Rise Against – Siren Song of the Counter Culture: 20 años de un hito en el punk rock

Efeméride de nostalgia en el día de hoy con el 20º Aniversario del tercer álbum de Rise Against. Muchos descubrimos la banda con algún tema de este Siren Song of the Counter Culture (2004) en nuestra adolescencia, y la verdad es que han envejecido notablemente bien, tanto en composición como en sonido / producción.

La cosa empieza con un «State of the Union» que aún tenía esas raíces hardcore de los primeros discos. Un conjunto de riffs matadores y un Tim McIlrath increíble a los gritos hacían de este tema una arma letal en sus directos. Ojalá la volvieran a tocar más…

Con «The First Drop» y «Life Less Frightening» se empieza a apreciar el cambio progresivo en el sonido de Rise Against a un punk rock más melódico y pegadizo, aún conservando ese fondo de bajo y batería trallero y contundente. Con este disco, entramos en ese sweet spot estilístico que representó la mejor era de la banda, junto a sus dos sucesores.

«Paper Wings» es curiosa. Por las emociones que quiere transmitir parece que quiera ser una balada, pero cuando la batería arranca en ese estribillo, se convierte en una de las más cañeras del disco. Toca bajar revoluciones con «Blood to Bleed», pero eso no quiere decir que disminuya la intensidad, puesto que también es un tema muy emocional y desgarrador. De nuevo, una locura lo McIlrath, con esas pequeñas roturas de voz cuando grita y sus melodías más cercanas.

A pesar de tener una intro más suave, «To Them These Streets Belong» vuele a ese hardcore enérgico de los primeros discos. Bien podría estar en el Uraveling (2001) o el Revolutions per Minute (2003). Otra joyita para el recuerdo. «Tip the Scales» en cambio, sigue con la transición a punk rock, esta vez con un gran trabajo guitarrero de Chris Chasse, que también acompaña con sus coros. Y «Anywhere but Here» es un híbrido extraño pero que funciona. Con los ritmos más rápidos del disco y la voz melódica por encima consiguen un buen ejemplo de lo que es el hardcore melódico.

Y llegamos al que es indudablemente el temazo del disco. Puede que no sea la mejor canción de todas las que he hablado en general, pero sin duda es la más memorable y la que más trascendió de este trabajo. «Give It All» se ha convertido en un himno del punk rock por generaciones, y es la canción más interpretada por ellos en vivo. Ese pedazo de estribillo es casi imposible de batir:

«I give it all
Now there’s a reason why I sing
So give it all
And it’s these reasons that belong to me»

Está guapa también la finta que hacen en «Dancing for Rain», con ese acústico en la intro y la repentina bofetada que te da la banda entrando a degüello. Con «Swing Life Away» llegamos a la balada del disco, unos minutos preciosos de guitarra acústica y voz que también han quedado para la posteridad, siendo de las canciones más sonadas en sus conciertos.

Celebración final con el buen rollo de «Rumors of My Demise Have Been Greatly Exaggerated», y depende de la versión a lo mejor incluye una resultona versión del «Fix Me» de los clásicos Black Flag.

Poco más que añadir, discarral de la cabeza a los pies que ha quedado como un gran clásico del punk rock. Sigue sonando como un cañón a día de hoy y casi todo son temazos, así que si no lo habéis hecho, hacedlo rodar una vez más. No os arrepentiréis.

Aleix Besolí

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Me metí en esto del metal a los 14 años, y de concierto en concierto he ido descubriendo las bandas nacionales e internacionales que forman parte de este mundillo. Ahora aporto mi grano de arena a Science of Noise contando lo que pasa en los eventos de la zona y algunas novedades discográficas.

También toco la guitarra y el bajo en algunos grupos de la escena local. Tengo los huevos pelaos de tocar en el Ceferino.