Cuando Queen empezaron sólo los fans más duros escuchaban al grupo. Pasaron los años y Queen y Queen II eran considerados sus discos más heavies. Algo curioso para un grupo que estaba metido dentro de la escena glam a pesar de que iba a traspasar todo tipo de influencias y estilos para convertirse en un estilo y una influencia absoluta. Cuando se habla de que Beatles y Rolling Stones son los básicos, ya creo que la historia les ha situado en ese mismo nivel, sólo que ellos irrumpen más tarde, en los 70. Es inconcebible que un grupo debute con semejante disco y de que en su época hubiese gente que dudara de su valía. Este primer disco es una autentica salvajada.
Smile había quedado atrás y el grupo llevaba ya unos años juntos. Primero entró Freddie sugiriendo el cambio de Smile a Queen y luego entró Deacon, aunque se probaron otros bajistas. Hay grabaciones anteriores que nunca fueron editadas, incluso de la época de Smile y el disco se grabó por amiguismos varios en los Trident Studios y sólo Charisma Records mostró cierto interés en ellos. Cuando los artistas importantes (y que pagaban el estudio) no estaban, el grupo utilizaba las horas muertas de inactividad junto a los productores Roy Thomas Baker y John Anthony para grabar ese primer disco. Y la portada no es tan famosa como las que vendrían después, pero la luz y los tonos púrpura me siguen pareciendo icónicos.
El disco
Ya el comienzo de “Keep Yourself Alive” ya es una auténtica barbaridad… Juegos de efectos, un bajo muy profundo y las líneas vocales de Freddie que avanzan y eclosionan en un estribillo portentoso. Tengamos en cuenta que este es el primer paso de Queen: lo primero que escuchó el mundo de estos cuatro fantásticos. La genialidad está presente en un tema que les acompañaría toda su vida. Las reediciones permiten apreciar que la percusión de Taylor suene de cine y el solo de May ya te da pistas de que había algo especial. Hay ese interludio en el que el baterista mete su voz y estamos ante el despertar de la fuerza.
Podríamos casi hablar de rock progresivo en “Doing All Right” pues es una balada con unas guitarras en algunos tramos que anticipan (sí) el heavy metal. Contrastes de intensidad y volumen buscados por músicos privilegiados que a una tierna edad eran capaces de ser absolutamente originales y tremendamente ambiciosos. Hay incluso un piano allí en una pieza que es una de las joyas ocultas de su discografía. “Great King Rat” es otra maravilla irresistible en la que Taylor juega con el cencerro y en la que puedes entender que con el tiempo se viera este tema como precursor de los sonidos más duros. Encontramos aquí ya una especie de coros envolventes (con Taylor en los tonos más altos), que vinieron directamente inspirados de The Sweet.
“My Fairy King” es una delicatessen en la que la guitarra de Brian May se lleva la palma y en la que irrumpe toda la cosmogonía del grupo con el piano y los juegos de coros dejando a Mercury como un vocalista impresionante. La influencia de Genesis es obvia, pero ellos hacen su propia ruta, y es que el gran logro de Queen es que el primer disco del grupo ya suena a Queen. Y es que en esta canción ya puedes ver cuánto sacaron Savatage de ellos, pues con 15 años los hermanos Oliva ya jugaban a imitarles y fantasear con ser una banda de estadios. Sorprende realmente la fuerza del tema y la calidad de la composición con subidas y bajadas constantes.
“Liar” es otro logro impresionante con rock n’ roll de fondo y con los riffs de May ya pidiendo paso. Es classic rock antes del classic rock, pero también hay el rollo progresivo de Kansas. Atención a los coros pues aquí sí que ya son plenamente reconocibles. Hay momentos en los que los productores suben exageradamente los volúmenes buscando los contrastes otra vez, pero es lo que esta otra joya demandaba. Freddie ya juega con gorgoritos y los detalles del bajo de Deacon son constantes. Y ya encontramos aquí los juegos estilísticos, con cambios de tercio absolutamente increíbles para 1973. Pasamos de lo étnico a puro heavy metal(entonces emergente), pero allí estaban Hendrix, Cream y Zeppelin. “Liar” es el tema más Queen de su primer disco.
“The Night Comes Down” es puro lucimiento para Mercury, tema de Brian May y en el que la guitarra acústica manda mostrando un tema desnudo y cálido, estando a las antípodas de lo que ha sonado, pero convenciendo ampliamente. Roger pedía su cuota de protagonismo con una pieza tan directa y contundente como “Modern Times Rock ‘n’ Roll”. Podemos reducirlo a que es el tema más Motörhead del grupo. De verdad que siempre imaginé a Lemmy cantando esta pieza maestra. La influencia de Black Sabbath reside en “Son and Daughter”, otro tema de May, muy acorde con los años que vivían y a tiempos doom. Bajo y el monolítico riff de guitarra le dan la razón, pero esto es Queen, y las múltiples voces ponen luz en una exquisita oscuridad.
Mercury firma los dos últimos temas, primero “Jesus” enfocando la temática en la religión y con dejes propios del góspel. Obviamente en esos días no había el dinero suficiente, pero esta canción iba a ser antecesora de lo que fue años después “Somebody to Love”. Y guardan lo mejor para el final… una canción no terminada, pero no se pueden resistir a grabar el esqueleto de la misma y es una virguería instrumental que lleva por nombre “Seven Seas of Rhye”, y es el despegue definitivo para que en poco tiempo el águila y la reina impongan su ley.
Veredicto
El debut de Queen es una soberana barbaridad, una bomba de relojería que estaba destinada a explotar. Es inconcebible que los gurús de la época no vieran que lo que había allí era un talento infinito, y es que, si a día de hoy alguien entrega esta maqueta, sabes que está destinada a marcar época. 50 años más tarde, ya puedes apreciar que hay magia en todos sus temas. Posiblemente, al ser un disco que me acompañó en mi adolescencia, no pueda ser objetivo, pero lo escucho en 2023 y afloran las lágrimas de la emoción recordando que tenía que parar mi partida con el Sonic de la Mega Drive porque determinado tema (el que sea del disco) me emocionaba en sobremanera…
Con Queen me suelo reír de los recopilatorios y de las canciones básicas pues, si escuchas sus dos primeros y desconocidos discos, ya ves que hay un Greatest Hits allí. No hay temas de relleno y su escucha es un bendito placer. Siempre sueño con que algún día Jeff Scott Soto venga en directo tocando los temas “ocultos” de Queen y que unos pocos fieles podamos disfrutar de lo que fueron en sus inicios. Si eres fan del grupo, aquí está la magia primigenia, la de los primeros 70. El bombo y platillo para los que ven la película y asisten a los shows con Adam Lambert, la esencia de todo para los locos que nos desvivimos por Queen I y Queen II.