Warwick es un grande… Un tipo que se calza las botas de Phil Lynott y es capaz de hacerte emocionar es digno de elogio. A ello hay que sumarle el hecho de liderar en lo compositivo los excelentes Black Star Riders junto a Scott Gorham de Thin Lizzy y de ser capaz de mantener una gran trayectoria en solitario en la que nos muestra sus muchas caras.
Este norirlandés lideró en los 90 a los añorados The Almighty y creció en la turbulenta Belfast de los 60 y 70. Justo su nuevo disco When Life Was Hard and Fast un poco homenajea a esos días. Había poco tiempo, pero pudimos charlar un poco. No es tan duro ni chulesco en persona como lo es en el escenario y destila rock n’ roll por todos los poros de su piel.
Hola Ricky, felicidades por el disco. Hay dos canciones en versión demo y son realmente interesantes porque suenan espontáneas y hermosas. Por un lado, tenemos «Time Don’t Seem to Matter», que presenta a su hija Pepper cantando, y es una canción muy bonita. ¿Por qué decidiste dejar la canción como demo?
Muchísimas gracias, de verdad. El caso es que estaba en demo y tras trabajar en ella no vimos la posibilidad de mejorarla. El día que grabé la guitarra y la voz para esa canción tenía un resfriado importante, tenía la cabeza embotada y de verdad que lo último que quería era cantar. Keith (Nelson) me recordó que era solo la demo, que podía cantarla como pudiera y que ya la mejoraríamos en el estudio. Fue una buena idea pues eso me liberó de presión y salió especialmente bien. Así que cuando íbamos a grabar la canción, ya para el disco, vimos que nos era imposible recrear esa misma situación que se dio en el momento de grabar la demo. No conseguíamos recuperar ese feeling. Miré a Keith y le dije de mantener esa línea vocal y guitarra de la demo y luego añadir la voz de mi hija Pepper. Después la terminamos añadiendo la sección de arreglos de cuerda.
Y luego está “Clown of Misery”, que la grabas en tu móvil y se la mandas a Keith Nelson… ¡y se queda así!
Sí, allí estaban todas las ideas y lo que yo quería… Sencillamente tenía ese momento de inspiración y lo capturé grabándolo en mi iPHONE. Es la forma de no olvidarte. Lo grabé y se lo mandé a Keith. Y le dije: «Tío, quizá deberíamos probar esta idea para el próximo disco». Me dijo que era muy buena esa toma, que la podíamos utilizar así grabada. La hicimos sonar un poco más distorsionada, le dimos también ese acabado sonando como a un viejo tocadiscos de los 40. Quería que sonase como esas grabaciones de Hank Williams o Woody Guthrie… Así que lo hicimos y lo dejamos como estaba porque quedaba muy bien.
¡Gran canción y gran teléfono móvil!
¡Sí! Resulta muy barato grabar las canciones así, sale muy bien de precio (risas).
Otra de mis canciones favoritas es «You’re My Rock ‘n’ Roll» pues es una fiesta de puro rock ‘n’ roll. Me encanta conducir mi coche y poner esta canción, bajar las ventanillas y acelerar un poco. ¿Querías terminar el álbum con puro rock n ‘roll por todo lo alto?
¡Exacto! Esta es una de esas canciones de las que te subes en el coche, subes el volumen y te dan ganas locas de conducir. Me encanta de verdad que hayas mencionado lo del coche porque es justo lo que yo pensaba cuando la estaba componiendo. Yo quería escribir una canción sobre qué alucinante es el rock n’ roll y qué grandes cosas nos aporta. El mero hecho de que tú y yo estemos aquí charlando es gracias al rock n’ roll. Eso me encanta, hace que la gente se conozca y se una. Forma parte de mi vida desde que tenía 10 años y me ha dado todo lo que tengo. Todo lo que tengo me lo ha dado el rock n’ roll. Lo bueno y lo malo. Creo que esto había que celebrarlo de alguna forma y tocaba hacer una canción sobre ello.
En este disco podemos ver muchas de las caras que un poco te definen como músico y en “I Don’t Feel Like Home” nos muestras esa pasión tuya por el cantautor, el que escribe canciones y explica historias en la pura tradición de grandes compositores como Dylan, Springsteen o Patsy Cline. ¿Es también una canción contra las drogas?
Sí, es una canción que versa sobre la adicción a las drogas, pero más que nada es sobre la adicción en si, la adicción a cualquier cosa. Está escrita por y para un familiar que luchó contra el infierno de las drogas. Durante toda su vida adulta. Fue un poco como el intentar escribir sobre estas luchas y el hecho de tener que lidiar con todas esas adicciones. Pero también te digo que es una canción muy positiva en su mensaje. Es un tema que te dice: “Bien, vamos a hablar y vamos a pedir ayuda si es necesario”.
Estuviste una temporada tocando en New Model Army y precisamente son la última banda que vi en directo antes de que explotase la pandemia…
Ohhh, ¡eso es genial! (risas). Muy buena banda y muy buena gente.
Aparte de tu obvio amor por Thin Lizzy quiero preguntarte por algunas bandas irlandesas. Te preguntaré por dos en concreto a ver si están entre tus favoritas: Gary Moore y The Pogues.
The Pogues son muy grandes y Shane McGowan es un grandísimo compositor. Compuso unas canciones geniales.
Cuando Scott Gorham te pidió que fueras el nuevo cantante de Thin Lizzy – más tarde en Black Star Riders- supongo que dijiste: ¡Wawwwww esto es demasiado! ¿Pensaste que estabas ante el gran momento de tu carrera?
No… yo pensé que era un honor absoluto. Que era un auténtico privilegio el que me invitasen a ser el cantante de las maravillosas canciones de Thin Lizzy. Y lo sigo pensando ahora. Sólo quería estar seguro de que podía dar la talla y dar lo mejor de mi. Era honrar a Phil Lynott de la mejor manera posible.
Suelo escribir sobre “canciones perfectas” y ya te digo que el “Black Rose” de Thin Lizzy fue una de las primeras que elegí para ese proyecto…
Es una canción increíble. Es la gran canción folk rock irlandesa y es maravillosa. Es una pasada poderla tocar, poderla cantar… Todas esas partes tan diferentes que combinan tan bien entre si… Es todo brillante, una canción que posee un nivel de composición magistral.
Algo que me encanta de Irlanda es que puedes estar en medio de la nada en la isla y siempre hay un pub con música en directo. ¿Has tocado llegado a tocar en pubs en Irlanda del Norte?
Lo he hecho algunas veces, en algunos pubs que he frecuentado. A la gente le encanta la música allí. Está en su ADN, es su cultura y lo ha sido durante miles de años. Les encanta, y como bien has dicho, está en todas partes… No importa donde te encuentres pues siempre habrá música en directo. Yo no soy muy diferente a ellos, y me encanta, por lo que siempre que puedo vuelvo a Irlanda. Amo el hecho de volver allí y ver música en los pubs, esas jam sessions que se tocan en cada bar… Es increíble y hay músicos alucinantes en esos sitios. Es igual dónde te pierdas por Irlanda, seguro que encuentras un pub abierto con música en directo.
Un álbum con un título muy interesante fue “Belfast Confetti” porque en la jerga irlandesa el confeti se refiere a cosas de metal que los manifestantes arrojan a la policía en antidisturbios. Quiero preguntarle sobre qué manifestaciones te sientes orgulloso de haber estado allí.
No me siento orgulloso de haber estado en ninguna manifestación en concreto, o en ninguna en la que la gente pudiera salir herida o asesinada. Eso siempre es un error, pero… ten en cuenta que yo crecí en los 70 y a principios de los 80 en Belfast y desgraciadamente Irlanda vivía tiempos convulsos. Esa fue mi juventud, mi infancia, y estaba rodeado de todo aquello… No podías evadirte de lo que ocurría, era nuestro día a día. He escrito sobre lo que viví, y la canción “Belfast Confetti” va un poco más orientada a lo que fue mi yo creciendo en Irlanda del Norte y sobre mis experiencias, buenas y malas. El título lo tomé prestado de un poema de un chico llamado Ciaran Carson. Un gran poeta irlandés que me encanta. De él saqué el título para el disco. En ese álbum todo va más enfocado a mi niñez en Irlanda del Norte y de verdad que considero que es un excelente título para un disco.