Crónica y fotos del concierto de Robert Jon & The Wreck - Sala Rocksound (Barcelona), 15 de agosto de 2019

Robert Jon & The Wreck incendian, con un nuevo sold out y su irresistible Southern rock, una Sala Rocksound en plena ebullición

Datos del Concierto

Bandas:
Robert Jon & The Wreck
 
Fecha: 15 de agosto de 2019
Lugar: Sala Rocksound (Barcelona)
Promotora: Teenage Head Music Proudly
Asistencia aproximada: 150 personas

Fotos

Fotos por Jose Antonio Serrano Sabaté

Sí señor, así me gusta, nada de vacaciones ni puentes de fin de semana por una de las fiestas más mayoritarias del territorio nacional. Tiene que notarse que los roqueros estamos por lo que hay estar, listos y siempre al pie del cañón para una de las cosas que en esta vida realmente merecen más la pena, una velada con altas y reconstituyentes dosis de rock & roll en compañía de nuestros mejores amigos.

Si alguien en su sano juicio hubiera pensado que en esta multitudinaria festividad la siempre omnipresente sala Rocksound de Barcelona iba a presentar un lleno hasta la bandera, creo que pocos hubiéramos apostado nada por ello. Pero claro, hay que aclarar también que, además de los fans patrios de la formación, los afortunados que al día siguiente partían en el crucero Keeping The Blues Alive at Sea con las huestes de Robert Jon, contribuyeron y de qué forma poniendo algo más que un grano de arena para este fantástico llenazo.

Afortunadamente, cuestión de estar en el momento preciso en lugar adecuado, tuve la oportunidad de presenciar un poco de la prueba de sonido y os puedo asegurar que, viendo tan sólo esos breves instantes de música, mis previsiones y vaticinios para la posterior actuación no pudieron ser mejores. El audio, con la sala vacía, era espectacular y la actitud de la banda, sonriendo y bromeando constantemente entre ellos y con los encargados de Rocksound, auguraban una noche pletórica y para el recuerdo.

Y afortunadamente así fue, Robert Jon & The Wreck cuajaron un show sublime que dejó a todos los asistentes, especialmente a los que durante toda su actuación estuvimos situados en las primeras filas, con una sonrisa de oreja a oreja pero exhaustos y empapados en sudor por el tremendo y agobiante calor sufrido. Yo creo que si le preguntan a Warren Murrel, el bajista de la banda, corroborará totalmente estas palabras, su camisa quedó totalmente pegada a su cuerpo y a buen seguro inservible hasta un posterior e intenso lavado. Cosas de tocar en este tipo de salas, en los peores y más calurosos meses de verano y en la siempre húmeda y asfixiante Ciudad Condal.

Como suele ser costumbre y en aras de que el aforo luciera un mejor aspecto y ambiente, los músicos salieron a escena con algunos minutos de retraso, detalle al que al parecer poca importancia prestó un público que, por cierto, ya prácticamente llenaba la sala.

Robert Jon Burrison, líder, guitarra y voz, como de costumbre acompañado por sus serviles e inseparables Henry James a la otra guitarra y voces, Steve Maggiora a los teclados y voces, Warren Murrel al bajo y voces y Andrew Espantman a la batería dejaron constancia desde el inicio de que no habían venido de turismo o a cumplir el expediente con la excusa del crucero. Los de Orange, California, sonaban compactos y contundentes y el respetable, que ya sí acabó por llenar el recinto, parecía desde estos primeros instantes estar más que receptivo a lo que acontecía demostrando estar pasándoselo en grande y con ganas de más, de mucho más.

Se oyeron algunas voces, con las que estoy parcialmente de acuerdo, que se quejaban del sonido y reclamaban un mayor protagonismo de la guitarra de Henry James. Es cierto que cuando ejercía las labores de solista, la potencia de su volumen parecía un tanto insuficiente, pero, en general y desde mi posición, el sonido no fue para nada tan insatisfactorio como expresaban algunas opiniones a la finalización del show. Desde mi punto de vista la sonorización fue mejorable pero convincente. Si hablamos de las luces y desde mi muy particular punto de vista como aficionado a la fotografía, eso ya es harina de otro costal. Es sorprendente que una sala, con sus humildes pero resultonas posibilidades lumínicas, sólo utilice los focos de color rojo durante todas y cada una de las canciones de un repertorio que duraría aproximadamente hora y cuarenta minutos. Lo siento por toda la cúpula de esta imprescindible sala de la city pero creo que esta circunstancia, que desgraciadamente se repite más a menudo de lo que a muchos nos gustaría, es tan fácilmente solventable que, sin ánimos de que nadie se ofenda o moleste, bien merece su reivindicación.

Y dichas todas estas circunstancias un tanto ajenas a la actuación de Robert Jon & The Wreck, vamos a lo que nos ocupa, el espectacular y aplastante concierto que ofrecieron los estadounidenses.

Sin duda alguna, de las tres veces que he podido disfrutar en directo del combo californiano, esta ha sido la ocasión con la que más contundencia y rotundidad han afrontado un setlist ya de por sí tocado por algún tipo de varita mágica. Como no puede ser de otra forma Robert & Cia desplegaron ante el heterogéneo público, mezcla de extranjeros, que al día siguiente partirán por el Mediterráneo en el crucero Keeping The Blues Alive at Sea, y fans de toda la geografía española que han optado por visitar Barcelona para esta única y exclusiva actuación que la banda va a ofrecer en este año 2019. Sonaron piezas de todas sus obras, especialmente de ese fabuloso e imprescindible trabajo bautizado como Take Me Higher y editado en este mismo 2019, pero discos como el homónimo Robert Jon & The Wreck, del año 2018, Wreckage: Vol. 1 de 2017, Good Life Pie de 2016 y Glory Bound de 2015 también tuvieron su oportunidad y protagonismo a lo largo de toda la velada con la interpretación de sus mejores composiciones. Un híbrido de su Live From Hawaii del año 2018 con la incorporación de los temas más poderosos de su postrera obra. Desde mi humilde punto de vista, los mejores momentos, como no puede ser de otra forma para todos los que amamos el rock sureño, fueron esas dobles voces que Robert y Henry fueron capaces de regalarnos a lo largo y ancho de toda la noche, la incansable y deslumbrante labor de Steve Maggiora a los teclados y la compenetración y estabilidad que aportan al sonido total de la formación los incansables trabajos de Warren al bajo y Andrew tras los parches. Impagable también la increíble versión que se marcaron del «Come Together» homenajeando a The Beatles.

Si tenéis la suerte de que actúen cerca de donde os encontréis, yo en vuestro lugar lo tendría muy, pero que muy claro, esta banda no decepciona nunca.

¡Apoteósicos!