Una vez, hace mucho tiempo, alguien me dijo: “a los Kiss o los amas o los odias”. Razón no le faltaba, pero con Kiss no estoy ni en un extremo ni en otro de esa afirmación, para mi siempre han sido una banda que “ni fu ni fa”, misma sensación que tengo con otras grandes y mastodónticas bandas de rock: AC/DC, Alice Cooper, Status Quo, Scorpions… En mi discografía privada nunca han destacado especialmente los discos de los neoyorquinos; me he nutrido básicamente de aquellos buenos Alive y de algunos de sus discos más reconocidos como Creatures of the Night (1982), Destroyer (1976), o uno de mis preferidos: Revenge (1992). Muy predecible, ¿no? Pues eso, que de Kiss me puedo defender bajo sus 12-15 temas más conocidos y poco más. A todo esto, además. tengo que añadir que nunca he podido con el lado más empresarial y capitalista de Kiss, y que tanto Paul Stanley como el bocachancla de Gene Simmons siempre me han caído muy gordos y me han parecido ostiables nivel Javier Cárdenas.
Al ver que Toni López me había nominado para la reseña improbable pensé que podría ser una buena oportunidad para conocer y adentrarme en algún buen disco, pero joder… ¿Dynasty? ¿En serio, Toni? Aparte de que no se cómo me voy a mover en una reseña de un disco de los americanos me regalas un asiduo a las típicas listas tipo “Los peores discos de Kiss”, pero bueno, el reto está aceptado, así que adelante.
Si hay un tema icónico de este disco ese es sin lugar a dudas “I Was Made for Lovin’ You”, que además lo abre. Muy influenciado por la música Disco de aquel momento, fue un tema deliberadamente concebido para que funcionase como hit single, y vaya si funcionó. La varita mágica de Desmond Child y el trabajo del productor Vinnie Poncia tuvieron mucha culpa de ello. Brilla el bajo de Simmons y el falsete de Stanley en ese “dududu…” en un inicio que me recuerda al “Heart Of Glass” de Blondie (otra hereje que se tiró a la música Disco), pero más sensual y pegadizo. “Tonight, I want to give it all to you…“ cantaba el fucker de Stanley, co-autor del hit junto con los antes mencionados, invitándonos a entrar en algún garito no apto para mojigatos. Temazo y clasicazo de los Kiss más pastelosos, para disfrutarlo en aquel mítico Studio 54 de Broadway bailando a lo Tony Manero o a lo Village People. Señores, por mucho cinturón de balas, muñequeras de pinchos y anticristos que hayáis llevado, seguro, seguro seguro y requeteseguro que en cuanto escucháis los primeros compases de “I Was Made…” os pega un subidón de la hostia como a un servidor le pasa y os ponéis en plan perraca total. Recuerdo hace un par de lustros en un viaje en coche con 2 amigos más a Vitoria, al Azkena Rock, conduciendo cantando a pleno pulmón y bailando en bucle el temita en cuestión… ¡Bizarrismo!
Con “2,000 Man”, una cover de los Stones, se cambia el registro a una guitarra más eléctrica. Aquí el que se adueña del tema es Ace Frehley, muy mejorable en la voz, y a mi como que se me hace cansino y no me dice nada… “Sure Know Something” vuelve a coquetear con la música Disco pero con tonos más calmados, muy a lo Bee Gees. Me gusta el tratamiento en las voces que le da Stanley, además tiene un estribillo y unos coros que no desentonarían en cualquier disco más rockero de la banda. La cara A se cierra como empezó, con una animada “Dirty Livin’”, por lo visto el único tema donde realmente participó el locuaz de Peter Criss, que por aquel entonces era mucho mejor tenerlo fuera del estudio que dentro, debido al desfase diario que llevaba debido a las drogas y al alcohol. “Dirty Livin’” huele nuevamente a Studio 54, tiene un toque muy R&B, muy negroide, muy funky, además queda genial con esa voz más bronca del hombre gato.
En “Charisma” me encuentro con un tema guitarrero, de ritmo muy marcado y compasado. Cantado por Simmons de forma chulesca, tanto el estribillo como el coro funcionan muy bien, haciéndolo muy apetecible. Este corte no lo había escuchado y la verdad es que me ha gustado bastante. Casi al final del mismo tiene un toque nuevamente muy funky, muy Boney M, apto para un bailoteo guapo. Ese buen rollo me lo corta de golpe “Magic Touch”, melosa balada/medio tiempo totalmente made in Stanley, la cual la ha recuperado varias veces para sus shows en solitario. De los últimos 3 temas que quedan para finalizar el disco dos de ellos están firmados por Frehley, “Hard Times” tiene un toque autobiográfico y festivo, buena base rítmica, pero lo siento… la voz del Spaceman no es lo mío. La otra, la que cierra el disco, “Save Your Love”, lo hace también de forma más festiva, más guitarrera, con estribillo machacón. En este tema en concreto sobresale la batería, batería tocada por un músico de sesión llamado Anton Fig, y no por Peter Criss como quisieron hacer creer en aquel momento. Entre medio de estas dos hace aparece Simmons con “X-Rays Eyes”, un corte que me ha parecido bastante limitado, muy básico y plano. Lleva totalmente el sello de Simmons, de eso no hay duda, y eso me hace pensar si algunos temas que conforman este Dynasty no son más que “desechos” de sus respectivos discos en “solitario”
Puedo entender el revuelo que creó entre sus fans la edición de este disco, pero yo, que soy muy de analizar este tipo de cosas, veo que es conveniente tratar este lanzamiento teniendo en cuenta en que momento se grabó. Primero: Kiss estaban en descomposición total debido a su mala relación personal y los excesos con las drogas, venían de hacer ese experimento de grabar cada uno de ellos un disco en “solitario” bajo el nombre de Kiss, y Peter Criss estaba con el “autodestructivo” en modo on. Segundo: En la segunda mitad de los 70 la música disco lo estaba petando y si en el 97 tocó grabar algo como Carnival of Souls, en el 79 tocaba grabar Dynasty. En mayor o menor medida los Stones, David Bowie, la ELO o Blondie ya habían coqueteado con la pista de baile, y ahora era el turno de Kiss. Tercero: Leyendo un poco sobre cómo se gestó este disco uno tiene la sensación de que todo es una “farsa”, ya que apenas existe una contribución grupal, incluso ni para hacerse las fotos para la portada estuvieron juntos, y todo fue puro marketing (eso que tan bien sabe hace la empresa Kiss) para tumbar rumores sobre su posible separación.
Antes de ponerme manos a la obra con esta reseña improbable, únicamente había escuchado el archiconocido “I Was Made…” y “Dirty Livin’”, quizás por eso hayan sido los 2 temas que más me han gustado del disco, a los cuales podría añadir “Charisma”. Una vez terminada la reseña veo que no me ha servido ni para conocer un gran disco escondido ni nada por el estilo… así que seguiremos tirando de los Alive y poco más…
Para finalizar, y como es costumbre en esta sección, voy a nominar al siguiente afortunado/víctima que será Xavi Prat, ya que me gustaría saber que opinión tiene de un disco que creo que está algo alejado de sus gustos personales, como es The Satanist (2014) de los polacos Behemoth.
Pota Blava y fanzinero de los 90. La música siempre ha sido una de mis grandes pasiones, y aunque el Metal es mi principal referencia, no he parado de moverme por diferentes estilos sin encerrarme a nada. Con los años el escribir también se convirtió en otra pasión, así que si junto las dos me sale la receta perfecta para mi droga personal. Estoy aquí para aportar humildemente algo de mi locura musical, y si además me lo puedo pasar bien…pues de puta madre.