Dejémonos de rodeos. Si hay una banda legendaria en el post hardcore y el hardcore punk esa es Refused. La banda de Umeå arrasó sin piedad en los 90 con dos discos que sentaron cátedra. Songs to Fan the Flames of Discontent (1997) y, sobre todo, The Shape of Punk to Come (1998) deberían ser estudiados en todas las universidades del mundo.
Los directos de Refused eran también igual de legendarios. Dennis Lyxzén se dejaba la vida cada noche sobre las tablas y todos los músicos bordaban su papel de una forma sublime. Tras The Shape of Punk to Come, la banda decidió alejarse y la escena quedó huérfana.
En 2012 se obró el milagro y la formación regresó al circuito. Los catorce años de pausa provocaran que la leyenda se agigantara y la fama les sorprendió en una gira de reunión que se resumió en un rotundo éxito. Lo que en un principio era una simple reunión acabó por despertar ciertas inquietudes y Refused volvió a grabar nuevos temas. En 2015 llegó Freedom y supuso cierto descalabro. Las segundas partes no son buenas y menos si se usan para comparar el legado previo con el presente.
La segunda vida de Refused llega hoy a un nuevo capítulo. War Music no llega para competir con el pasado. Llega para completar. Si nos ponemos a comparar va a perder. No conserva la frescura ni siquiera la personalidad, tampoco la garra. Pero no estamos para nada frente a un disco perdedor. De hecho, War Music supera en todo a Freedom. Tampoco era algo difícil.
La crisis política mundial que está afectando nuestros tiempos es pasto para unos Refused que saben prender la mecha como nadie. En War Music encontramos una decena de canciones potentes y agresivas. Es todo más dinámico, las canciones fluyen ligeras con unos arreglos y una diversidad compositiva que le asemeja más a sus cortes de finales de los noventa. Incluso podría definir esta nueva faceta de Refused como “elegante”. El post hardcore vive de la intensidad y la banda no ya un puñado de jóvenes con ganas de escupir a la sociedad. La banda es adulta y, ahora si, ha conseguido moldear su propuesta hacia la propia madurez personal.
Las canciones funden la siempre agresiva linea de Lyxzén con la mejor dosis de guitarras afiladas. Eso si siempre sonará a Refused. En cuanto a canciones destacadas hay varias que superan la media del disco. “REV001” abre el disco con una intro a modo de sonido de tocadiscos antiguo explosionado en Dennis gritando “Revolution one!”. Si bien el tema tiene puntas de intensidad de antaño, tiene algún pasaje lento que le resta impacto directo.
“Violent Reaction” es una de las canciones más logradas. Al riff inicial de guitarra se le añaden los desgarrados gritos de Dennis en clara ascendencia hasta la entrada a modo galopante de toda la banda. Un corte con marcado acento a sus noventa.
Otro de los temas más originales es “I Wanna Watch the World Burn”. La canción posee un largo estibillo muy pegadizo. Quizás es la canción más popy del catálogo de los suecos, pero eso no significa que el tema sea para nada mediocre. “Blood Red” fue el primer tema grabado de este disco y marcó un poco el destino de todo el disco. Una canción dura con un riff suculento y unos estribillos afilados que recuerdan a “Hell Bells” de AC/DC . Esta canción es otro de los puntos fuertes de War Music.
El tramo central del disco posee los temas más simplones. Pese a ello hay momentos de excelsa lucidez como el riff central en “Turn the Cross”, los ritmos de batería en “Damaged III”. La recta final incluye dos gemas, “Death in Vännäs” avanza ligera con altas dosis de violencia musical que la hacen uno de los cortes más destacadas del disco. “The Infamous Left” también juega con el punch para marcarse otro notable momentos. Y se guardan la sorpresa mayúscula en el cierre con la intensa “Economy of Death”, posiblemente el mejor tema desde su regreso. Se trata de un tema más metálico, con una batería punzante agudizada por las voces de un Dennis desgarrado. El riff de guitarra es precioso.
En resumen, War Music no nos trae a los Refused de los noventa pero si nos trae la mejor versión de estos músicos adultos que no quieren perder la garra. Quizás tampoco busquen un The Shape of Punk to Come Vol. 2. Si nos quitamos los prejuicios y olvidamos las comparaciones, esto es lo mejor que pueden ofrecernos.