«Weapons not food, not homes, not shoes
Not need, just feed the war cannibal animal.»
No fue una revolución política, ni violenta. Ni, evidentemente, temblaron los pilares del sistema capitalista. Pero Rage Against the Machine (a partir de ahora RATM) sacudieron la industria discográfica con su segundo álbum. Lo ya conseguido con su primer plástico, Rage Against the Machine (1992), se consolidó con este segundo álbum, Evil Empire (1996), llegando al número 1 del Billboard en EE. UU. y ganado el Grammy a la Best metal performance» con «Tire Me». Ahí estaban, en el corazón de la industria, Zack, Tom, Tim y Brad, con su mensaje contestatario, rabioso y revolucionario, poniendo patas arriba el complejo industrial musical, el americano en especial.
Creo que hay un consenso generalizado en que RATM nunca igualaron su disco homónimo, contundente en la música y el mensaje y con el incalculable valor del factor sorpresa (del que se aprovecharon, para conseguir el tirón definitivo). Aunque su escueta discografía raye a gran nivel, nunca consiguieron alcanzar esa cota de excelencia de himnos como «Killing in the Name», «Bombtrack», «Freedom» o «Bullet In Your Head» por poner cuatro ejemplos.
Evil Empire no es mi disco favorito de los cuatro de Los Ángeles, pero en mi caso fue un disco muy esperado y quizás el primero en el que me sentí realmente hypeado (obviamente, sin conocer el puto concepto de marras). Evidentemente, su debut me dejó con la boca abierta, pues iba muuuuuchooo más allá del nu metal. Era otra liga. Las referencias eran (son) múltiples, Public Enemy, Black Sabbath, Led Zeppelin, Fugazi, N.W.A., Living Colour, Urban Dance Squad… una amalgama de influencias y sonidos, que junto a su mensaje revolucionario, hacían las delicias de un Calde joven y rebelde.
Con «People of the Sun» se inicia el disco, con una guitarra que lleva el peso tanto en el «dibujo» inicial como en el riff principal del tema, una base rítmica en la que destaca, especialmente, Tim con su bajo sinuoso y Zack fraseando sobre su experiencia en Chiapas y el EZLN; un inicio que no defrauda. El riffaco de
«Bulls On Parade» nos sacude con fuerza, y Morello empieza con sus «trucos» y fantasías con la guitarra, ahora riff, ahora scratcheo, ahora hago un solo de fantasía (esto será tónica general durante todo el minutaje pues, en mi opinión, Tom lleva el peso de todo el disco) uno de los himnos incontestables de la banda. Sin duda, estamos ante un temazo heredero de su primer álbum. La conjugación perfecta entre virtuosismo al servicio de la canción. «Vietnow» sigue la senda del primer corte, peso para la guitarra y voz. La base rítmica está ahí, como acompañando. De la Rocha vocifera «Fear Is Your Only God…!«, poniéndonos en alerta sobre la cultura del miedo que quiere implantarnos el sistema capitalista.
«Revolver» empieza con un jugueteo a la guitarra, pedal mediante, con explosión riff’o’rama marca de la casa, para pasar a un susurro de Zack que se torna en rabia. Estamos ante un tema calma-tormenta clásico. Y vamos con «Snakecharmer»… Aquí Brad adquiere cierto protagonismo con un ritmo ligeramente diferente. Redoble inicial y ritmo mucho más allegro, menos sincopado. Rabia y riff brutal de nuevo. «Tire Me» es un tema enérgico, potente, duro y que contiene el fragmento que más recuerdo siempre de este disco con voz susurrante:
«I wanna be Jackie Onassis
I wanna wear a pair of dark Sunglasses
I wanna be Jackie
Oh oh oh oh please don’t die!»
Un tema que podría haber sido publicado en los 70… apunta a alegato pacifista contra la Guerra de Vietnam.
La desigualdad económica y racial, con mención al Pantera Negra Fred Hampton incluida, se ponen de manifiesto con «Down Rodeo», el inicio recuerda levemente a las canciones más heavys de Led Zeppelin, Tom Morello sigue a los suyo, sacándose de la manga todos los trucos que puede, El bajo de Tim marca la diferencia con unos punteos perceptibles y agudos.
«One god, one market, one truth, one consumer.»
«Without a Face» empieza con ¿tapping? repetitivo de guitarra, un bajo marcando el tempo secundado por la batería, rimas old school, para eclosionar en otro muro sónico difícil de igualar. De nuevo, calma-tormenta, en el que al final De la Rocha se deja las cuerdas vocales gritando:
«You say fortify, reaction, you divide
And you say fortify, reaction, reaction
And you say fortify, reaction, reaction.»
“Wind Below” empieza con un efecto Morello como si un OVNI estuviera aterrizando en el planeta tierra. Otro groove riff, un truco terrorífico a semejanza de punteoo mezclado con wah, en la parte calmada del tema, que va combinando calma-tormenta de nuevo. Nada nuevo en la estructura, y ya ves que es la tónica regular del disco. El solo en el ecuador del tema conduce a un interludio aun más calmado y susurrante desembocando paulatinamente en el desparrame doomiano final, comandado por Morello. “Roll Right” tiene un rollo funk’o’delico de la mano de las cuerdas Tim de lo más sugerente, con guitarras de lo más Zep.
Acaba el disco con “Year of tha Boomerang”, conocida por su inclusión en la película Higher Learning de 1994, en la que relatan el adoctrinamiento en el pensamiento único del sistema educativo americano y las contradicciones existenciales que ello puede conllevar. Dile sistema educativo americano o sistema educativo universal. Musicalmente, probablemente es de la canciones más destacadas del disco, composición y estructura ya vista pero con un resultado con mojo.
Sin ser su mejor disco, contiene tres o cuatro temazos que algunos de ellos se han convertido en clásicos, además era un disco necesario. El sonido creado en una habitación con los cuatro tocando en directo a cargo de Brendan O’Brien (Pearl Jam, Incubus, Bruce Springsteen o Mastodon) como productor que eleva un muro sónico sin aristas ni fugas, a la altura del grupo.
En ese momento, el capitalismo neoliberal campaba a sus anchas, sin mesura ni control, y voces con proyección eran importantes sembrar la duda en nuestra cabeza. RATM jugaron ese papel. Y lo jugaron desde las entrañas de la industria, aprovechando sus medios y herramientas para hacer llegar a más gente su mensaje. Un mensaje presente en el artwork del álbum, conteniendo fotografías de libros como La guerra de guerrillas del Che Guevara, Las uvas de la ira de Steinbeck o el primer volumen de El capital de Marx.
De alguna manera, ellos pusieron en la palestra la falsedad de la dicotomía entre «comunismo y libertad», porqué como bien sabrás, la cosa es «socialismo o barbarie» como bien dijo Rosa Luxemburg.
Sant Boi-Barcelona-Arenys de Mar. Padre y Metalhead. Desbordado por tanta música que escuchar y poco tiempo para disfrutarla. En el Universo solo hay dos cosas claras: In vino veritas y Metallica es la banda más grande de todos los tiempos (quizás solo una sea cierta, y no tenga que ver con la verdad). Death, black, doom, sludge, hardcore, thrash… a menudo: pop, rock, indie, electrónica, hip hop… en resumen, la música es mi pasión.