Siempre seré fan de un tipo como Ricky Warwick, este norirlandés malcarado con aspecto de matón nos ha alegrado las últimas décadas con The Almighty, en solitario y ahora con Black Star Riders, o lo que es lo mismo: la encarnación actual de Thin Lizzy. No ha tenido fácil la papeleta de ponerse en las botas de Phil Lynott, pero el caso es que los grandes nombres que pasan por el combo mítico van cambiando, pero para Scott Gorham es innegociable el cantante: el puesto es suyo. Todos estos años con los Lizzy han hecho que haya podido tocar con la creme de la creme de la escena por lo que su posición actual es más que envidiable. Ha conseguido el estatus que merece. Aquí en el seno del grupo hay dos ex de Buckcherry (Muriel y Nelson) y Crane de los Black Star Riders.
A pesar de su extenso currículum que incluye desde el punk de Stiff Little Fingers, el post punk de New Model Army y el rock clásico lo que está claro es que la Irlanda mítica y los Lizzy es lo que más lleva en vena a día de hoy. Impresiona ver la lista de invitados en el disco, algo fruto de su trabajo variado y constante. Warwick sigue siendo ese chaval que quiere contarte sus historias y que empezó en la música maravillado por gente como Springsteen o Dylan: gente que contaba bellas historias y que tenía cosas que decir.
Evocadora y dulce, aunque contundente, resulta “When Life Was Hard and Fast” (compuesta a medias con Sam Robinson y con Joe Elliot de los Leppard en los coros) dando título a la obra, muy cortada por el patrón Black Star Riders y siendo el primer single. Se relaciona aquí la portada, el pasado de Ricky y sus recuerdos de infancia. La sorpresa llega en la segunda canción “You Don’t Love Me” pues entramos en terrenos más propios de los New Model Army con ese deje gótico y esos efectos eco en las guitarras y coros. El solo tiene mucha clase, y no es par menos, es de Luke Morley de Thunder.
Momentos festivos en “I’d Rather Be Hit” en una composición muy prototípica de este vocalista, emparentable a trabajos anteriores como Belfast Confetti o When Patsy Cline Was Crazy. Andy Taylor (ex de Duran Duran) está en la guitarra en un tema crítico con la actualidad mundial. Sorprende que haya optado por una versión de Mink Deville, “Gunslinger”, que apareció en su día como cara B que acompañaba el “Spanish Stroll”. Ha quedado oscura rompiendo la tónica del disco.
Con espíritu muy The Almighty aparece ese “Never Corner a Rat”, inspirada en una conversación con un marine de Estados Unidos decepcionado con el sistema. Machacona, eléctrica y contundente con un gran Robert Crane al bajo. Después de la tormenta viene la calma en forma de “Time Don’t Seem to Matter”, con Ricky armado con su guitarra acústica y acompañado por su hija Pepper, que firma la canción. Empezaron a mirar arreglos y a producirla hasta que decidieron optar por dejar esta versión demo como toma válida. Muy bonita y sentimental, de lo mejor del disco.
En “Fighting Heart” encontramos justo lo que le pedimos a este norirlandés: buenas canciones, eléctricas, con deje Lizzy y que te alegren el día. Un tema para conducir con un solazo de Keith Nelson que es doblado (¡que las twin guitars no falten!). Siguiendo esa misma línea eléctrica está el tema final que deja el disco en lo más alto: “You’re My Rock’N’Roll”. Festivo himno de desfase que viene con una llamada telefónica de Ricky. Uno de esos temas en los que tirarías la tele por la ventana y continuarías la fiesta hasta que viniese la policía.
Hay varias caras de Warwick y una de ellas sale a flote en la extraña “Clown of Misery”. El punto raro lo pone el hecho de que fuera grabada y enviada por teléfono móvil a Keith Nelson. Es otra demo, y de verdad que captura el sentimiento y la espontaneidad. Completa el disco la potente “Still Alive” basada en una serie de televisión y con unas trabajadas guitarras slide por parte de Nelson. Tardaba en saltar a la palestra esa otra cara tan Springsteen que él posee y por fin lo hace en ese alegato antidrogas que es “I Don’t Feel at Home”, con Dizzy Reed de los Guns N’ Roses poniendo sus teclados.
Si habías disfrutado los discos en solitario de Ricky Warwick vas a continuar haciéndolo con lo que hace este rudo norirlandés. Es auténtico como pocos y van sus influencias desde Thin Lizzy hasta la balada desnuda y sin retoques contando con su hija de vocalista, además de los Cash, Cline y Springsteen… El frontman de Black Star Riders sigue contando buenas historias, tiene material que ofrecer y se inspira en series, películas y libros. Rockero indomable y acostumbrado a cantar junto a leyendas del heavy metal y estrellas de todo tipo, sigue siendo el mismo tipo duro que con una simple mirada te impone. Hace lo que quiere… y lo hace bien.