Viernes de Primavera Sound, para muchos el día grande, sobre todo para la legión de fans de una Lana del Rey que no ofrecería lo que se espera de una diva como ella. Pero eso lo comentaremos a su debido tiempo.
El primer objetivo claro de la jornada era Yo La Tengo, habituales del festival pero con un nuevo discazo bajo el brazo, posiblemente el mejor de su dilatada carrera. El combo canadiense actuaba a media tarde en el Amazon Stage frente a unos miles de asistentes. Solape complicado el de Yo La Tengo con Dogstar y Chelsea Wolfe. El público se repartió a partes iguales y nosotros apostamos por un 50-50 entre ellos y unos Dogstar que se liaron a repartir cera en el escenario Plenitude.
En el rato que pudimos ver a Yo La Tengo, pudimos constatar que se encuentran en un momento de forma envidiable pese a que acostumbran a escoger algo mal las canciones de sus shows. Aún así, se puede confirmar que “Sinatra Drive Breakdown”, de su último disco This Stupid World (2023), es un temarral.
Bajamos sin perder mucho tiempo a nivel de mar para ver a la banda de Keanu Reeves en acción. Con esa propuesta post grunge de guitarras distorsionadas y afiladas, Dogstar desplegaron un concierto sin flaquezas. Incluso pudimos disfrutar de una versión de “Just Like Heaven” de The Cure que animó aún más el cotarro. El trío californiano se mostró firme y Reeves se alejó del centro de atención aunque, ¿cómo evitar no mirar al bueno de Neo o John Wick si lo tienes allí delante? Gran concierto de rock de unos Dogstar que no han inventado nada pero que lo que hacenlo ejecutan como es debido.
Sin movernos mucho, solamente girar la cabeza, en el recién nombrado escenario Steve Albini tras su inesperada pérdida hace unas semanas, pudimos ver si GEL son la promesa del hardcore punk que todo el mundo nos está vendiendo. El cuarteto tenía solo 30 minutos para encontrar su espacio en un Primavera Sound siempre cercano a los sonidos del hardcore. Lograron reunir mucha más gente de la esperada y la banda despachó violencia aunque algo contenida. Pese a ser una propuesta en firme, aún se les ve algo verdes sobre el escenario. Media hora de sacudida hardcore punk con valentía y buen hacer. Estaremos atentos a su evolución.
Ya llegaba el turno de moverse hacia la zona de los escenarios principales para ver de primera mano todo lo que ha movido Lana del Rey. Que no era poco, por cierto. Logrando un sold out ella solita, ¿la solista norteamericana lograría devolver esto con amor? La respuesta es no. Le duela a quien le duela, entrar 25 minutos tarde cuando tienes programada una actuación de cabeza de cartel en un festival, una actuación cerrada de una hora y 35 minutos que se convirtió en poco más de una hora y gracias, no es de recibo. Es una falta de respeto para los fans y para el festival, aunque te intenten vender de que es normal cuando hablamos de una “diva”. Además, su show es aburrido, ella es estática como un poste, no se despeina y tampoco ofrece nada especial. Lo siento, pero para un festival, no. La cantante nos recordó varias de las cosas que NO se deben hacer en un festival porqué además, no había ni medio solape interesante durante su tiempo en escena (¿no podía estar Deftones o Chelsea Wolfe? NO).
16 canciones cantó frente al llanto de cientos de fans, cinco de ellas recortadas de su tiempo real, por cierto. No faltaron himnos como “Summertime Sadness”, “Born to Die” y “Video Games”, pero no son suficientes para una cabeza de cartel de estas dimensiones.
Tras la avalancha de gente que abandonaba Mordor tras finalizar el corto concierto de Lana del Rey, pudimos posicionarnos cerca (muy cerca) del escenario Santander para ver a The National, que una vez más serían los salvadores del día. La banda de Cincinnati se ha convertido en una habitual en el Primavera Sound, algo que algunos agradecemos muchísimo, pues cada vez que les vemos en directo nos enamoramos más de Matt y su banda. Todo parecía indicar, y más tras lo leído tras su actuación en Razzmatazz dentro del Primavera a la Ciutat, que sería un concierto de alto voltaje. Sus dos horas programadas para la actuación, la más larga del año, pasarían volando al ritmo de sus mejores canciones y algunas sorpresas “inesperadas”.
Puntualmente, arrancaba el esperado concierto con los primeros acordes de “Sea of Love” del majestuoso Trouble Will Find Me (2013) del que acabarían regalándonos hasta cinco canciones. Ya con semejante pieza de entrada podíamos augurar que todas las penas sufridas previamente con Lana del Rey quedarían olvidadas fácilmente, pues The National iban a desplegar su torrente de canciones más musculosas. Y así fue. Tras el despegue, Matt nos ofreció dos de los hitazos de sus últimos aportes discográficos, First Two Pages of Frankenstein (2023) y Laugh Track (2023). La sensual “Eucalyptus” seguida de la alegre “Tropic Morning News”.
Tras ellas apreció el primer bloque de himnos contemporáneos de la banda, primer azote con la mano abierta y el arranque del particular show de un Matt Berninger que volvió a demostrar su carisma innato. ¿Qué decir de encadenar “Don’t Swallow the Cap” con “Bloodbuzz Ohio”? El éxtasis colectivo se agudizó con los primeros acordes de su canción más perfecta, “The System Only Dreams in Total Darkness” de Sleep Well Beast (2017), que preciosidad de canción. “I Need My Girl” nos conquistó nuevamente y entonces vino el bloque más poderoso en cuanto a dureza musical con “Apartment Story”, “Conversation 16” y “Abel”.
Tras pasearse por la mayoría de sus trabajos, me desplazo ya al torbellino del último tercio del concierto. Tras dos tercios maravilloso con una banda pletórica y un Matt en total comunión con el público del festival, una nueva entrega de himnos con la maravillosa “England”, “Graceless” y la aclamada “Fake Empire”, con mensaje directo a los políticos mundiales.
Su última joya, “Space Invader”, sonó apoteósica y sirvió como antesala al trío final encabezada por una “Mr. November” épica, una “Terrible Love” siempre subida de revoluciones que se convierte en mágica y un cierre con la preciosa “About Today” del EP Cherry Tree (2004). Visto sea para los lectores que The National son una banda de esas especiales que cumplen con creces su función no solo de entretener, sino de enamorar al espectador. Una banda necesaria.
Aterrizamos por última vez en el Parc del Fòrum, con aviso de lluvia y un clima frío. Sin duda, este festival ha tenido todos los climas: calor, humedad, sol radiante, frío, lluvia… Un sábado que nos prometía una jornada tranquila, pues el lineup de la jornada era bastante, bastante malo. El gran reclamo para muchos era PJ Harvey, que tampoco es que sea la alegría de la huerta. Entramos para ver un incomprensible solape, uno más, esta vez entre Lisabö y Militarie Gun. Dos bandas que reparten dureza en el mismo horario… como si hubiera muchas más bandas del estilo esta jornada, flipante. Con lo que dividimos esfuerzos y vimos la mitad de cada, por suerte sus escenarios no estaban muy distanciados.
Lisabö no puede tocar en un escenario como el Cupra a una hora en la que todavía hay luz. Eso no es comprensible. La banda se llevó, seguramente, una decepción al ver tan poca asistencia; por suerte, hace unas semanas lo petaron en Paral·lel 62 de Barcelona… unos Lisabö afilados y reivindicativos que lucían una gran bandera de Palestina despacharon su post hardcore sideral con el que fue realmente complejo conectar por eso, por el horario, por la luz, por el frío del recinto. Una lástima.
Mientras, en el escenario Pull & Bear unos tales Militarie Gun repartían cera de la fina frente a mucha más gente. La banda norteamericana, fiel a su hardcore punk de la escuela californiana, sí logró conectar con varios centenares de asistentes que vivían en sus carnes las sacudidas con canciones como “Never Fucked Up Once” o “Ain’t No Flowers”. Incluso se permitieron la licencia de cerrar con una versión del himno de Blur “Song 2”. Gran descubrimiento esta banda.
El frío y la proximidad de la lluvia nos invitó a buscar café calentito en vez de Estrella Damm mientras esperábamos a PJ Harvey. Para llegar a ese momento teníamos que ver el “fenómeno” 070 Shake, la rapera vendida por la organización como la salvadora del rap cuajó un espermático concierto. Entró tarde, fue pesada, no aportó nada y prolongó tanto su actuación que le cortaron el sonido, literalmente. Bochornoso por parte de la artista caribeña.
Y tan puntual como la lluvia prevista a las 21:00, llegó la británica PJ Harvey, una de las musas del festival. La icónica reina del rock alternativo campó a sus anchas por el escenario Santander delante de una justita asistencia teniendo en cuenta su posición y reputación. Aunque tenemos que admitir que no es lo más atractivo a nivel de espectáculo, en hora punta y en el escenario principal de un festival como el Primavera Sound. Eso sí, PJ lo dio todo frente a un público que sobrevivía como podía a la intensa lluvia que caía sobre Barcelona y Sant Adrià.
La británica deshojó su poético I Inside the Old Year Dying (2023) del que cayeron cinco canciones. Quizás demasiado lento para el ser repertorio de un festival. Del magistral To Bring You My Love (1995) cayeron tres, las mismas que del querido Let England Shake (2011). Buen concierto de Polly Jean Harvey que mostró firmemente sus tablas, sin despeinarse. Aunque uno debe conectar con ella, nosotros no lo logramos y la lluvia no ayudó.
Y para cerrar, la organización ha facilitado las cifras “reales” de asistencia. Esta vez y por primera vez nos han ofrecido datos interesantes como que el 30% de la asistencia es de Barcelona ciudad para un total de un 40% de público nacional. Ha habido 130.000 asistentes únicos que suman un total de 239.000 presencias entre las cuatro jornadas del Fòrum y el Primavera a la Ciutat. El 59% de público no nacional proviene de 134 países diferentes, siendo Estados Unidos, Italia y Reino Unido los que se ha llevado la palma.
Las valoraciones personales sobre el festival son variadas. Por un lado, la apuesta de la organización por bandas rockeras y metaleras ha decaído y lo poco que ha habido se ha visto solapado. Inexplicables solapes como el de Pulp y Deftones, Lisabö con Militarie Gun, Yo La Tengo con Chelsea Wolfe y Dogstar… Además de residual, hemos visto como se han colocado bandas como Model / Actriz o Wiedgedood a altas horas de la madrugada.
El eclectismo de la jornada del sábado con la baja respuesta de los asistentes debería ser estudiada para compensar más la distribución de bandas. No todo vale. De hecho, mucha gente con abono no bajó al festival el sábado ya que no había nada atractivo para ver, con todos los respetos para las bandas implicadas.
Y esta vez, sí puedo felicitar al festival por el sonido. De las siete ediciones a las que un servidor ha acudido, esta ha sido, de lejos, la mejor. De hecho, he usado tapones todo el festival, algo inaudito en un Primavera Sound. No ha habido atascos de gente (menos la salida post Lana del Rey, algo evidente). Las barras y locales de comida han funcionado bien (o eso me ha parecido).
La 22ª edición del Primavera Sound finiquita con unos números que le siguen encumbrando como el festival de referencia europeo y uno de los más prestigiosos del mundo. Felicidades por ello.