Y así nació el «sonido del desierto»…
Corría el tramo final de los 80 cuando cuatro amigos emprendieron un viaje que, ni en el mejor de los casos, ellos mismos podrían haber soñado, Estos cuatro fumetas y amantes de los juegos de rol crearon “el sonido del desierto”, una derivación natural del sonido que Black Sabbath impregnó en Masters of Reality (1971) puliendo en ese sonido la faceta más psicodélica. Allí nació Kyuss y así nació el stoner rock.
En las filas de Kyuss se juntaron cuatro personajes que pasarían a ocupar páginas enteras de la Historia del Rock: John García se encargaba de las voces y Nick Oliveri del bajo, mientras el brutal Brant Bjork machacaría los bombos a placer todo endulzado por los riffs de Josh Homme. La fraternidad con la que vivieron durante más de una década se truncó de manera fatal para el destino de la banda. Nick Oliveri dejaba la banda tras publicar el disco Blues for the Red Sun (1992) tras los constantes choques entre él y Bjork y García.
1996, el nacimiento de otra bestia
Josh Homme decidió emprender un camino paralelo a Kyuss y, coincidiendo con la publicación de un curioso split de Kyuss/Queens of the Stone Age (1997) en el que todos los temas fueron escritos por el mismo Josh, la banda madre acabó por anunciar su disolución, y en ese momento nació Queens of the Stone Age. La primera formación oficial de la banda la completaba solamente Alfredo Hernández en la batería, pues el mismo Homme se adjudicaba el bajo, el piano, el teclado, la guitarra y las voces.
Creado en los estudios californianos de Rancho de la Luna (Joshua Tree) y en Monkey Studios (Palm Desert), el disco debut se tituló Queens of the Stone Age (1998) y contenía 11 temas en un total de 46 minutos de duración. El disco fue mezclado por Joe Barresi y masterizado por Dan Hersch en DigiPrep, Hollywood. La extravagante carátula del disco fue extraída del libro The Pin-Up: a Modest History (1972) de Mark Gabor, y en ella se puede ver un joven torso de una mujer de color en ropa interior con una sugerente y/o erótica posición, una imagen que acabó siendo uno de los iconos de la banda. Tras unas negociaciones fracasadas con Roadrunner Records, el disco fue editado por Loosengroove Records, impulsado por Stone Gossard, guitarrista de Pearl Jam. La versión en vinilo incluía una portada alternativa y, actualmente, es uno de los álbumes más difíciles de encontrar en el mundo del rock.
Queens of the Stone Age fue muy bien acogido por parte de la prensa, quienes vieron en él la lógica evolución del sonido de Kyuss, y vieron en Josh Homme un diamante en bruto. El disco logró ser disco de platino en UK con sus más de 60.000 copias vendidas y en 2010 fue incluido en el prestigioso libro 1001 Albums You Must Hear Before You Die de Robert Dimery.
Queens of the Stone Age, la primera piedra de una carrera imparable
Josh Homme tan solo necesitó un álbum para despegarse de la larga sombra de Kyuss, para hacer evolucionar un estilo y embarcarse en una carrera, ahora ya sí, diseñada y pensada para el éxito. Sin ser el mejor álbum de las Reinas, el disco tiene una notable calidad compositiva pese que en algún tema flaquea.
Despegarse de la etiqueta stoner y su relación con los estupefacientes también fue uno de los principales objetivos de Josh Homme, pese que el sonido desértico luce en varios de los temas del disco, como en la fantástica “You Can’t Quit Me Baby”. La evolución pasaba por acortar el desarrollo de los temas y las jams atmosféricas dejaban paso a los estribillos como en las geniales “Regular John” y “Avon”. Este primer tema abre el disco y demuestra, desde el primer acorde, que esto no es Kyuss. Se trata de un corte con guitarras de baja afinación con un tempo muy promedio pero que el propio juego de instrumentos provoca que la sensación de lentitud y depresión domine el tema. En “Avon”, el riff principal nos golpea fuertemente y la voz de Josh Homme suena alta, lo que provoca un gran contraste con los instrumentos.
La voz de John García residía solo en los recuerdos de los fans, pues aquí Josh ya toma el micro con su voz menos talentosa y de tono más bajo pero con un estilo rockero/punk que acabó enamorando a todo oyente. “Mexicola” uno de los temas más heavies de la banda la cual, unida a las anteriores, forman un cuarteto de temas dignos de admiración y durante muchos años fueron temas fijos en los conciertos de los de Joshua Tree. “Walkin’ on the Sidewalks” es la composición más seria del álbum con pasajes y pausas en el ritmo que logran descolocarte, al igual que la instrumental y psicodélica “Hispanic Impressions”. En el último tema “I Was a Teenage Hand Model” se escucha la voz en off del ex-bajista de Kyuss Nick Oliveri, que pasaría a formar parte de las Reinas en un futuro muy próximo.
En 2011 se re-editó y se le añadieron tres temas: “The Bronze” y “These Aren’t the Droids You’re Looking For”, lanzados en el famoso split conjunto con Kyuss, y “Spiders and Vinegarrons”, tema instrumental, piscodélico e inédito rescatado del primer proyecto de Josh Homme bajo el nombre de Gamma Ray. A parte, Brian Gardner se encargó de la re-masterización que puso los niveles y tonalidades en su justa medida para dejar aún más excelente un disco ya de por sí enorme.
El disco que abría una carrera lanzada hacia el éxito, un trabajo que se puede tomar como el documental de la carrera de Josh Homme, donde el «de donde vengo» y el «hacia donde quiero ir» conforman la esencia de Queens of the Stone Age.