Un año más, Science of Noise se personifica en Mad Cool, uno de los “mejores” festivales de nuestro país. Con un cartel menos agresivo que en otras ediciones, cuadrar la ruta para ir a los espectáculos más rockeros era algo simple. La verdad es que los horarios, esta vez, han sido buenos.
Con un bastante bien reubicado pero fatalmente montado dentro del recinto, el nuevo Espacio Mad Cool se sitúa en la célebre Colonia Marconi en el sur de la capital. Célebre por motivos que no voy a comentar ni opinar. Lo que si puedo decir es que la distribución de escenarios, la gran sobredosis de stands de marcas y empresas patrocinadoras (hasta 19 creo que conté), y el poco espacio útil para disfrutar de los conciertos convierten el festival en una especie de centro comercial donde puedes conseguir atrezzos personales de todo tipo y, de fondo, puedes escuchar a algunas bandas famosas. Seguramente el público postureo-VIP tiene esa idea del festival. Los fans de la música, contentos de que los instagramers – tiktokers – influencers nos dejen tranquilos en la zona pensada para el rock.
Bajo un sol abrasador daba el arranque en el escenario principal de la izquierda Spoon. La veterana banda de Texas, con sus tres décadas sobre sus hombros y capitaneada por un sudoroso Britt Daniel, reunía un puñadito de miles de asistentes que no huyan del sofoco madrileño. Con una hora por delante, Spoon tenía el objetivo principal de superar el anticlímax del calor e intentar mantener al menos la presencia de gente reunida frente al escenario. No lo tuvieron muy complicado, la verdad. Pues si has visto Spoon en directo, sabes que no defraudan.
Con su peculiar indie rock alternativo, Britt y los suyos nos regalaron el mejor repertorio que uno podía esperar con canciones top de su último disco como “Wild” y “The Hardest Cut”. Tampoco faltaron los himnos de They Want My Soul(2014), uno de sus discos más celebrados, como “Do You” o “Inside Out”. Aunque lo mejor fue la inesperada aparición en el setlist de “The Underdog”, su mayor éxito no está siempre incluido en los repertorios y, ayer por la tarde, la banda decidió que nos la merecíamos por estar aguantado bajo el sol de justicia disfrutando de un arranque de viernes inmejorable.
Tras una hora de gran rock, nos desplazamos al otro mainstage, el de la derecha cruzando el primer cuello de botella del festival. No puedes separar las dos zonas de máxima afluencia de esta manera, primera ley de los macro conciertos. Allí y durante la siguiente hora tenía lugar uno de los conciertos más diferentes que se han vivido nunca en un Mad Cool, Puscifer. Tras quedar algo decepcionado con lo que vi, que fue poco, en Hellfest Open Air 2023, quería dar otra oportunidad al proyecto rockero de Maynard James Keenan y Carina Round. Y tengo que admitir, sin dudar, que Puscifer nos regalaron un concierto memorable.
Tienes que conectar con el espectáculo, esa es la idea. Si logras conectar con la propuesta, acabas disfrutando de un concierto tan diferente como especial. Keenan es un fenómeno, no tiene vergüenza, y es uno de los mayores cerebros creativos del universo del rock / metal. Partiendo de esa premisa y dejándote hipnotizar por su cálida voz, lo demás viene solo. Los aliens invadieron el escenario mientras los fans resistían encandilados bajo un sol igual de intenso que en Spoon pero adornado por un viento incesante que nos permitió llevar mejor el calor. Muchas camisetas de Tool entre el público, muchos metaleros y muchos curiosos para disfrutar de uno de los mejores conciertos del día.
Tras un descanso ideal para recuperar fuerzas, comer y buscar una sombra, mientras Sam Smith llenaba de un público mucho más diferente el escenario principal de la izquierda y la joven Tash Sultana demostraba que el tercer escenario está fatalmente ubicado. La espera para ver Queens of the Stone Age fue superada con éxito.
Puntualmente y con un sobrio decorado saltaban Josh Homme y sus reinas sobre el escenario. Con el sol ya escondiendo su poderío, los primeros acordes de “No One Knows” mostraron un óptimo volumen de sonido que no cesó durante su actuación. Aún no lo sabíamos entonces, pero QOTSA nos iban a regalar no solamente el mejor concierto del día, posiblemente también uno de los mejores conciertos de nuestras vidas. Varias veces he visto a Queens y lo de anoche fue una barbarie. En el que es su penúltimo concierto de la gira europea, pudimos ver al mejor y más amable Joshua, quizás fue el reciente cáncer que ha superado el norteamericano y sobrevivir a los peores cuatro años de su vida. Pero el chulín Homme repartía amor y buenas formas canción tras canción.
Pocos grupos de rock de la actualidad gozan de la calidad de QOTSA. Pocos artistas tienen una carrera tan perfecta como Homme, sea con Kyuss, Eagles of Death Metal, Them Crooked Vultures o Queens of the Stone Age. Quizás no sean tan mainstream como Muse o Foo Fighters, los otros grandes exponentes del rock de estadios. Pero la calidad con la que Josh ha nutrido toda su carrera es digna de estudio.
Los de Palm Desert basaron gran parte del repertorio para explosionar su última trilogía de discos brutalmente cerrada hace escasas semanas con el excepcional In Times New Roman… (2023), disco del que nos ofrecieron cuatro cortes incluida “Paper Machete” y “Carnavoyeur”, dos de las mejores canciones que han creado nunca. De …Like Clockwork(2013) no podían faltar la celebradas “If I Had a Tail” y “My God is the Sun”, ¡menudo discarral Like Clockwork!, ¡Por Dios!.
Por algún motivo que aún no logro comprender, no goza de la misma popularidad Villains (2017), de su penúltimo disco nos hicieron saltar y gritar con “The Way You Used to Do”, temazo de los buenos, y con la ligera who wha “The Evil Has Landed” que nos mostró el poderío del imprescindible Troy Van Leeuwen y su guitarra. “Here we come, Here we come, ¡Get outta the wayyyy!, Matter not, what the people sayyyy”, brutal temazo.
Sobra comentar que en el Regreso al Pasado de Queens fue cuando la locura se adueñó del Espacio Mad Cool. “Little Sister” y “Make it Wit Chu”, cortas pero directas, reclamaron su trono entre la tríada de himnos de Songs for the Deaf (2002). De la obra maestra de Josh nos avasallaron con la citada “No One Knows”, ideal como pieza de apertura para preparar al público y caldear el ambiente. Pero el dúo final con la célebre “Go With the Flow”, cantada a pulmón por decenas de miles de fans y aún con tiempo para ver los moshpits de las primeras notas de “A Song for the Dead”, clímax total, momento orgásmico. No me cansaré de repetir que esta canción es una Canción Perfecta. La brutalidad con la que la interpretan, la brutalidad con la que los fans la tomamos, juego de luces soberbio y un Josh repartiendo leña como si le costara la vida, con un intercalado pequeño solo de batería del siempre olvidado pero necesario Jon Theodore tras los parches.
Brutal, repito, otro de los mejores conciertos a los que he asistido en mi vida. Así como hace unos años lo que vivimos en Mad Cool con el concierto de NIN, esta vez Queens of the Stone Age han arrasado sin piedad en Madrid.
Tras un concierto de rock de esta magnitud, cualquier banda que venga a continuación tendrá el cargo añadido de no aburrir al espectador. Por suerte, Kaleo tiene juventud pero muchas tablas. Los de Islandia con un blues rock de mucha calidad, nos reunía en el tercer escenario, esta vez menos concurrido, para regalarnos un concierto de corte más íntimo pero siempre agradable y necesario. Nacidos para alcanzar puestos altos en los festivales y llenar recintos de tamaño mediano, Kaleo son una bocanada de aire fresco para el blues rock. Excelente repertorio, entrega y calidad de una banda que llegará muy lejos.
Y por fin, tras 13 años esperando la oportunidad de ver a The Black Keys en directo, a las 00:50 de la madrugada ponía fin a casi tres lustros de mala suerte. Dan Auerbach y Patrick Carney llegaban a Madrid para regalarnos otro de los mejores conciertos del fin de semana. Decenas de miles de fans se reunían por última vez en el escenario derecho para disfrutar del garage – blues rock de los de Ohio.
Con un bonito escenario adornado por las luminosas y gigantes letras de su nombre sobre sus cabezas, con Dan y Patricken la linea frontal, siempre iluminados y enfocados por las cámaras. Los Black Keys despacharon prestigio y guitarreo en partes iguales. “I Got Mine” daba el pistoletazo de salida de 70 minutos de rock de mucha calidad. Diferente al de Queens, pero rock al fin y al cabo.
“Fever”, una versión relantizada de “Everlasting Light”, “Lo/Hi” endulzaron el tramo central del show. Pero si hay algo que les permitió lucirse fue la recta final con “Howlin’ for You”, “Gold on the Ceiling”, “Little Black Submarines” y el broche de oro final con su himno atemporal. Una “Lonely Boy” que nos acabó de rematar tras muchas horas de festival. Himno, temazo. Fin de fiesta glorioso y cierre ideal para un soñado concierto de The Black Keys.