Prong – State of Emergency

Menuda sorpresa la del nuevo disco de Prong con un Tommy Victor estelar y con un arsenal de nuevas canciones que tiran de espaldas. Seis años hemos tenido que esperar, con una pandemia de por medio, pero de verdad que vale la pena esperar si el resultado es como el que nos ofrecen en State of Emergency. En general suena todo bastante 90’s, pero la gracia de todo es la fusión de todo tipo de estilos a manos de un power trio que suena a leones enjaulados. La producción de Steve Evetts es un plus al disco y son muchos los momentos que te convencen de que Prong está en un estado de gracia total. El cabreo, el título y las letras reflejan un mundo que cada día que pasa está más jodido.

“The Descent” abre la caja de pandora con unas influencias de Sepultura evidentes, algo de groove metal y unas cadencias contundentes y con la enorme pegada de Griffin McCarthy. Puñetazo sobre la mesa a doble bombo y siendo capaz de demostrar que el grupo está en un momento impresionante. El ritmo no baja y te topas luego con un “State Of Emergency” perfectamente entonado y contundente en el que la fusión de estilos está la orden del día. Da nombre al disco y de verdad que es un tema que pide a gritos ser tocado en directo. El grupo suena compacto, muy duro y con las ideas compositivas clarísimas.

Una de las más agradables sorpresas es el “Disconnect”, una especie de post punk endurecido y totalmente inspirado, con voces dobladas, cargada de potencia y con un estribillo para el recuerdo. De lo más notable en cuanto a composición, además de darle al disco un plus de variedad, que siempre se agradece. Pero si hay una canción que va a quedarse para siempre en sus sets futuros es ese trallazo que lleva por nombre “Non-Existence”, canción que se acerca al clasicazo absoluto de “Snap Your Fingers, Snap Your Neck”, que es justo lo que esperábamos de Prong. Gran tema, accesible, pero que no pierde el norte ni da concesiones aferrándose al sonido clásico de la agrupación neoyorkina.

“Who Told Me” es otra pieza de las que combina rock alternativo, thrash metal y hardcore de la escuela de la gran manzana. Bañada en oscuridad, densa y combativa como pocas. Riffs abrasivos y muchos detalles técnicos para dejar que “Breaking Point” defina lo que es el sonido del grupo. Gran patrón de bombo y un Tommy impresionante, pues, a pesar de no poseer grandes registros, es muy expresivo y funcional a la hora de cantar. “Obeisance” es original con ese inicio entrecortado con muchos dejes a Voïvod, por lo extraño del tema, pero da mucha profundidad y elementos diferentes con aires disonantes en las guitarras. “Complaint” termina de cohesionar el disco con un poco más de lo mismo, pero mostrando un alto nivel.

Guitarras chirriantes para los tiempos más doom de “Light Turns Black”, con otro solazo de Victor y un extra de fuerza. La verdad es que el grupo suena que atruena, y gran culpa de ello es el gran bajista Steve Evetts. Y siguiendo con lo más notable entramos en el hardcore NYC de pedigrí en “Back (NYC)” con Steve Zing de Danzig apoyando los coros. Y es que incluso la final “Working Man” posee uno de los riffs del disco además de los trabajados cambios de tiempo que pasan del groove al doom con una facilidad pasmosa. Pura elegancia compositiva, atención al pasaje instrumental intermedio…

Gran disco por parte de unos Prong que tras seis años de silencio discográfico continúan estando a un altísimo nivel. Siempre es genial saber que el bueno de Tommy Victor sigue en sus trece de mantener vivo el legado y de ofrecer canciones para una selecta minoría. Está claro que Prong son una banda que injustamente ha quedado como de culto, pero el trío que forma este combo tiene currículum, pedigrí y muchísimos galones. ¿Estamos ante el mejor disco de Prong de toda su historia? Eso sería decir mucho, pero el tiempo lo dirá.

Jordi Tàrrega

Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.