Solemos relacionar a Seattle con el grunge, pero nos olvidamos habitualmente que esas coordenadas antes nos dieron absolutos genios musicales del tamaño de Jimi Hendrix, las hermanas Wilson, Sanctuary, Duff McKagan y… Queensrÿche. Toca hablar hoy de un debut imponente como fue ese EP de cuatro temas que dejó a la escena boquiabierta. Estaban presentes las influencias de Iron Maiden y de Judas Priest, pero cuando escuchas este EP ya ves que algo muy grande está en ciernes. Posiblemente la gente lo recuerda por ese inicio sobrecogedor con “Queen of the Reich” o ese primer ejercicio acústico que fue “The Lady Wore Black”.
Sacaron el EP bajo los auspicios del sello independiente 206 Records y al cabo de un año se reeditó puesto que la gente de EMI ya vio que aquí había algo enorme en ciernes. La historia es la habitual: los Queensrÿche empezaron como banda de bar llamada The Mob y tocando versiones de heavy metal inglés para públicos sedientos de fiesta y cerveza. Tardaron en convencer a un Geoff Tate taciturno a la hora de tener que tirar de versiones de otros grupos. Pero es que antes de grabar su primer disco (The Warning), sólo con ese EP, ya habían girado con Quiet Riot, Zebra, Twisted Sister y Dio.
El disco
Se nota enseguida que el sonido es primerizo y el inicio de la fundamental “Queen of the Reich” posee un guiño absoluto a lo que es el “Highway Star” de Deep Purple, con ese inicio con el grito en eco. Más allá del tributo, te enfrentas a una canción espectacular en la que Geoff Tate marca galones y deja patente que es un vocalista privilegiado, y que el grupo va a marcar época. Y es que más allá del inicio hay aquí un tema estelar con un solazo de Chris DeGarmo que complementa lo impresionante de las voces. La producción es mejorable, pero el tema posee alma y es definitorio de lo que se busca. Agudos sin descanso y un grupazo demostrando que, más allá de sus influencias, está por demostrar muchas cosas. Es histórica…
La genialidad en un primer paso discográfico no puede mantenerse y “Nightrider” topa con muchos tópicos del estilo, pero funciona con creces. Batería y bajo suenan opacos debido a una producción pobre, pero se adivina algo grande. Sube el listón, y de qué manera, “Blinded”, que tira mucho de demostración dactilar en las seis cuerdas. El metal de época mandaba en aquel entonces y podrían haber sido catalogados como una banda más del power metal americano de entonces, pero allí había algo más… Eso se entrevé en la fabulosa “The Lady Wore Black”, pieza para el recuerdo y tema que los adentra en el metal progresivo con esas guitarras acústicas tan bonitas. Juegos de cambios de tempo y la constatación de que antes del grunge, ya muchas cosas se movían en Seattle.
“Prophecy” es un tema que se incluyó en posteriores reediciones del disco y que, sinceramente, es de lo mejor de este primer EP. Es un tema que marca mucho las credenciales de futuro y en el que ya puedes distinguir perfectamente las trazas de lo que intentaba el grupo de Seattle. La guitarra de Chris DeGarmo es espectacular y ya a nivel de producción y grabación hay más medios y calidad pulcra. Hay muchísimos temazos tapados en esta banda y “Prophecy” es sin duda uno de ellos. Posiblemente el punto de partida hacia lo que nos viene posteriormente.
Veredicto
A día de hoy, siguen habiendo bandas y grupos de versiones que para marcar paquete se atreven a marcarse el “Queen of the Reich”, y es que está a la altura de todo un “Painkiller” para demostrar a todo el mundo que el vocalista de turno es un fuera de serie. Os diré que sólo la he visto bien defendida por ese gran José Luís que cantaba en Break the Chain, y que lo otro que he visto… han sido soberanos naufragios. Puedes percibir que algo grande hay en este primer EP, y que va más allá de un vocalista imponente y de un guitarrita estelar. Hablamos de terrenos de composición y de una base rítmica tan buenos que parece imposible que estemos ante un primer paso discográfico.