Crónica y fotos del concierto de Crashdïet + Shiraz Lane + King Zebra - Sala Bóveda (Barcelona), 26 de mayo de 2022

¡Qué bonito es el rock, coño!: Crashdïet + Shiraz Lane + King Zebra

Datos del Concierto

Bandas:
Crashdïet + Shiraz Lane + King Zebra
 
Fecha: 26 de mayo de 2022
Lugar: Sala Bóveda (Barcelona)
Promotora: Madness Live! / Inspired Artists Agency
Asistencia aproximada: 80 personas

Fotos

Fotos por Marta Carreras

Me daba pereza, lo admito. Era jueves, penúltimo día de una semana intensa, de madrugones, de trabajo y con otro concierto que acababa de pasar. Bajar hasta Barcelona ciudad, ir a dormir tarde y tener que madrugar al día siguiente se me hacía un mundo. Pero hay que cumplir, y a las 6 de la tarde empezó el camino hacia Bóveda.

No había vista nunca a Crashdïet, cosa bastante normal, viendo su trayectoria, pero su último disco me parece un bombazo que, seguramente, estará en el top 5 anual. A Shiraz Lane sí los había visto, y solo por ello ya valía la pena el olor a cloacas que inunda el Poblenou barcelonés (porque mira que huele mal). A las 19:00 estaba plantado allí, observando la fauna. Personas a las que ya podemos considerar mayores sin la mitad de la dentadura, chicos y chicas jóvenes, personas estrafalarias en general (yo el primero)… todo muy divertido, sinceramente. Media hora estuve con estos quehaceres hasta que abrieron y pudimos entrar. Primera parada, merch, por supuesto. Era chulo, muy chulo, pero la camiseta que más me gustaba era de manga larga, y por ahí no paso. Más tarde me fijé en otra de Crashdïet a modo de etiqueta de botella de whiskey que llevaba el batería, pero me dio pereza ir a comprarla. Sea como fuere, la cosa empezó bastante pronto.

King Zebra

No los conocía, y me lo pasé bien. Con eso debería bastar, pero nos adentraremos un poco en el tema. Lo malo de Bóveda es que tiene la entrada al escenario estrecha, así el factor booooom inicial no existe. Asumido esto, la formación es curiosa. Una persona de aspecto nórdico (calzando unas botas de piel de leopardo que podría usar mi difunta madre), un guitarrista de rasgos orientales, un batería de aspecto mediterráneo, el bajista, a medio camino entre lo oriental y lo occidental, y un cantante que podría ser el padre de todos ellos.

La entrega del quinteto fue total, y el sonido aún fue decente. El bajista debió acabar con dolor de espaldas por las posturitas rockeras que ponía constantemente, el intercambio entre los dos guitarras era la mar de resultón y canciones como “On the Run”, “Under Destruction” o “Wall of Confusion” merecieron la pena. Muy buenos para caldear el ambiente.

Setlist King Zebra:

Intro
Be the Hunter
Hot Cop Lady
She Don’t Like my R’n’R
Under Destruction
We’re the Survivors
On the Run
Rush!
Wall of Confusion
Firewalk
Desperate

Shiraz Lane

Le tocaba el turno a uno de los reclamos de la noche (siendo tres grupos, tampoco es tanto, lo sé). Los vi teloneando a H.E.A.T hace unos años, y el sabor de boca fue tan bueno que escogí su Carnival Days (2018) como mejor disco del año. Así pues, os  podéis imaginar las expectativas. Por ir al grano antes de cerrar el saco, cumplieron las expectativas, de sobra.

Shiraz Lane es toda una fiesta sobre el escenario. Sí, la música ya invita, pero es que los cinco componentes están siempre a la altura, desde su cantante, en primera línea, hasta su batería, en la retaguardia. Es todo buenrollismo y divertimento. Un par de miembros de la formación llevan tatuado el signo de la paz en la mano, y creo que eso es lo que demuestran, tanto en estudio como en directo, unas ganas locas de hacer que el mundo sea un poco mejor, más tranquilo, más divertido, más en paz, y yo les aplaudo por ello.

El sonido no fue el mejor del mundo, aunque seguramente mi ubicación (en primera fila al lado de la barra) no ayudó a que la sonase como debiera. Y el setlist, para mi gusto, era mejorable. Sí, tienen un E.P. reciente, y a mí no me transmite la alegría que su disco anterior. Sin embargo, estos muchachos tienen la capacidad de hacer que la canción más triste del mundo sea toda una fiesta cuando la defienden en directo. Y eso pasó.

La cosa rompió con “Wake Up”, y todo lo dicho hasta ahora se hizo tremendamente patente. La energía fluía y había una gran sincronización con el público. Toda una fiesta de confeti y purpurina. La idea se reforzó con uno de los cortes destacados del disco mencionado. “Tidal Wave” es un buen título para lo que es el tema. Y yo, feliz. Nos sorprendieron un tema que iba a salir al día siguiente, “Disconnect to the Matrix”, que resume muy bien lo que decía en el párrafo anterior.

“Keep It Alive” y “Scream” fueron otros ejemplos de lo que los muchachos ganan encima del escenario, al igual que “You Will Remain”, con un tono más azulón que su media, igual que “Broken into Pieces”. Más divertida, más ellos, sonó “Do You” y, por supuesto, “Harder to Breathe”. La cosa terminó con “To the Moon and Back” y el cantante dando saltos junto al público, fuera del escenario.

A mi me faltó algún tema como “The Crown”, “People Like Us” o “Carnival Days”, pero como no llueve a gustos de todos y, según anunciaron, volverán en septiembre, me doy por satisfecho. Y me llevé una púa, ¡toma ya!

Setlist Shiraz Lane:

Wake Up
Tidal Wave
Disconnect to the Matrix
Keep It Alive
Scream
You Will Remain
Do You
Broken Into Pieces
Harder to Breathe
To the Moon and Back

Crashdïet

Turno de los cabezas de cartel, y para ver si lo explicado del sonido regulero era tal, me fui hacia el centro de la sala. Había bien bien ¾  parte de sala, cosa que para un jueves por la noche y un grupo (tristemente) minoritario está bien. Aquí quiero destacar que durante todos los conciertos, miembros de las demás bandas pululaban entre el público, haciéndose fotos, firmando autógrafos y siendo la mar de majo. Yo vi Shiraz Lane junto a Peter London, bajista de los que ahora nos concierne. Estas cosas se agradecen enormemente.

Bueno, cuando todo estuvo apunto y 3 de los 4 miembros en escena (la entrada al escenario de Bóveda es la que es, con lo cual esperar una entrada espectacular no entra en los planes de nadie), y tras la intro, “Together Whatever” sonó atronadora. Hizo falta muy poco más para ejemplificar lo que debe ser un concierto de rock, en cualquiera de sus versiones: buena música, buena ejecución, una actitud entre divertida y macarra y una conexión brutal con el público.

Los cuatro miembros del grupo estuvieron más que la altura (Keyes debió tener celos de su compañero de Shiraz Lane porque también saltó del escenario a liarla con los asistentes, qué gozada). Fue un no parar durante algo más de una hora repleta de canciones estupendas, las conocieras o no (como fue mi caso con varias). De nuevo eché de menos algunas (“Shine On”, “Rust”…), pero no creo que nadie pueda tener queja alguna de lo que vio. Si hasta se clavaron unas versiones de Nirvana con Sweet y London a las voces, mientas Keyes descansaba.

Sonaron especialmente bien “No Man’s Land”, otro de los cortes destacados de su último y genial disco, “Riot in Everyone” y “Cocaine Cowboys”. Y el final, ¡qué final! Todos los músico de la noche, todos sin excepción sobre el escenario para clavar uno de los clásicos del grupo, “Generation Wild”.

Como decía, quizá la única pega fue el setlist. Tocaron solamente dos temas de su último lanzamiento, la mencionada, las mencionadas “Together Whatever” y “No Man’s Land”, y una de Rust (2019), “Reptile”. Hombre, ni mucho menos digo que se olviden de sus clásicos, pero si acabas de lanzar un álbum tremendo y el anterior no pudiste defenderlo en directo por el covid, pues creo que las tornar se podrían haber cambiado. Dicho esto, me lo pasé muy bien. Muchísimo, y a pesar de los condicionantes (cansancio, sonido no excelente, etc), el bolo puede estar perfectamente entre mis cinco preferidos del año. ¡Qué bonito es el rock, coño!

Setlist Crashdïet:

Together Whatever
Down With the Dust
Reptile
Cocaine Cowboys
In the Raw
Tikket
Riot in Everyone
Territorial Pissings
It’s a Miracle
No Man’s Land
Chemical
Beautiful Pain
Breakin’ the Chainz
Queen Obscene
Generation Wild

Xavi Prat
Sobre Xavi Prat 399 Artículos
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios. Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo. Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.