«Riot nació y creció en las calles de Nueva York.»
Dice el veterano bajista Donnie Van Stavern sobre la banda que fundó el icónico guitarrista Mark Reale.
«Mark y los chicos tocaban en fiestas de barrio y conciertos y acabaron conociendo a los primeros productores y managers que les ayudaron a despegar por así decirlo. Este nuevo disco representa el crecimiento en las calles de Brooklyn.»
Él debe saberlo: Se unió a la banda en 1986 y es el miembro más veterano de Riot V. Fundada en 1975 por Reale, la banda dominó la escena metálica de los Estados Unidos en los 80 e irrumpió en la ciudad de Nueva York con sus innovadores álbumes Fire Down Under (1981) y Thundersteel (1988).
Mean Streets (2024) habla de este legado. Y sobre el amor imperecedero por un género inmortal. En la actualidad, Riot V combinan su heavy metal callejero de los primeros días con su triunfante fuerza power metalera, remendando sus diversas partes del cuerpo en un disco tipo monstruo de Frankenstein que gustará a los fans de todas y cada una de las épocas.
Concluye Van Stavern:
«Mean Streets es un álbum en el que hemos puesto mucha pasión por nuestro legado y nuestros fans. A lo largo de los años, he aprendido lo que el oyente espera de la banda. Tuvimos un tiempo de descanso, así que realmente queríamos hacer felices a los fans con nuestro regreso. Siempre escribimos pensando en Mark y en lo que podría haber hecho. Este trabajo representará todas las épocas de la banda, desde los comienzos rockeros de Rock City hasta nuestro último lanzamiento de power metal de 2018 Armor of Light. ¡Siempre desatamos el ‘fuego de abajo’!»
Escrito en el caos de estos últimos años y grabado en sus diversos estudios caseros, así como en Michigan, Texas y Nueva Jersey, ya los primeros segundos de Mean Streets hacen buena esa promesa. No hay más que escuchar la agitadora canción de apertura del álbum Hail to the Warriors, un temazo que haría palidecer a los actuales Judas Priest e Iron Miaden en comparación: La potencia, el vigor, el fervor… ¡es como si los 80 nunca hubieran terminado! Tras dos álbumes sin su figura fundacional, Mark Reale, Riot V se han hecho verdaderamente fuertes en su decimoséptimo disco. «Sabíamos que continuar no sería una tarea fácil porque los fans de Riot V se merecen lo que han llegado a conocer y amar», dice el bajista y añade: «Por suerte fuimos bien recibidos y seguimos adelante por la familia».
El larga duración está compuesto por doce temas de puro heavy metal afilado, punzante, melódico y rabioso, lleno de riffs de alta gama y aderezado con una voz, la de Todd Michael Hall, que muchos quisieran para sí.
Ya hemos hablado del primer tema, “Hail to the Warriors”, y seguimos con “Feel the Fire” y un riff muy muy priestiano. Sin duda te preguntarás si estás escuchando algún tema del Britsh Steel (1980) o Defenders of the Faith (1984) de los ingleses. Más melódica es “Love Beyond the Grave” y su guitarra inicial. Pero ojo, no nos dejemos engañar, tenemos otro tema muy heavy, potente pero no rápido. En cambio, “High Noon” sí es rápida, una de las grandes características y puntos fuertes del grupo.
Con unas guitarras más melódicas hace acto de presencia “Before This Time”. Siendo un gran tema, me parece que no sigue la estela de lo que los americanos vienen haciendo últimamente. Más naturalizada, al menos tras la intro, llega “Higher”, con un gran doble bombo dominando la escena y unos riffs interesantes y afilados. Funcionará a las mil maravillas encima de un escenario. Y llegamos al tema que da título al disco y a ese homenaje de sus orígenes. “Mean Streets” es puro heavy metal y su estribillo será cantado por doquier. Acabamos el segundo bloque con “Open Road”, con una melodía de inicio que, no asustarse, me recuerda a Eclipse (luego, por supuesto no tiene nada que ver). El tema vuelve a bajar mucho las revoluciones. No está mal, pero este grupo pide muchos kilómetros por hora.
Encaramos el final con “Mortal Eyes” y una intro de base rítmica buena. Luego el tema es correcto, sin más. Tiene sus cosillas, como un ritmo entrecortado y un estribillo melódico, pero no pasa de ahí. Más melódica, si cabe, es “Lost Dreams”, con un aroma total a los 80 y más pasada por la piedra de afilar que otros temas del disco. Y si antes hablábamos de los Judas de los 80, aquí volvemos a rescatar ese término con “Lean Into It”, al menos en sus estrofas iniciales, luego se acelera y gana enteros. Acabamos con “No More” a toda pastilla, con unas guitarras muy interesantes y un doble bombo la mar de majo.
Riot V están de vuelta, y aunque en mi opinión bajan el nivel respecto a sus dos últimos lanzamientos, siguen en un estado de gracia que hace sonreír a alguien en el cielo. Esta versión de los americanos es de las que más gustan en su historia, así que celebrémoslo en las calles.
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios.
Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo.
Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.