con total presteza y pide a los miembros de The Doors que entren, secreta y sigilosamente, en la zona de recepción del propio alojamiento y que los cuatro posen sentados delante de la cristalera que da a la calle; desde donde se observa, en grande, el apelativo escrito del propio recinto.
De tal modo, a todo trapo y durante 5 minutos, el mismo Henry Diltz suelta una serie de flashes, desde el exterior, enfocando a los traviesos The Doors, agotando incluso un rollo entero y entonces, acto seguido, Diltz y el director de Arte, Gary Burden, hacen señas a la banda para que salgan del Hotel tan rápidamente como han entrado. Para cuando aquel encargado de atender a los clientes retorna a su lugar de trabajo, el mítico cuarteto de músicos ya han desaparecido de allí a la velocidad del diablo.
De todos modos, no todo fue ejecutado de manera furtiva porque cuando el álbum estaba a punto de ser publicado el 9 de Febrero de 1970, los abogados de Morrison, Krieger, Manzarek y Densmore sí que tuvieron, finalmente, que pedir autorización legal al dueño del Morrison Hotel acerca de la propia cubierta citada.
¿Un fantasma en la fotografía oficial?
El cronovisor congela el holograma un instante y precisamente, muestra la fotografía oficial que aparece como presentación del disco, publicado éste en el citado 9 de febrero de 1970. Acto seguido, dicho prodigioso mecanismo traza un círculo azul, de modo digital, para rodear y así advertir algo que no se observa a simple vista si no te fijas bien: una figura enigmática, algo borrosa y de color negruzco que aparece, al fondo del retrato, justo encima de la cabeza de Jim Morrison.
De repente, la vocalización artificial pregunta a los visitantes quién puede ser aquella fantasmal figura. ¿Es acaso el propio recepcionista que había retornado de sorpresa pero permaneció callado ante lo que observó? Antes de que nadie reaccione y se postule a intentar adivinar quien esa indeterminada persona, la robótica dicción en off explica que esa silueta tan oscura y difusa, de fondo, no es más que el reflejo en el cristal del propio Henry Diltz; el cual se hallaba, por supuesto, tomando las fotografías, a los cuatro The Doors, desde fuera del Morrison Hotel, es decir, en la vía urbana.
Apuntes sobre la también célebre contraportada
Las históricas imágenes continúan su móvil curso en el formato de tres dimensiones informatizadas y los visitantes del museo sienten, muy adentro, que es como si estuvieran allí mismo, el 17 de diciembre de 1969, es decir, como si vivieran aquel gran momento, en presente y fueran testigos directos de todo ello.
Poco después se observa como Jim Morrison, Ray Manzarek, John Densmore y Robby Krieger, acompañados de Henry Diltz y Gary Burden, se dirigen al número 300 de la East 5th Street; al norte de Los Ángeles, donde se ubica un bar de cocktails llamado Hard Rock Café.
Se deciden tomar allí mismo, entonces, varias fotos más destinadas a la contraportada del álbum (mostrando el exterior del local) y también al interior del mismo LP, donde aquí se muestra a de The Doors ingiriendo, distendidamente, unas cervezas en la barra de la taberna. Adicionalmente, se acabarán descartando algunos otros flashes más efectuados por Diltz, donde la banda californiana parlotea con algunos clientes habituales de aquel local.
La impersonal voz metálica del cronovisor holográmico ejerce un breve inciso informativo y matiza que cuando se publicó el LP, en febrero de 1970, el empresario americano Isaac Tigrett telefoneó desde Inglaterra, al propio Diltz, preguntando por aquella taberna que se observa en la contracubierta de la obra. Precisamente, el tal Tigrett resultó la misma persona que adquirió los derechos del propio nombre Hard Rock Café y montó así una popular cadena de establecimientos con esa misma denominación, empezando por Londres, en 1971.
Con el paso de las décadas, toda esta franquicia se convirtió en un afamado emplazamiento, ideal el mismo para los aficionados al rock y la cerveza de todo el mundanal globo; con una cifra total de 175 sucursales en 53 países.
La galería de musicales flashes
Entonces, el impresionante aparato de cronovisión interrumpe la transmisión basada en auténticos y físicos retrocesos temporales hacia el lejano pasado de 1969. Seguidamente, se inicia una cuenta atrás de 20 segundos y, como relevo, entra en escena un segundo dron-guía de color verde, aunque éste ya no viaja en el tiempo sino que se dispone a ofrecer una serie de fidedignas y más recientes documentaciones de archivo; aunque eso sí: este tercer ingenio tecnológico prosigue con el sistema de hologramas apuntados hacia el espacio asignado, de 25 metros, mientras dicho “pájaro” de fibra de carbono conserva una posición más o menos fija en el aire.
Por tanto, en un salto temporal de más de 40 años, aparecen imágenes del año 2001 y de algún periodo inmediatamente posterior, resumido éste. Se muestra entonces que el productor discográfico Peter Blachley, el profesional de la industria musical Richard Horowitz y el propio fotógrafo Henry Diltz fundan los tres, en Nueva York y en la propia Los Ángeles, la Morrison Hotel Gallery.
Es éste mismo un amplísimo edificio de exposición de fotografías no solo relacionadas con la tan popular portada de The Doors sino también con miles de imágenes, efectuadas por cientos de prestigiosos fotógrafos de todo el mundo, acerca de otros célebres astros de todos los géneros musicales como Judas Priest, Iron Maiden, The Beatles, Dolly Parton, Amy Winehouse, The Rolling Stones, Metallica, Led Zeppelin, Nina Simone, David Bowie, Ozzy Osbourne, Thelonius Monk, Tina Turner, Mötley Crüe, Stevie Wonder, The Clash, Bob Marley, B.B. King, Slash, Johnny Cash, Madonna, Miles Davis, Joni Mitchell, Elton John, Bonnie Raitt, The Ramones, Bruce Springsteen y un extensísimo e insigne etcétera rítmico; además de también reflejarse flashes de una vasta selección sobre otros campos como el cine, la moda o el deporte, dentro de la propia Morrison Hotel Gallery.
La evolución del Morrison Hotel con el paso de las décadas
El segundo dron-guía, tras un minúsculo intervalo y con la misma técnica holográmica y documental aplicada a lo inmediatamente anterior expuesto, muestra ahora imágenes del año 2020.
En este punto cronológico, el Morrison Hotel original se halla tapiado, estropeado, cerrado al público e inactivo completamente ya desde el año 2004, hace 16 años. Resultó que varios incendios, robos y desastrosos cambios de gerencia, acaecidos a lo largo de las décadas de los 70, 80 y 90, fueron haciendo mella en aquella antigua pensión situada en los bajos fondos de Los Ángeles; hasta provocar su clausura temporal.
De todos modos, aunque el aludido dron de tonalidad esmeralda ha tomado el relevo respecto a la representación visual, la palabra la sigue teniendo la voz del cronovisor y éste sigue informando que en 2015, el hotel lo había comprado un grupo empresarial de Los Ángeles, llamado Relevant Group; el cual tenía en proyecto reformar el propio edificio y convertirlo en un descomunal hotel de lujo con 25 pisos, 435 habitaciones y 215 plazas de aparcamiento. Sin embargo, nada de ésto se llevo a cabo y las obras ni siquiera habían empezado, ni tenían pinta de hacerlo, en el citado 2020.
La siguiente escena emitida, por el pequeño y verdoso vehículo aéreo, a través del citado método de láser lumínico, mostró que, en enero de ese 2020, la corporación Relevant Group por lo menos organizó una escena, con la colaboración de la discográfica Rhino Records, donde se conmemora el 50º Aniversario de la edición del célebre LP Morrison Hotel, montando una recreación de la portada del mismo (con un cartel grande) justo en el mismo sitio de 1969; además de producirse ese mismo día, en la propia Los Ángeles, algún que otro concierto conmemorativo con el actor Dennis Quaid cantando canciones de The Doors y con el mismísimo Robby Krieger acompañándole a la guitarra, con dicho panel de la cubierta del álbum, de fondo.
La segunda máquina voladora, después de otro escuetísimo parón de 1 segundo y medio, dejo ver entonces más escenas y noticias, ahora fechadas en el 19 de diciembre de 2023; secundado todo ello por la explicación verbal del cronovisor.
El Morrison Hotel estaba a punto de ser derruido debido a su prolongada inacción pero, afortunadamente, el edificio cambió de propietarios y fue comprado por la Fundación de la Vivienda Saludable, la cual es una rama de la Fundación de Ayuda Sanitaria contra el SIDA; una organización californiana sin ánimo de lucro. Ésta, dentro de uno de sus programas habituales de amparo a los desfavorecidos, habilitó el propio Morrison Hotel, con 111 apartamentos, para efectivamente acoger a personas necesitadas sin hogar o con bajos ingresos; a las que se cobraría precios extremadamente asequibles en cuanto a los alquileres.
El holograma siguiente es emotivo.
Para ayudar a promocionar dicho anuncio oficial de la generosa compra de la Fundación de la Vivienda Saludable, en el citado diciembre de 2023, aparece en el acto inaugural, nada menos que el ex-batería de The Doors, John Densmore, ya con 79 años en ese instante; quien subiendo al estrado y cogiendo el micrófono, manifiesta que mucha gente que trabaja en Los Ángeles no puede permitirse el lujo de vivir en la ciudad por lo que el Morrison Hotel será ahora una solución a ese problema.
Según el bonito discurso de Densmore, el mismo Jim Morrison se hallaría muy contento de saber que el sitio de la portada del quinto álbum de The Doors, Morrison Hotel, ahora será un lugar de viviendas accesibles. También expresa el ex batería de la icónica banda que en nombre de Jim y de él mismo, están muy contentos y orgullosos por todo eso. Finaliza comentando el baquetero californiano, que después de cientos de portadas de álbumes en los últimos 50 años, ésta del Morrison Hotel es la que todo el mundo conoce.
También se encuentra, en el mismo acto de presentación y restauración de 2023, el fotógrafo del frontal original, Henry Diltz; el cual declaró que era fantástico que ahora ese famoso lugar pudiera ayudar a la gente.
End of transmission
En un rápido movimiento de evasión, los dos drones-guía (el rojo, de la música y el verde, de los archivos holográmicos) desaparecen de la vista de los 211 humanos y entonces, la voz automática del cronovisor suelta un mensaje de atención al público sobre que concluye ya la sesión oficial de la mañana para los visitantes de la exposición en 3D, a fecha de 9 de febrero de 2040, en el 70º Aniversario del LP Morrison Hotel.
También informa la propia máquina que en horario comercial de esa misma tarde del Gran Museo nº27 de la Historia del Rock, en Los Ángeles, a través del mismo método holográmico con previos desplazamientos transtemporales, se mostrará parte del proceso de grabación dentro del estudio, entre septiembre y noviembre de 1969, del propio disco, Morrison Hotel, de The Doors.
Pero por ahora…
-FIN DE LA TRANSMISIÓN-