“Actualmente Ronnie está bien. El tema es que el tiempo avanza y su cáncer… bueno, debería ser él quien te contase esto, pero bueno, él tiene un cáncer de pulmón y hay metástasis en los huesos, y claro, eso puede viajar y reproducirse en otras partes de su cuerpo. Pero desde que fue diagnosticado lleva ya un año y medio sin que el cáncer avance, y eso es muy bueno. Y actualmente se siente realmente bien. Es por eso que hemos podido hacer ya un par de discos en solitario con él. Hablamos cada día, es más, antes de que llamases tú estaba hablando con Ronnie. Así que de momento todo va bien. Pero nunca sabes lo que va a pasar… No quiere tener ningún horario ni planes de futuro, eso prefiere no tenerlo, prefiere divertirse, charlar y pasarlo bien. Continuemos con esa sonrisa tanto como podamos.” (Chris Laney de Pretty Maids y At the Movies)
El eterno vocalista de Pretty Maids y cantante titular de Avantasia padece un cáncer incurable por lo que la ilusión, el trabajo y las ganas de vivir están con él presentes y activas. Desde que fue diagnosticado en 2019 que se ha marcado un par de discos en solitario en los que se va superando combinando heavy metal, rock clásico y melodías pop, muy en la línea de lo que han ofrecido los Maids últimamente, aunque quizá sin tantos devaneos prog.
Chris Laney es la pieza clave de este proyecto, líder de At the Movies y productor de Candlemass entre su largo currículum. Muy probablemente él sea el que hace que todo suene tan ochentero, aunque bien llevado y con una producción absolutamente actual y muy poderosa. Están trabajando con Ronnie toda la alineación de At the Movies, que es estelar, y claro… esto se nota. Aquí hay gente de Therion, HammerFall, Royal Hunt…
El inicio del disco es lo mejor de esta obra con ese inicio tan Pretty Maids en “I’ve Hurt Myself (By Hurting You)”. Rock infeccioso con estribillo dorado y extra de coros con almíbar. Atkins hace ese cambio de registro a rasgado tan personal que posee y firma un clásico capaz de mirar de tú a tú a los clásicos de su banda madre. Nada mal conseguir esto a estas alturas y… en estas condiciones.
Atención a “Unsung Heroes” pues es la tapada… Un medio tiempo original, muy trabajado y algo evocador con solazos de guitarra. Los teclados preceden al inicio de un “Rising Tide” muy logrado y duro en los riffs, pero dulcificado con todas esas voces en las que destaca la de Linnea Vikström Egg.
Lo realmente impresionante es que su voz brilla como siempre y según dijo a sus más próximos, estaba en mejor forma que en su anterior entrega. Eso mismo se puede palpar en “Remain to Remind Me”. Atención al título pues dispara con bala… Medio tiempo marca de la casa con voz doblada acompañando al maestro. Los juegos de coros llegan a niveles de Queen por momentos.
Los sintetizadores ochenteros y esos arreglos de “The Tracks We Leave Behind” llevan en volandas al tema con un Pontus Norgren preciso a las seis cuerdas y otro de esos estribillos dorados que le esperas de alguien como Atkins. De entre lo mejor del disco está esa sorprendente “All I Ask of You”, tan aparentemente dulce pero fuerte a la vez. La línea vocal es una maravilla, el solo muy logrado y excepcional la batería de Allan Sorensen.
“Rising Tide” da todo el protagonismo a los coros y arreglos, sin ser nada del otro mundo, hasta llegar a la primera balada: “Let Love Lead the Way”. Ha cantado algunas baladas absolutamente preciosas con los Maids y esta va en esa línea. Melancólica y de lagrimita, en la que canta con una fuerza enorme apoyado por un coro de ángeles casi góspel y por los teclados de Morten Sandager.
Momentos más agresivos y directos en “Blood Cries Out” con mucha pegada y potencia y con un Oliver Hartmann a la guitarra, líder de At Vance y habitual de Avantasia. Volvemos al medio tiempo melódico en “Easier to Leave (That Beign Left Behind)”. La verdad que a nivel de letras todo suena a despedida.
Onírica y bella es “Fallen” con ese reverb en la batería de Allan Sørensen y toda la clase vocal del maestro, pero la sorpresa final queda guardada para ese gran final que lleva el nombre del disco: “Make It Count”… Una virguería vocal con dejes a banda sonora de los 80 (¿Señor Chris Laney…?). Gran tema para finalizar un trabajo tan especial como este. Empieza como baladón, pero la cosa se anima, lo que es un mensaje final muy poderoso.
Ronnie es ya inmortal pues sus canciones le van a suceder, pero esto no es algo nuevo, ya lo teníamos claro desde 1981 cuando empezó con Pretty Maids llegándose a colar en las listas americanas. Nada mal para un grupo danés. Sólo D.A.D., y ahora Volbeat, han ondeado la bandera vikinga como anteriormente lo habían hecho Mercyful Fate. No suena a despedida ni mucho menos, lo grabado en Make It Count va a continuar hasta que el corazón aguante.
Incluso he llegado a fantasear con el poder ver este material tan notable en directo, pero… Ronnie va sin prisas, sin agobios y sin calendarios. Vive el día a día, así que veremos qué nos depara el futuro. Estoy seguro que habrá otro disco más y que incluso algo habrá guardado para Pretty Maids. Está claro que todavía nos quedan alegrías por mucho que los ángeles nos recuerden que estamos en el tiempo de añadido.
Impresiona el arte de la portada con el gran Ronnie, sus iniciales y unos relojes de arena sobre los que un ángel está sentado… Dudo que se pueda ser más directo. En fin… como bien dice la pieza clave del disco, don Chris Laney: “Continuemos con esa sonrisa tanto como podamos”.