Román Gil – Atom

Nuestra Nota


9 / 10

Ficha técnica

Publicado el 5 de abril de 2023
Discográfica: Belamarh Records
 
Componentes:
Román Gil - Voz, guitarra, bajo, mellotrón, sintetizadores, percusión, bandoneón, arreglos de cuerda

Artistas invitados:
Jordi Farreras – Batería, voz
Brossa Quartet de Corda - Violín, viola, violoncelo
Lisa Bause - Violín, voz
Maya Fernández - Flauta
Natsuko Sugao - Trompeta
Narcís Passolas - Piano, voz
Juanjo Fernández - Piano
Alberto Pérez - Piano, voz
Marc Tena - Piano, najo, batería, voz
Patricia Serrano - Voz
Ricard Guasch - Acordeón, piano, Rhodes
Alberto Montero - Voz
Gonzalo Fuster - Voz
Juanjo Onofre - Voz
Steven Munar - Voz

Temas

1. Atom (3:05)
2. Hijo de la luz (6:28)
3. Vida (4:27)
4. Mi padre (4:43)
5. La capsa (2:04)
6. El negoci (4:39)
7. La por (5:19)
8. Amic meu (2:57)
9. Cançó de comiat (6:35)

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Tras sus primeros trabajos Vía Láctea (LP de 2007) y Miau! (EP de 2015), el vocalista y multiinstrumentista barcelonés Román Gil retorna a la acción musical con el que él mismo considera su álbum más ambicioso, titulado éste Atom (2023); en esta ocasión con el respaldo de la discográfica catalana Belamarh Records.

El rock progresivo, el pop de cámara, la música clásica o la chanson française son los géneros más predominantes en que aquí se mueve un Gil, al que le ha costado nada menos que 7 años preparar   esta tercera maniobra filarmónica suya. En consecuencia, los influjos de este intérprete noresteño van desde Pink Floyd, Yes, King Crimson o Genesis (todos ellos en su periodo entre 1969 y 1971) e incluso los andaluces Triana en su franja setentera, pasando por el decimonónico Richard Wagner, hasta arribar a ecos tan variopintos como Jacques Brel, Lluís Llach, Jimi Hendrix o David Bowie. Sin embargo, dicho amplísimo eclectismo musical no está reñido, ni mucho menos, con la conceptualidad temática sobre el ciclo vital que presenta el propio Atom.

Todo este acertado híbrido comienza, por lo tanto, a desplegarse a través del instrumental tema que titula el álbum, el cual resulta dramático, levemente inquietante, con algunas sostenidas pinceladas de spaguetti western de los 60 y que sirve como efectiva introducción en dirección hacia el segundo acto, es decir, una de las más sobresalientes canciones del LP como es la trovadoresca e invocadora “Hijo de la luz”, mayormente ésta con características de extenso prog-rock de elevada calidad. Continúan las grandilocuentes capas sinfónicas y orquestales por medio de la enigmática “Vida”, pareciendo ésta sacada de alguna película de tintes épicos. Se ha de aclarar que esta primera trilogía de cortes aventureros se acreditan los mismos como separados en el CD físico pero, en realidad, al escucharlos, dicho trío de piezas se entrelazan sin pausa, conformando así una “atómica” “suite” de 13 minutos de duración.

Por otro lado, durante la lírica, pomposa, potente y también algo afligida “Mi padre” aparece una magnífica y sedante guitarra “gilmouresca” por parte de Román Gil; aunque, por contra, los violines, por ejemplo, parece como si se fueran convirtiendo en frenéticos vientos a medida que avanza el tema.

Matizaremos que si la primera parte del disco fue titulada y pronunciada en castellano, para la segunda zona del cancionero será el idioma catalán el que protagonizará el minutaje que hoy nos ocupa.

Tras este trueque lingüistico comentado, tenemos luego el delicado y pulcro vals de “La capsa”  e irrumpe después, un sorpresivo y algo extraño pero, a la vez, muy bien ejecutado, ondulante y efervescente pop-funk bautizado como “El negoci”. El habilidoso camaleonismo del propio Román se halla refractado, también, a través de “La por”, con su caminar emotivo, austero, sosegado y que cuenta historias y moralejas sobre el miedo; donde también despunta la tersa, serena y sensible trompeta de Natsuko Sugao.

A primera vista no nos debe engañar el ritmo circense, alegre e informal de “Amic meu” porque la letra, realmente, habla de temas serios como la proximidad del óbito y se arroja cierto sarcasmo sobre la utilidad de llevar una vida sana. En otras palabras, en este punto concreto, la crudeza existencial es, a la vez, tomada con buen humor por parte de este músico de la Ciudad Condal.

Se remata la propuesta, de modo nuevamente virtuoso, con la fúnebre, tragiromántica y operesca “Cançó de comiat” que aunque supone un compendio estilístico y una síntesis melódica de toda la obra, dicha outro también posee su propio vigor, su profundidad y su personalidad sónica.

Agregaremos también que el extenso y ducho elenco de, nada menos que 18 colaboradoras y colaboradores como son el Brossa Quartet de Corda compuesto por Alex Puig (violín), Pere Bartolomé (violín), Imma Lluch (viola) y Marçal Ayats, (violoncelo); además de Alberto Montero (voz), Maya Fernández (flauta), Steve Munar (voz), Patricia Serrano (voz), Jordi Farreras (batería), Lisa Bause (violín), Gonzalo Fuster (voz) y demás personal de lujo, refuerzan y auxilian, impecablemente, las sofisticadas y perfeccionistas intenciones sonoras de Román Gil.

Un  relativamente sombrío trabajo este Atom que, indudablemente, no es de impacto directo pero que si se cocina a fuego lento en el oído, los melómanos irán degustando un menú realmente detallista, compacto, penetrante, de alta riqueza y encaminado hacia el más puro Arte armónico.

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Sobre Txus Iglesias 58 Artículos
Albergo una inquebrantable fe en ese sacro, inmenso, lumínico e intemporal motor bautizado como “rock and roll”.