Pure Reason Revolution – Coming Up to Consciousness

Nuestra Nota


7 / 10

Ficha técnica

Publicado el 6 de septiembre de 2024
Discográfica: Inside Out Music
 
Componentes:
Jon Courtney - Voz, guitarra, piano, programación
Annicke Shireen - Voz
Greg Jones - Guitarra, coros
Guy Pratt - Bajo
Ravi Kesavaram - Batería

Artistas invitados:
Lewin Krumpschmid – Órgano Rhodes, piano
Bruce Soord - Guitarra
Jon Sykes - Bajo

Temas

1. Prelude: Coming Up to Consciousness (0:32)
2. Dig Till You Die (4:36)
3. Interlude 1 (0:23)
4. Betrayal (4:05)
5. The Gallows (4:36)
6. Interlude 2 (0:21)
7. Useless Animal (3:56)
8. Interlude 3 (0:12)
9. Worship (5:02)
10. Interlude 4 (0:17)
11. Bend the Earth (6:19)
12. Lifeless Creature (6:10)
13. Interlude 5 (0:38)
14. As We Disappear (4:49)

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Los británicos Pure Reason Revolution vuelven a la carga con su nuevo disco Coming Up to Consciousness (2024), que llega dos años después de Above Cirrus, su anterior LP. Para su composición Jon Courtney se basó en vivencias personales, ya que la muerte de su perro y fiel compañero tras diecisiete años (se dice pronto) de compañía mutua le produjo una impresión indescriptible que fue la base para crear este álbum conceptual.

La historia de la banda es interesante: formada en 2003 y con tres discos a sus espaldas, decidieron separarse durante diez años y volvieron a lo grande con su opulento Eupnea (2020). Desde su retorno han mantenido la tendencia clara de moverse dentro del rock británico con tintes progresivos, y este disco no es una excepción, ya que han contado con un tridente de lujo formado por parte de los también isleños The Pineapple Thief: Bruce Soord en las mezclas, Steve Kitch en la masterización e incluso Jon Sykes, que los ayudó con el bajo en uno de los temas. Como resultado la banda nos presenta un disco sencillo, directo y sin complicaciones, con una producción magnífica, al estilo de las anteriores, y con un vaivén de emociones en los temas, las mismas que probablemente vivió Jon al componerlo.

Tras un primer preludio (aviso: el disco tiene bastantes interludios, que vamos a obviar), empezamos con «Dig Till You Die», cuyo título es una clara referencia a los sucesos comentados anteriormente. El tema empieza tranquilo, pausado e íntimo y se va acelerando poco a poco hasta concluir con una melodía de tintes épicos, con un estilo peculiar que a mí me recordó en cierta manera a la época gloriosa de Muse.

«Betrayal» sigue en la misma línea, aunque las melodías que la componen suenan algo más tristes; en este segundo corte ya se puede apreciar cómo se entrelazan las voces de Jon y Annicke Shireen, el flamante nuevo fichaje de los londinenses. Algo similar se fragua en «The Gallows», aunque he de decir que el final de esta última me sorprendió con un inesperado groove que le da solemnidad a la ya de por sí triste canción.

En «Useless Animal» la banda va a por todas y nos ofrece en un solo tema todo lo que han desarrollado como grupo en los últimos cuatro años. Para mí es el mejor tema del disco, aunque las comparaciones con Anathema sean inevitables, ya que comparten elementos primordiales como el suave piano y las voces femenina y masculina cruzadas, creando unas atmósferas hipnotizantes. Al final la banda se desata con motivos progresivos que un servidor echaba de menos.

«Worship» sigue la estela de la canción anterior, dándole duro al rock progresivo, con una influencia clara de Porcupine Tree o Riverside. Sin embargo, en «Bend the Earth» la banda vuelve a las líneas sencillas, tranquilas, dejando para el final un colchón electrónico para echar el cierre.

«Lifeless Creature» resume lo que viene a ser el disco en sí: es una montaña rusa que mezcla partes tranquilas, otras más melódicas, caídas progresivas y frases más cañeras, y tiene un estribillo superpegadizo. Me hubiera funcionado a las mil maravillas como cierre del disco, pero la banda ha preferido terminarlo con «As We Disappear», un tema lento, un tanto pop, con buenos arreglos y conservador en líneas generales.

Lo que más destacaría del álbum es su excelente producción, que hace que todos los instrumentos tengan su parte de protagonismo a lo largo de sus casi 42 minutos de duración. También es fundamental el gran impacto que han causado tanto la aportación de la estupenda Shireen como la participación de Guy Pratt al bajo. Personalmente quizá echo en falta algún que otro matiz más progresivo, puesto que estos se han visto reducidos en favor de sonidos más poperos y alternativos, aunque estoy seguro de que en directo los temas pueden transformarse en un frenesí de shoegaze gracias al uso de la programación y a una ejecución estupenda por parte de todos los miembros de la banda. Quienes los vimos en la última edición del Be Prog! My Friend podemos dar fe de ello. Además, si algo funciona, ¿para qué cambiarlo?

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Sobre Joan Martínez 11 Artículos
Adicto a la música desde que tengo uso de razón y pateador de todas las salas de concierto de Barcelona. A veces me creo músico, cocinero, escritor o lo que se me pase por delante.