Rose Tattoo, junto a los fantásticos The Wild!, demuestran que siguen siendo una banda única y en plena forma

¡Qué barbaridad!

El viernes pasado, día 9 de agosto, se confirmó lo que ya intuía y anunciábamos en la previa del evento, que íbamos a enfrentarnos a una noche de las calentitas, calentitas, y no me estoy refiriendo a la temperatura ambiental o meteorológica, que también. Estoy hablando del incendio que provocaron las descargas de The Wild! y de Rose Tattoo que, además de poner más que patas arribas la siempre perfecta Sala Salamandra de L’Hospitalet de Llobregat, lograron crear desde las primeras notas que sonaron por los altavoces un increíble y ascendente ambiente que a la postre y con unos Rose Tattoo ya totalmente desbocados derivaría en unos constantes y entusiastas pogos y en unas lluvias repentinas de cerveza que, a más de uno de los que nos encontrábamos en las primeras filas, terminaron por llevarnos por la calle de la amargura. Eso sí, una amargura que ya nos gustaría que se repitiera en todos y cada una de los conciertos a los que asistimos. La fiesta que se montó con los canadienses y los australianos va a ser para recordar durante mucho tiempo.

The Wild!

Los encargados de inaugurar la noche fueron The Wild! y desde luego que, como imaginábamos, su elección fue todo un acierto. En la hora que estuvieron sobre el escenario fueron capaces de convencer a todos con su hard rock rítmico y contagioso y su gamberro y contundente rock ‘n’ roll. Capitaneados por un pletórico e incansable Dylan Villain a la voz y guitarra solista, de la banda destacaría también la labor de The Kid a la otra guitarra, otro hiperactivo personaje que se libró de convertirse en una especie de moderno kamikaze al salvarse milagrosamente de caer del escenario al foso de los fotógrafos al resbalar durante los primeros acordes en una de las cajas destinadas a que los músicos subieran a ellas para destacar su protagonismo.

Afortunadamente todo quedó sólo en un buen susto. Rebosantes de energía y buen rollo el cuarteto canadiense logró calentar de manera sobresaliente un ambiente que ya previamente se notaba receptivo y propicio para el éxito de las dos bandas que iban a ocupar la noche. Con tan sólo un larga duración en el mercado, Wild at Heart de 2017, el EP GxDxWxB de 2015 y los dos singles, «Helluva Ride» y «Playing with Fire», que en este 2019 han servido de aperitivo de lo que será su nueva obra, no nos queda más remedio que esperar ansiosos la aparición del mismo para rememorar el fantástico show de esta noche y seguir disfrutando de su música.

Un merecido descanso y con un ambiente increíble y eufórico salen a escena los míticos y banda de culto Rose Tattoo.

Rose Tattoo

Por desgracia pocas veces hemos tenido la oportunidad de disfrutar de esta histórica formación por nuestros escenarios pero creo que, con la juerga que han sido capaces de organizar estos cinco outlaws, el efecto causado por esta mini gira por tierras españolas va a ser el contrario al que todos estábamos esperando. Si muchos asistíamos dubitativos y reticentes a la actuación de Rose Tattoo, ya que el tiempo muchas veces no suele pasar en balde y deja su perceptible huella en músicos de estas lejanas generaciones, os puedo asegurar que con tan sólo sonar medio tema los australianos, además de tener a todos embelesados o dando botes con la inicial «Bad Boy for Love» de su primer y disco homónimo de 1978, en lugar de hacernos sentir que nos quitábamos una espinita por haberles visto ya, el sentimiento que desde mi punto de vista han despertado y nos han creado no es otro que ese extraño síndrome de abstinencia que sufren todos aquellos a los que les ha parecido insuficiente lo vivido en esta maravillosa noche.

Yo tenía muchas dudas acerca del estado vocal de Angry Anderson, el líder e inevitable alma mater de esta peculiar banda, pero mis augurios no podían ser más erráticos y equivocados. Aunque en ciertos vídeos que circulan por internet Angry parecía no encontrarse en la forma ideal, nada más lejos de la realidad, su show fue espectacular y sin mácula y su registro fue todo un alarde de potencia, feeling y savoir faire. Como antes ya he comentado, la temperatura de la sala iba in crescendo conforme avanzaban unas canciones que la mayoría de los presentes parecían conocer más que de sobras. Así fueron cayendo, una tras otra y dando prioridad total a sus más veteranos álbumes (con ocho temas del Rose Tattoo de 1978, dos del Assault & Battery de 1981 y cuatro del Scarred for Life de 1982), canciones tan emblemáticas y reconstituyentes como «Scarred for Life», «Assault & Battery», «Rock ’n’ Roll Outlaw», «Rock ’n’ Roll is King» o «Nice Boys».

Las grabaciones más recientes también tuvieron cabida en un setlist claramente orientado a sus primeros años y así pudimos disfrutar también de «Once in a Lifetime» de su disco Blood Brothers de 2007 y de «Sweet Love», canción que aparecería por primera vez de forma oficial en su disco en directo de 2018 Scarred for Live 1980/1982.

Hora y media de adrenalina en vena donde, repito, un gran Angry Anderson, fiel y sabiamente acompañado por su inseparable desde 2007 Dai Pritchard a la guitarra principal, Jackie Barnes a la batería, el ex AC/DC Mark Evans al bajo y el ex The Angels Bob Spencer a la otra guitarra, hizo que pogos, baños en cerveza y paseos en volandas sobre las cabezas del público fueran la mejor imagen de un fin de fiesta que a casi nadie le apetecía que se produjese.

Esperemos que vuelvan pronto, nos hemos quedado con ganas de más fiesta.

¡Irrebatibles!

Setlist Rose Tattoo:

Bad Boy for Love
Scarred for Life
One of The Boys
Juice on the Loose
Assault & Battery
Tramp
Who’s Got the Cash
Rock ’n’ Roll Outlaw
The Butcher and Fast Eddy
Once in a Lifetime
Rock ’n’ Roll is King
Sweet Love
1854
Snow Queen
We Can’t Be Beaten
Nice Boys
—–
Astra Wally

Jose Antonio Serrano Sabaté