Tras tres años desde la salida de su primer disco Blackmailed Existence (2016) y después de haberlo presentado por varias ciudades de nuestro país compartiendo escenario con grupos como Nervosa o SDI, se encerraron en su local 111 para componer su esperada continuación. Grabado en los Axtudio bajo la atenta mirada de Mr. Ax han parido un digno sucesor con un sonido mucho más potente y canciones mucho más dinámicas llenas de matices con el thrash metal de la vieja escuela como hilo conductor pero añadiendo diferentes ingredientes. Bastante más oscuro, maduro y técnico con la suficiente suciedad en el conjunto del sonido.
El disco empieza con una breve intro que nos invita a entrar en el mundo de «Paraphilia», un trallazo en toda la cara donde los riffs se suceden de una forma muy orgánica rememorando ese thrash primigenio con un sonido moderno y muy currado. El tema vocal es excepcional con diversos registros y variaciones. Sus poco más de tres minutos se pasan en un suspiro.
Si con la primera entran a degüello con «The Second Law» continúa el festival de la tralla rozando incluso el black metal y una mala leche y agresividad no vistas antes. Añaden grandes arreglos de guitarra y unas partes algo más pesadas con un regusto metallico, algo de Testament pero con un sonido propio. El bajo, muy presente, acompaña a las seis cuerdas a la perfección. Otra canción corta que será todo un festival de mosh en sus directos.
Algo más calmados y a medio tiempo se nos presentan con «A Piece of God Within» mostrando un aspecto más clásico. Está muy bien para así bajar la intensidad con la que nos han machacado. Coros característicos del estilo y unos riffs muy contundentes con partes más atmosféricas. Añaden un melódico y corto solo que adorna a la perfección esa parte para terminar la canción con el aroma clásico nombrado antes.
Un poco extraña en estructura empieza «A Death Foretold» en la que el bajo toma protagonismo para luego dar paso a una alocadas guitarras. Divertida, rápida y frenética avanza sin paragón escudada por unos enormes coros. En la parte intermedia introducen mucho groove con el que no puedes evitar mover la cabeza y aquí si nos encontramos con unos grandes solos llenos de feeling y buen gusto. A destacar de nuevo el trabajo vocal con un gran abanico de gritos y cambios de registro.
Llegamos a la que da título al disco y nos da de golpe sin avisar. El aspecto oscuro y decadente de la letra se ve reflejado en cada nota y riff destilando angustia y la sensación de estar sumergido en un pozo sin salida. La producción es impresionante pudiendo escuchar cada detalle a la perfección. También quiero destacar el trabajo de guitarras notando una gran evolución en relación al anterior disco contando con partes mucho más complejas. Gran solo y genial final.
Nos regalan un pequeño interludio con aires épicos llamado «(’84)». Misterioso y oscuro avanza para dar paso a una de las mejores canciones del disco llamada «The Great Citizen» en la que han contado con la colaboración a las voces de Tolo (ex-Nuckin’ Futs). Continúan con un thrash melódico con muchas facetas hasta evolucionar en una brutalidad donde la batería se acelera sin compasión. Nos encontramos de nuevo un buen solo para empalmar con una parte final bastante épica.
«State of Hate» fue el primer adelanto de este Learning to Die y aquí vuelven a apostar por la agresividad que nos hemos encontrado al principio de este trepidante trabajo. En esta ponen la quinta y no paran de apretar el gas en un corte con una estructura mucho más accesible y clásica.
Vaya falsete más agudo que nos brinda su cantante en el brutal principio de «Sweet Desperation» en un corte de claro homenaje a todo el heavy y thrash del pasado realizando una gran labor por parte de todos. Pinceladas diferentes, unas de aquí, otras de allá y listo, un plato suculento preparado con ingredientes naturales y frescos con buen gusto y humildad.
Encaramos el final del disco con un par de cortes en la que el humor y el cachondeo toman las riendas. «C38» narra las peripecias con las que te puedes encontrar si te amorras a una botella de alcohol pero no os engañéis, no deja de ser un trallazo que hará las delicias en la pista cuando suene en directo.
Para cerrar este festival de thrash nos obsequian con una cojonuda versión de Nuclear Beer de la canción «Toxik Grandma» etiquetada como bonus thrash en otro corte que será toda una fiesta llena de bailoteos y macarrismo con una buena mezcla de punk, hardcore y thrash.
Me gustaría también indicar que varias de las letras están basadas en novelas como 1984 de George Orwell o Crónica de una muerte anunciada de Gabriel Garcia Marquez, entre otras, enriqueciendo más el espectro lírico al que nos tienen acostumbrados tocando además temas como las fobias, el dolor y la muerte entre otros.
Muy buen segundo disco con un salto de calidad tanto en producción como en composición. Desde Science of Noise les deseamos muchos éxitos.