Después del comentario medio jocoso de ayer acerca de los camisetismos estampados y atuendos varios de la concuerencia, en honor a la justicia hemos de decir que el comentario era positivo y, abundando en la apreciación, debemos decir que el ambiente que se respira es tan pacífico como diverso. Aquí conviven heavies clásicos, punkies, hardcoretas, fans del doom, death, grind y hiervas oscuras del metal, rockeros de los diferentes matices, etc, y todo ello sin que haya el menor problema.
También debemos destacar que es el Resurrection de las mujeres. La organización ha puesto el acento en combatir las agresiones sexuales con carteles informativos y poniendo un punto de atención para denunciar los casos que pudiera haber. Por otro lado destacar el buen nivel de dos mujeres vocalistas de bandas participantes en el festival. Las vocalistas de Jinjer y Barbarian Prophecies, cada una en su registro, son buenos ejemplos para seguir abriendo camino.
En la jornada de ayer nos estrenamos con el thrash de los cántabros de Pandemia, que durante media hora hicieron poguear y mover las cabezas a las decenas de espectadores que estaban ante el Ritual Stage. Dieron unas buenas salvas de notas metálicas hasta que en el Main comenzaron a tocar los Virgen, en una onda más oscura y gótica. El thrash-death de Barbarian Prophecies anadió oscuridad infernal a la tarde, pero antes de que Suffocation nos dejara la impronta de los clásicos del grindcore, le tocó el turno a una de las piezas de ese poker de ases del thrash que es la Big 4.
Rise of the Northstar es una banda francesa de rap-metal con influencias estéticas japonesas, impactante su estética ninja y postnuclear. Arrasaron con sus éxitos Here comes the boom, Again and again o What the fuck. Hicieron saltar y corear sus temas al numeroso público que se agolpaba en las inmediaciones del Main. Este grupo lleva dando caña desde 2008 y se ha ganado estar en el escenario principal del Resurrection sin ninguna duda. Un once sobre diez para ellos.
Megadeth venían despidiendo su Dystopia world tour, con la continuidad del proyecto amenazada por la salud de Dave Mustaine. Su artrosis le pasa factura a la hora de seguir el ritmo de los conciertos. Una hora antes de lo inicialmente previsto debido a los cambios de horario la banda salía al Main Stage. Decidieron tirar de clásicos para abrir el concierto y de esta manera fue Hangar 18 el tema elegido para abrir el concierto, lo que nos daba una idea de por dónde iba a ir el show, ya que solo interpretaron un par de temas de su último trabajo, el single Dystopia y The Treat is Real.
No es Mustaine un gran vocalista y tampoco un tipo simpático, pero suple esto con su carisma personal. Tuvo poca interacción con el público y poco movimiento en el escenario, pero la banda interpretaba uno tras otro los temas de modo magistral que no fue acompañado por una excelente calidad del sonido. The Conjuring, My last words, Take no prisoners o She Wolf sonaban un tras otra caldeando el ambiente, que de ser por la agria actitud de Mustaine sería frío como el hielo. Pero a los fans de Megadeth esto les daba igual, disfrutando frenéticamente de las descargas, muchos de los cuales llegaban tarde por no haberse enterado del cambio de horarios. Levantó al público con los temas más míticos de estos colosos americanos y con sus mensajes antiimperialistas y antibelicistas. Symphony of destruction, Holy Wars o Killing is my business sonaron provocando el delirio y el mar de cuernos. Tampoco faltó en el escenario Vic Rattlesnake, la querida mascota de la banda. El concierto transcurrió apoyado visualmente por los correspondientes videoclips de cada canción. Mustaine agradeció varias veces a su parroquia la entrega mostrada. Acabó la actuación con ovación, pero dejando de manifiesto sus cada vez más acuciantes problemas de voz.
Suffocation fueron el paréntesis cañero antes de la actuación más esperada de la jornada, que como se entenderá, era la de Scorpions. Los neoyorkinos alternaron temas antiguos con los de su reciente trabajo, Of the dark light. Los niveles de polvo en la atmósfera se debieron multiplicar a niveles estratosféricos.
A medida que avanzaba la noche, se fue inundando el recinto de seguidores de Scorpions. Puntuales, los veteranos metaleros alemanes tomaron posesión del Main Stage, que abrieron su descarga con Going out with a bang. A pesar de estar en una eterna gira de despedida, la banda de se encuentra en uno de sus mejores momentos. La veteranía es sin duda un grado para dar un golpe de autoridad en la mesa imponiendo su calidad. La incorporación de Mickey Dee, ex Motörhead, a la batería, fue todo un acierto, ya que empasta a la perfección con el resto de la banda y crea una base rítmica sólida junto con el polaco Pawel Maciwona. Klaus Meine, conserva esa voz que poco parece haber perdido con el tiempo y que no va a ser ningún impedimento para que Scorpions sigan girando todo el tiempo que les venga en gana. Make it Real, The Zoo y Coast to Coast fueron los temas que continuaron y por supuesto, tampoco falto su medley setentero de Top of the bill, Steam Rock Fever, Speedy’s Coming y Catch Your Train.
Tres momentos estelares de su actuación: Winds of change, naturalmente Still loving you y la versión de Overkill de Motorhead, como homenaje a Lemmy, tras el cual, Mickey Dee de despachó a gusto ante el respetable con un extenso solo de batería. En el set list no faltaron los clásicos Blackout, Big city nights y Rock you like a hurricane, con la que los alemanes cerraban un espectacular concierto en el que callaron las bocas a todos aquellos que dudaban su calidad para ser cabeza de cartel.
Sick of it all fué la gran fiesta para los hardcoretas. Los temas más míticos de la banda estadounidense fueron coreados, saltados y empujados de todas las formas posibles por el personal. El reto de poner a todo el Chaos Stage a hacer el circle pit casi lo consiguen. La apoteosis llegó con el cierre, que como es habitual, fue con Step Down. Un concierto de Sick of it all, siempre es especialmente celebrado en el Resu, ya que no hay que olvidar que con ellos empezo la historia del festival, aunque ese primer festival tuviera que suspenderse.
Angelus Apatrida, la banda insignia del thrash estatal actual, llegaron con nuevo Lp debajo del brazo: Cabaret de la guillotine, editado este mismo año. En esta fecha se cumplían ocho años de la primera actuación de los de Albacete en el Resu y probablemente sea una de las bandas que más veces haya tocado en el festival. El vocalista lamentó que un año más coincidiesen con Sick of it all en el mismo festival sin poder verlos. Fué una exhibición de decibelios y velocidad. You are the next fué el tema más aclamado. Cerraron con The end man y con el record del mayor circle pit conseguido hasta ahora en el Resu.