Prolegómeno
Un disco absolutamente capital en la cronología del más sublime rock es, sin duda, Fun House (1970), de The Stooges; con esas jugosamente volcánicas, duras, sórdidas, locas, caóticas y ásperas canciones como “Down on the Street”, “Loose”, “T.V. Eye”, “Dirt” y demás pedazo de repertorio.
Facilita, enormemente, la entrada a ese espléndido, precursor y rugiente material la portada con el indómito y estrambótico vocalista Iggy Pop y su icónica imagen con el torso desnudo, en posición de retorcerse en el suelo mientras agarra el cable del micrófono y, sobre todo, dando la sensación como si estuviera él envuelto en llamas.
Y es que esos vistosos colores rojos y amarillos, los cuales protagonizan dicho frontal, atraen la atención de modo hipnótico e inmediato. Se simboliza aquí el vigoroso fuego artístico que desprendían The Stooges, en directo, en el año 1970; aunque, si nos fijamos bien, realmente, el mítico Iggy parece fundirse con su propio rostro, mucho más grande y en posición invertida el mismo (dependiendo de la edición, puede ayudar a acabar de observar ésto último el acto de girar 90 grados y hacia la derecha el vinilo o el CD correspondiente).
Para ser justos, indicaremos que la otra cara de la portada (en la parte dcha.) pertenece al propio bajista de la banda de Detroit, Dave Alexander.
Todo ello forma parte de un collage de varias fotografías sobre The Stooges, efectuadas por el retratista Ed Caraeff; continuando dicho montaje en la contraportada del propio LP Fun House donde aparece, por triplicado, el guitarrista Ron Asheton. Como suma a esa presentación artística, dichos focos rojos y amarillos de club noctámbulo, los cuales bañan a Iggy Pop, tuvieron también los retoques efectistas por parte del director artístico Bob L. Heimall.
Semilla del tema
Todo el asunto de la propia cubierta se originó cuando esos fieros y peligrosos sujetos que aparentaban ser The Stooges se hallaban inmersos en el estudio, en 1970, ensayando las tonadas que luego ellos grabarían para el propio LP Fun House, en los Elektra Sounds, de Los Angeles. Aquel material sónico era dinamita y la mecha había comenzado a prender.
Apuntaremos que durante la letra de esas mismas canciones del LP se van sugiriendo las llamaradas de hard-rock en que se hallaban incrustados, en aquel preciso instante, Iggy Pop, Dave Alexander y los hermanos Ron y Scott Asheton; porque, por ejemplo y en concreto, ya la misma “Loose” contenía unos versos que decían:
“Hice un viaje con la música bonita, ahora te la estoy poniendo directamente desde el infierno…”
Además, durante el corte “Dirt” se arrojan frases como: “Porque estoy ardiendo por dentro, solo soy un anhelo por dentro y soy el fuego de la vida” o también, casi seguidamente: “¿Dijiste que lo notas cuando me tocas? Hay un incendio”.
Como añadido, el tema titulado precisamente “1970” expresa: “Bella chica, alimenta mi amor toda la noche hasta que explote. Me siento bien, bella chica, quema mi corazón.
Por tanto, así era la música, las palabras y la mirada de The Stooges, en ese año 70: pura, lunática y rabiosa combustión proveniente directamente desde el averno. Ni siquiera el intenso sol de California (estado donde Iggy y compañía grabaron Fun House) podía competir con los ardientes rayos que emitían, a través de su inflamable música, aquellos cuatro rockeros procedentes del Centro-Norte de Estados Unidos.
La discográfica Elektra Records pensó, entonces, que aquellos imprevisibles acordes pirómanos, aquella abrasadora detonación stooge, en 1970, tenía que representarse de una manera adecuada en la portada del álbum que Iggy Pop y su guardia pretoriana estaban a punto de grabar; cuyo título, por cierto, se debe a una ruinosa vivienda de Detroit donde residían The Stooges y a la cual ellos llamaban así, justamente: “Fun House” (“La casa de la diversión”).
Sobre el bagaje de Ed Caraeff
El caso es que entre medias de los ensayos del material de estudio, el propio conjunto de Michigan se disponía ofrecer dos conciertos en el mítico local Whiskey a Go Go, en la misma Los Angeles, en el mes de Mayo de 1970.
Entonces, los responsables de Elektra Records contrataron a un, por entonces, joven llamado Ed Caraeff para encargarse de la propia cubierta del citado segundo LP de The Stooges; basándose en aquel inminente directo. El prometedor Caraeff no llevaba mucho tiempo en el negocio, en el año 70, pero su prestigio ya había comenzado a ascender como la espuma después de que él fotografiara al mismísimo Jimi Hendrix, cuando este último asombró a todo el planeta quemando su guitarra en el histórico festival de Monterrey, en 1967.
Sí, fue el cameraman Ed, el que plasmó, magistralmente, al “Dios” Jimi destruyendo su herramienta de trabajo por medio de la provocación de un pequeño incendio. De ese modo, Elektra Records observó que Caraeff ya tenía antecedentes laborales acerca de la unión entre el rock y el fuego, por lo que la citada compañía discográfica es muy posible que desease un concepto óptico relacionado respecto a The Stooges debido a todos los motivos citados anteriormente.
Para que nos hagamos una idea de la carrera global acerca del respetado Ed Caraeff en cuanto a portadas de discos o fotos promocionales, su trabajo visual incluye, también, a otros músicos del gigantesco calibre de Steely Dan, Elton John, Bob Dylan, Alice Cooper, Jim Morrison, Tom Petty, Bee Gees, Dolly Parton, Little Richard, Carly Simon, Van Morrison, Keith Richards, The Carpenters, Tom Waits, Creedence Clearwater Revival, Tim Buckley, Linda Ronstadt, Jefferson Airplane, Eric Clapton, Frank Zappa, Neil Diamond o Marvin Gaye; entre otros muchos de sus insignes retratados.
Preparando la sesión fotográfica
De tal modo, aquel intrépido fotógrafo, Mister Caraeff, se presentó a la cita del concierto en el Whiskey a Go Go, en 1970, donde ya antes habían actuado leyendas como, por ejemplo, The Who, Them, Jefferson Airplane, The Byrds, Buffalo Springfield, Cream, Led Zeppelin, Alice Cooper, Frank Zappa, The Doors (por cierto que, Jim Morrison era un ídolo para Iggy Pop) o el mismo Jimi Hendrix. Estos dos últimos directos, por cierto, el propio retratista Caraeff los había presenciado como espectador porque le encantaban todos los acontecimientos rockeros que sucedían en aquel celebérrimo local de Los Ángeles.
Así que, una vez allí situado, de nuevo, Ed Caraeff trataría de emplear toda su sapiencia profesional para reflejar la flamígera actuación de aquella novedosa agrupación, The Stooges, que tanta polvareda estaba ocasionando en el planeta musical, desde 1969. Según el mismo Caraeff, los propios Iggy Pop y su terceto de duros guardaespaldas armónicos aterrizaron en el Whiskey a Go-Go para darse a conocer ante todos los hipsters de Hollywood.
El concierto decisivo y candente
Ya comenzado el evento bajo las citadas luces rojas y amarillas, unos bien sincronizados Iggy Pop (voz), Ron Asheton (guitarra), Dave Alexander (bajo) y Ron Asheton (batería) reprodujeron, fielmente, las furiosas, extrañas, mugrientas e incontrolables siete llamaradas sonoras que también estaban plasmando en el propio estudio, en aquel momento; ante la locura de los asistentes que disfrutaron con aquel par de actuaciones como si éstas les “quemaran” sus cuerpos, mientras los estupefacientes más prohibidos circulaban, abundante y libremente, por toda aquella atmósfera oesteña.
Y es que en dicha salvaje y caliente performance en L.A. City, por ejemplo Iggy Pop cogió unas velas que estaban metidas en botellas de vino chianti y se derramó cera por su pecho desvestido. Además, el mismo vocalista agarró por los pies y arrastró hacia el escenario a algunos espectadores, mientras otra gente de la audiencia les tiraban comida y otras cosas, violentamente, a los propios The Stooges. Como guinda, se rumoreó que el bajista Dave Alexander había acudido totalmente bebido a tocar al recinto Whiskey a Go Go, el cual era un diablesco hervidero aquella noche de Mayo de 1970.
El montaje visual
Una vez concluyó la sesión de instantáneas en ese popular local de actuaciones (la serie completa se publicó en un libro aparte, en el año 2017), Ed Caraeff elaboró un montaje con varios de los flashes que había lanzado y trató de reflejar el ardiente sentimiento que The Stooges desprendían con su selvático rock and roll.
La discográfica, efectivamente, quedó satisfecha con esa labor y para el propio Caraeff, resultó algo insuperable y altamente satisfactorio que una sola fracción de todo su trabajo visual fuera la que apareciera en la portada y la contraportada de Fun House; además de que él mismo fotografió, oficialmente, al cuarteto de Michigan en los estudios Elektra, en la propia Los Angeles, durante la grabación de dicho álbum, en 1970.
Como apuntamos también al principio, el director artístico Bob L. Heimall se encargó de acabar de pulir y reimprimir la cubierta de Fun House, caracterizada ésta por esos colores ígneos como son el rojo y amarillo, al servicio de su empresa, Elektra Records. El mismo Heimall también ejerció su ocupación en portadas de discos de The Doors, MC5, Carly Simon, The Kinks, Patti Smith, John Lennon, Ted Nugent y muchos más músicos de renombre universal.
Epílogo “stoogiano”
¡Y que importa que el segundo disco de The Stooges fuera un fracaso comercial en el momento de publicarse, en 1970; y por tanto, Elektra Records perdiese su confianza en dicho combo!
Con el paso de las décadas, tanto el público como la prensa especializada colocaron Fun House entre los Mejores Álbumes de la Historia y, de paso, su inflamada y sugerente portada siempre dispondrá de un sitio privilegiado entre nuestros más preciados y crepitantes recuerdos rockeros.