Gemma Llorens y Héctor Gilberto son una pareja musical que lleva años tocando en bares y ofreciendo material propio más allá de las consiguientes versiones que el público espera que toquen. Tras mucho tiempo picando piedra han ido recopilando canciones desde 2016 y han terminado entregando esta maqueta de 15 cortes de classic rock, bien variados y atractivos, yendo desde Kiss a Fleetwood Mac y con muchos aires de cantautores norteamericanos. Destaca ante todo la capacidad de composición, pero en el otro lado de la balanza peca el hecho de que se lo hayan montado todo ellos junto a Raúl Patience en tareas de producción. Se nota que es un primer paso discográfico.
Las fotos pastorales del matrimonio parece que sean un homenaje a Blackmore’s Night. Gemma pone la voz y lo mismo hace un Héctor que aquí le vemos también en teclados, guitarra, bajo y programación. El hecho de que la batería sea programada es un hándicap, pero en ningún caso le quita méritos a un trabajo del que confieso que he tenido momentos en los que lo he escuchado muchísimas veces.
El inicio del disco es lo más conseguido del mismo con ese “Stronger and Wiser” que camina sola y de infeccioso estribillo. Gran tema que posee solo de guitarra y unos fraseos finales que visten muy bien a la composición y que respira contundencia a pesar de que estamos hablando de una maqueta. Hay feeling en la combinación de voces de Gemma y Héctor. “No One Said” nos lleva al verano de amor y rápidamente te vendrán a la cabeza los Fleetwood Mac. De espíritu acústico y aires buenrollistas consiguen un gran inicio de disco, y, ante todo, muy variado y sorprendente.
Y hablando de sorpresas, poco esperas una base electrónica como la de “My Angel (She Said)”. Descoloca, pero el tema funciona por ese bajo de Hector y el dueto vocal junto a Gemma. El solo de guitarra suena a sitar y conecta con los Beatles experimentales. La divertida “Song # What?” vuelve a ser otro acierto y aquí vuelves a terrenos más de Fleetwood Mac o Neil Young. La rematan con un arranque que incluye percusiones y otro buen solo de Gilberto, que en esta se limita a los coros en lo vocal. El potencial del grupo es cuando ambos se van turnando en las líneas vocales como en “Be With You”, otra de las más eléctricas y rockeras del disco. Lástima que a nivel técnico no suene todo a la perfección, pues el tema tiene alma.
La cara más triste asoma en “Not in the Mood for Talkin’” con una Gemma de protagonista total y un Hector que le saca punta a todo tipo de arreglos en una composición que acentúa los contratiempos y que tiene un aire muy bonito y delicado onda The Eagles. Los aires reggae siguen en “Ride the Rainbow”, con Hector a la voz y con dejes muy a lo Marley, apoyado por un teclado y efectos que repuntan donde hace falta. Este es uno de los temas más serios y trabajados del dueto catalán. “Divorce” es de las composiciones que más adolece la producción-sonido amateur. En “You Can Burn in Hell” toman el riff de “Breaking the Law” en primera instancia, pero luego la cosa va creciendo y luce. Lástima que la batería programada suene algo monótona.
“Karma” posee un alma Kiss, pareciendo uno de esos temas que suele cantar Gene Simmons. Festiva, entretenida y con estribillo a dos voces. “Your Eyes (Beautiful Morning)” es una baladita evocadora, aunque peca de un estribillo algo repetitivo y marcado. “Like a Winner” es de las piezas más contundentes del trabajo, destacando guitarra y bajo en una composición que canta Hector y que es de las más guitarreras de todo el extenso repertorio. “Only Another Rainy Morning” es otro acercamiento a los autores norteamericanos con mucha cancha a las seis cuerdas de un elegante Hector.
“Here Today, Gone Tomorrow” posee un título muy Ramoniano, pero al final es algo más dulce y meloso con delicadas guitarras y línea vocal cantada a dúo. La verdad es que en estos medios tiempos es donde los Purple Hippie se les nota más cómodos y efectivos. Hay un tema escondido al final que también demuestra buenas ideas y calidad, siendo otro gran ejercicio a las seis cuerdas, con varias guitarras grabadas y varias capas.
Purple Hippie suelen tocar en bares de la zona de Barcelona y las versiones son lo más habitual en este dúo. El hecho de que se atrevan a grabar material propio es un muy buen síntoma de que hay ganas de ir más allá. Lo mejor de estos chicos es que en tareas de composición hay grandes ideas y hay temas que realmente te enganchan. Quizá se han excedido a la hora de meter hasta 15 composiciones, pues a nivel técnico el sonido es muy de maqueta, pero se atisba bien el potencial y las ganas que le imprimen. Iremos a verles en alguno de sus conciertos y esperemos que se atrevan de meter alguna de estas composiciones propias entre tanta versión mítica.