Cuando hablamos de black metal, pensamos en una de las ramas más agresivas dentro de lo que es el metal, grupos como Gorgoroth, Watain, Marduk, Beherit o Sarcofago son solo unos ejemplos de los grupos que se nos podrían venir a la cabeza al rebuscar en los rincones más podridos de este ya violentísimo y controversial género, con letras altamente ofensivas, una producción que te hará sacar los sesos por las orejas y algunos de ellos, con una puesta en escena verdaderamente aterradora e imponente.
Afortunadamente, eso no es más que la punta del iceberg, y actualmente no cesan de aparecer grupos decididos a dar una vuelta de tuerca más a la oscura locura que nuestros amados Bathory, Venom y Hellhammer empezaron allá en los 80, subiendo cada vez más el listón y bañando su música en una capa más de podredumbre, blasfemia y violencia sin precedentes contra todo lo establecido y todo lo corriente.
Al menos eso es lo que nos demuestra Revenge, con su nuevo LP, titulado Strike.Smother.Dehumanize. Estos Canadienses extremistas del chaos black metal vuelven después de su controversial Behold.Total.Rejection (2015). Y digo controversial debido a que, para sacar este disco, la banda firmó con la discográfica Season of Mist, algo que no gustó mucho a la audiencia underground por ser un movimiento un tanto… Poco ortodoxo, vamos a decir, lo que causó que fans y haters especularan por igual sobre lo que iba a salir de ahí. Finalmente, los canadienses demostraron a todos los que se habían atrevido a cuestionar esta profana alianza que estaban totalmente equivocados, sacando uno de los mejores discos de la historia del grupo.
En este lanzamiento, el líder y cerebro de la banda J. Read, ha eclipsado totalmente sus anteriores discos: Una producción jodidamente podrida, una velocidad extrema y unas voces que podrían haber sido grabadas por alguien al que están quemando vivo durante los (casi) 37 minutos que dura este LP. Todo ello en conjunción a sus letras, lo convierten en un manifiesto de odio absoluto contra la religión organizada, la mediocridad que alimenta (y esclaviza) la raza humana y en definitiva contra todo lo establecido en el mundo moderno:
“The destruction and rebuilding of humanity is the only cure for the cancer known as mankind. No Scene. No Brotherhood. No Remorse.”
Strike.Smother.Dehumanize abre con “Reaper Abyss (Real Rain)”, sin piedad alguna, entran con todo, blast beats destructores, unas guitarras muy graves, distorsionadas a niveles desorbitados y unos alaridos que ponen los pelos de punta, acompañados de unos backing vocals guturales que parecen sacados de lo más profundo del averno.
A estas alturas del tema ya deberías haberte dado cuenta de que esto no es para todos los oídos, una mezcla muy bien conseguida de black metal con elementos de grindcore y crossover hacen de este disco toda una joyita del metal extremo más cavernario.
El tema avanza destripando todo a su paso, debemos tener claro que J. Read (Compositor general, pero voz y batería en el disco) y Vermin (guitarra y bajo de sesión) no van a dejar títere con cabeza. Finalmente, la canción culmina con una especie de breakdown, aspecto que veremos que mejora conforme avanza el disco, y un solo bastante caótico que nos deja con muy buen sabor de boca… Se viene una auténtica masacre.
El LP avanza a un nivel de brutalida jodidamente alto, y arremete con “Reign Power (Above All Born)”, que empieza con un riff demoledor, para dar paso de nuevo a la locura de blast beats y distorsión que es este pedazo de disco. La verdad es que la canción avanza a toda velocidad y sin muchas florituras a nivel técnico, unas guitarras sonando muy lentas (sobre una base muy rápida) y muy pesadas, asquerosamente pesadas, de hecho, de esas guitarras que te hacen poner cara de haber chupado un limón.
Se combinan muy bien los shrieks y los guturales, pero lo que realmente me gusta de este tema es el breakdown. El anterior tema quizás te dejaba con ganas de más, pero sin duda Revenge se guarda lo mejor para el final, así que aquí tiran la casa por la ventana y te rompen la estructura caótica que llevaban hasta ahora, para ponerte en medio de un jodido breakdown crossover a más no poder, al más puro estilo de Municipal Waste, quizás un poco chutados de esteroides. Hora de partirse el cuello señores.
Los dos siguientes temas, “Oath Violator” y “Salvation Smothered (Genocide of Flock)”, tienen más o menos la misma estructura, trallote puro seguido de un breakdown bastante asqueroso en el mejor de los sentidos, que te inyecta en vena la necesidad de patear los culos que se te pongan delante.
“Oath Violator” Empieza con unas baterías que suenan profundas y destructoras, mientras que “Salvation” tiene una intro más pausada (aunque dure bien poco), con un bajo distorsionado y pesado a más no poder. Pero como es bien sabido, todos los caminos llevan a Roma y, de nuevo, en un remolino de blast beats y distorsión, te plantan en medio de unos breakdowns realmente espectaculares. En “Reign Power” te partías el cuello, pero es que, en estos dos temas, los partes.
Finalmente, “Salvation” culmina en un caos de afiladísimas guitarras y unos susurros guturales de ultratumba, que parecen cuanto menos, que te estén dictando al oído conocimientos oscuros prohibidos. Esta tónica también servirá de introducción al quinto tema del disco, “Human Animal”, un tema totalmente rabioso y bestial, furia directamente disparada a tu ojo. Mis más sinceras felicitaciones a J. Read en este tema con el sonido de la batería, que suena totalmente atronadora.
Sin embargo, en este tema empezamos a darnos cuenta, de que este no es un disco muy variado en cuanto a recursos. No hay mucha variación en el papel de las guitarras, la batería (a excepción de ciertos temas que veremos a continuación) tampoco es que se salga mucho del patrón establecido para el LP y tampoco vemos mucho cambio en la estructura de las canciones.
No obstante, esto no tiene porqué ser un aspecto negativo. Estas bandas más ortodoxas, son más, vamos a decir, directas; Tienen un mensaje que transmitir y defender y no van a gastar miramientos en hacerlo, cuanto más agresivo, y más rápido, mejor.
Es una de las razones por las que se suele decir que estas bandas o este género no es apto para todos los oídos, ya que, cuando escuchas un álbum así, estás escuchando algo más que simplemente piezas musicales con fines de entretenimiento, porque, al fin y al cabo, el grupo está haciendo propaganda de sus ideas, y, como digo, intentando esparcir su discurso, más allá de buscar un alto tecnicismo o cierta complejidad musical.
Esto tiene un grave problema y es que puede desembocar en un disco monótono y repetitivo, problema que nuestros colegas de Revenge han conseguido evitar, haciendo que su disco sea algo realmente genial y disfrutable. Un discazo, de hecho, a pesar de como digo, la poca variación de recursos.
El tema termina en seco para dar paso al sexto track del plástico: “Excommunication”, una de las canciones más cortas del álbum y que para mí hace un poco de puente, ahora sí, introduciendo algunos aspectos nuevos, como esa intro que nos hace oler un poco a “Necrolust” de Mayhem, o un patrón batería muy poderoso y contundente. Esto no tarda en cambiar, y el dúo volverá a acribillarte con su brutalidad característica, hasta finalizar en una demostración insana de velocidad y agresividad plasmada en riffs para comenzar el asedio con Lightning Mythos, que es sin duda una de mis canciones favoritas del álbum, junto con la octava pista del disco.
“Lightning Mythos” y “Self Segregation (System Torched)” son mis favoritas por que funcionan realmente bien juntas. Tan bien, que, de hecho, ni te darás cuenta de que has pasado de una a la otra.
Ambas tienen un riffeo y una estructura muy similar, y se nota que estos temas están influenciados por el death metal más vomitivo que puedas llegar a imaginar jamás. Las guitarras suenan con muchísimo cuerpo, la batería es totalmente atroz y los breakdowns (mis favoritos en todo el disco) son simplemente demoledores. Las mejores pistas del LP sin lugar a dudas, asquerosamente brutales, duras y pesadas.
“Self Segregation” vuelve a terminar como un puñetazo en el estómago, que deja doblegado en el suelo intentando inhalar algo de aire, dando paso a la canción más frenética (y más corta) de todo el disco: “Death Hand (Strike Dehumanization)”, que empieza con unos guturales acojonantes, que sin duda se aprecian muchísimo mejor cuando están completamente aislados. La canción introduce de golpe unas guitarras que empiezan a echar llamas con los solos de nuestro colega Vermin (que se luce a lo largo y ancho del álbum), llegando a velocidades inimaginables, culminando para dar paso al final de este gran disco.
Empieza “Apostasy Imposed (Takeover Mode)” con unas guitarras aplastantes, como si de golpe, 700 kilos se depositaran directamente encima de tu espalda, y los susurros diabólicos de J. Read empiezan a atormentar tu mente. La canción es bastante dinámica y aun tratándose del tema más largo del disco, se terminará antes de que te des cuenta gracias a sus cambios de tiempo, de voz y riffeo death-thrash, combinados con los frenéticos y caóticos solos de Vermin.
Finalmente, se hace el silencio. La calma después de la tormenta.
Revenge se han coronado sin duda alguna con este Strike.Smother.Dehumanize. No debe malinterpretarse la mención que hemos hecho en este artículo a que hay poca variedad en los recursos usados, ya que, como dije, es un disco directo y demoledor, que vomita su mensaje en un remolino de odio y violencia muy bien transmitido a través de todas sus canciones que ensartarán una estaca ardiente en tu pecho.
El disco consigue su objetivo y lo hace de una forma para nada aburrida o monótona. Si eres un verdadero amante de lo extremo, este disco crecerá en ti, y, si no lo eres, puedes intentar hacer que crezca, o perecer en el intento.
¡Gracias por tomarte el tiempo de llegar hasta el final del artículo! Me apasiona el metal extremo en la gran mayoría de sus vertientes, así que me veréis por aquí escribiendo a menudo sobre Black, Death, Grind y algún que otro proyecto underground de la escena local, a la que también aporto mi granito de arena de forma activa como músico.