Siempre he tenido cierta debilidad por esta banda precursora de la NWOBHM. Recordemos que esta gente se forma en 1973, y bueno, quedaron engullidos dentro del paquete inglés de la época, si bien siempre han considerado que lo suyo siempre fue más orientado hacia Thin Lizzy y Wishbone Ash que para Iron Maiden. Los hermanos Troy se sacaron de la manga uno de los mejores discos de esa era: Time Tell No Tales, y luego la mala suerte, los bailes de formación y malas decisiones les sepultaron en el olvido muy a pesar de que fueron editando cositas. Lo que pocos esperábamos es que la pasada década el grupo se sacara de la manga obras tan excepcionales como Legacy. Poseen un line up tremendamente potente y un cantante tan bueno como “Jaycee” Cuijpers. Llegaron a girar con Paul Di’Anno y Dennis Straton de Iron Maiden y su vinculación con Barcelona es total pues la madre de los hermanos es catalana. Sé de buena fuente que Troy terminó aprendiendo a bailar sardanas en una noche de juerga en un añorado bar de la zona de Marina.
Es un directo grabado dentro del marco del festival Frontiers de 2018. Le sirve bien a la escudería italiana pues todas las bandas de hard rock melódico terminan editando sus directos (con DVD) delante del público itálico. Su directo es matador y a día de hoy son un grupo que uno puede ver con cierta facilidad, pero la emoción que uno siente cuando les ve por vez primera es enorme. Empiezan fuerte con el material clásico de la mano de “Captured City” y “Panic in the Streets”. Momento de pausa que les permite entonar el “Happy Birthday” para Tino Troy, guitarrista y líder del combo inglés. AOR de quilates en “Highway”, melosa, pero representando épocas y etapas del grupo. El público se limita a intervenir entre tema y tema y el sonido general es espectacular, algo que siempre ha caracterizado a los lanzamientos de Frontiers. Los dos temas de Gravity lucen de maravilla. “Believeble” y “Fight for Your Honor” son hard rock de primera, con esos teclados de apoyo, así como los valientes coros del grupo.
El material de nuevo cuño viene de la mano de “Keep It Alive” con el riff marcado de Troy y la templanza y clase de “Jaycee” Cuijpers. Menos me motiva “Mantis Anthem” pero para ellos es ya todo un himno dominado por el teclado. Hay un momento muy exigente en el que el vocalista lo pasa mal pero el tema es solemne y ampuloso. En “Dream On” volvemos a rebajar pulsaciones en pos de degustar una balada muy emotiva en la que el bajista Chris Troy añade su voz para marcarse un sentido dueto. Es un gran tema de 1993, años oscuros del grupo. Rematan la faena con “Time Sleeping Away” y una de las más emblemáticas: “Children of the Earth”, en la que al terminar dan las gracias a Alessandro Del Vecchio y al sello napolitano en general.
Tercer disco en directo en la errática carrera de Praying Mantis, grabado en Milán y bajo el auspicio de Frontiers, en su mismo festival. Es un directo que demuestra perfectamente el altísimo nivel actual del combo, que, aunque parezca mentira, vive sus mejores momentos. Time Tells No Tales es el hito que les ha permitido a día de hoy encabezar festivales True, pero el grupo ha ido más allá y ha demostrado que su retorno, desde 2009, es algo casi milagroso. Nunca hubiera pensado que los Mantis pudieran enamorar cuatro décadas (casi) después de su debut. Por otro lado, la escudería transalpina quizá abusa un poco de los directos en su festival, pero bueno, si la calidad es esta bienvenida sea. Y que es algo corto, es lo único de lo que nos podemos quejar.