Rage – End of All Days: 25 años de un disco más grande que el cielo

Ficha técnica

Publicado el 9 de septiembre de 1996
Discográfica: GUN Records
 
Componentes:
Peter "Peavy" Wagner – Voz, bajo
Sven Fischer - Guitarra
Spiros Efthimiadis - Guitarra
Chris Ephthimiadis - Batería

Temas

1. Under Control (4:07)
2. Higher Than the Sky (4:17)
3. Deep in the Blackest Hole (4:23)
4. End of All Days (4:45)
5. Visions (4:17)
6. Desperation (4:55)
7. Voice From the Vault (5:36)
8. Let the Night Begin (3:53)
9. Fortress (3:56)
10. Frozen Fire (3:42)
11. Talking to the Dead (4:00)
12. Face Behind the Mask (3:37)
13. Fading Hours (6:28)
14. Silent Victory (4:54)

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End of All Days (1996) es un disco absolutamente espectacular, una de las obras maestras de Rage y uno de los grandes discos de unos tiempos absolutamente oscuros para el heavy metal clásico. Mediados de los 90 coge a la escena con todas las grandes bandas clásicas de heavy metal separadas, o sin vocalista o intentándose adaptar a las nuevas sonoridades, que pasaron del grunge a Pantera y de Pantera y a Korn y Limp Bizkit. Cual aldea gala de Obélix y Astérix el power metal era el último reducto en el que podíamos degustar metal clásico de calidad. Éramos la resistencia…

Rage venían de conseguir una de sus obras más deslumbrantes: el Black in Mind (1995) si bien tampoco eran masas las que lo celebraron. Rage quedaba como banda para una inmensa minoría y si en esos días si te referías a Rage la gente entendía que hablabas de Rage (Against the Machine). Un disco anterior tan perfecto como Black in Mind les motivó para empezar su etapa orquestal con el Lingua Mortis. Pero seguían de dulce hasta el punto de que volvieron al heavy metal clásico o power metal centroeuropeo de los 90. El metal alemán que decíamos en nuestros lares. Peavy Wagner se sacó de la chistera un disco impresionante, aunque muy bien secundado por un terceto de grandes músicos.

Esta obra suponía el primer trabajo bajo el sello GUN Records y el primero con el guitarrista Sven Fischer, que hasta entonces había estado tocando en Pyracanda. Pasaban a formato cuarteo. Ese eterno joker con el que juega el bajista, que es que en cada crisis y cambio de formación, pasa de terceto a cuarteto. Completaban la formación los hermanos Efthimiadis, muy recordados y queridos por todos los fans de Rage. Otra de las piezas básicas del disco era don Christian Wolf, que pasaría a tomar mas presencia para luego desaparecer del universo Rage para siempre. Y el detalle de calidad fue el de contar para la masterización con George Marino, posiblemente es el elemento que hace que todo esto suene a gloria.

El disco

Mucha atención pues el nivel de inicio de esta obra es sencillamente abrumador, encadenando clásicos y gemas ocultas sin parar. “Under Control” es aplastante a un nivel de potencia y exquisitez pocas veces visto. Siempre todos los discos de Rage poseen un gran tema de apertura, pero esta vez se salieron. Imposible no escuchar por primera vez esta canción y que no pase a ser de tus favoritas. Es oscura y con el doble bombo incesante de Chris.

Con “Higher than the Sky” tengo sentimientos encontrados puesto que estamos ante una de las cinco mejores canciones de Rage de toda su historia, pero si has asistido a más de 30 conciertos de ellos la tienes más que aburrida. Ese tramo que hacen cantar al público es tan largo que directamente me provoca repelús. Es un momento ideal para ir al lavabo en festivales o a por cervezas, pero e tema es absolutamente enorme y melódico. Pero lo siento, no puedo con él.

Otra clásica es “Deep in the Blackest Hole” por ese inicio lúgubre en el que brilla la faceta compositiva de un entonadísimo Peavy, facturando canciones impresionantes con una facilidad pasmosa. Gran pasaje instrumental con juegos de guitarra muy trabajados para Sven y Spiros, que fueron ecualizados en estéreo quedando siempre uno en la parte derecha y el otro en la izquierda. Y sigue el altísimo nivel con otra clásica entre clásicas: la que da nombre al disco, y otra en la que el equilibrio entre fuerza y potencia es perfecto. Uno de los mejores medios tiempos del grupo.

No bajará el listón con un “Visions” original que vuelve a combinar melodía y fuerza con gran estribillo. Ese primer tramo de brillantez reposa luego en la balada-medio tiempo “Desperation”, en la que ya vemos una bajada de nivel. Peavy siempre ha metido muchos temas en sus discos y eso siempre hace que sea casi imposible mantener el listón en lo alto, aunque el disco es tan bueno que hay allí muchas más sorpresas a tener muy en cuenta.

Algo realmente grande es el estribillo espectacular de “Talking to the Dead” en la que se combina la pesadez de la base rítmica con el estribillo más comercial del disco. A lo largo de la obra hay muchos cambios de tiempo en las canciones, unos ejercicios filo-progresivos que quedan bastante difuminados por el llamadopower metal, pero ahora que han pasado los años y lo ves con perspectiva, el estilo de esos días del grupo era muy diferente al resto de las bandas que quedaban en ese saco de metal alemán.

Los aires lúgubres y góticos vuelven a asomar en “Voice from the Vault”, especialmente en intros indagan y subrayan lo oscuro con un gran trabajo de guitarras, con muchos detalles y en temas realmente logrados en cuanto a composición. Contrasta este tema con la inmediatez y frescura de “Let the Night Begins”, que funciona perfectamente a pesar de pecar de que es un tema muy típico del grupo, muy en onda Secrets in a Weird World pero con un estribillo muy a lo Black in Mind.

Bajamos pulsaciones con “Fortress” a pesar de que Chris le pega duro. Hay un acercamiento evidente a Metallica del disco negro en lo que es producción, lo que es un plus para el disco. En los temas lentos es cuando más se nota. De entre lo más contundente, cercano a la inicial “Under Control” está “Frozen Fire” a pesar de que también hay juegos con ralentizaciones, pero queda lejos de ese brillante tema inicial. En esa misma onda de agresividad está la más que interesante y lograda “Face Behind the Mask”, que incomprensiblemente nunca gozó de mucha presencia en vivo.

Mucha atención a “Silent Victory” pues al final del disco el grupo está abriendo una puerta a la experimentación y a lo que había que venir. Un tema muy relajado y melódico con la característica voz de Peavy, que ya apuntaba a lo que harían en Ghosts y que sería sumamente incomprendido, o si más no, cristalizaría más tarde con XIII. Aquí hay la mano del señor Wolf demostrando que lo del Lingua Mortis era algo que había venido para quedarse. Y en esa misma línea, pero más orquestal si cabe, estaba “Fading Hours”, con mucho minutaje y la orquesta en pleno. Una especie de extra. Ha sido un tema a veces recuperado cuando el grupo explota su faceta más orquestal.

Veredicto

Los números mandan y nos dicen que el End of All Days es el tercer disco más utilizado en directo, consiguiendo el bronce en presencia sobre las tablas, lo cual no es nada despreciable pues estamos hablando de una banda con más de 23 obras en su haber. Desde Trapped!! en 1992 que el grupo teutón consiguió un estado de forma excepcional, y lo mejor de todo, variando de estilo y acercándose incluso a lo orquestal.

Nunca la escena agradecerá lo enorme que ha sido y es un tipo como Peavy Wagner, y en los 90 se hicieron bajo el nombre de Rage auténticas virguerías. Personalmente fue la gira de este disco la primera que pude vivir de Rage, junto a Stratovarius y Gamma Ray. Peavy estaba delgado, tenía el pelo largo y se atrevía con agudos en directo… Mucho ha girado la tierra desde entonces…

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1372 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.