Tras 20 años de carrera los grandes Machetazo daban por finalizada su actividad como grupo y el grindcore se quedó huérfano para siempre. No voy a decir que no haya muchos otros grupos que lo siguen defendiendo con dignidad en España pero la verdad que ellos eran uno de los mejores exponentes del género dentro de nuestras fronteras.
Sus diversos miembros, tanto fundadores como últimas adiciones, no se han quedado quietos y los podemos seguir disfrutando en grupos tales como Leprophiliac, Come Back From the Dead, Black Demon, Ovakner y el grupo que nos ocupa hoy: Ruinas. Un combo formado por Rober a la voz, guitarra, bajo y sintes y Ángel a la batería con las colaboraciones especiales de T. de Marthyrium en «Fauces de Saturno» y Santi de Inerth/ex-LFAA en «Vomito de Sangre» apoyando las enfermizas voces que nos encontramos en Ikonoklasta.
Sin introducciones ni nada raro empieza a degüello «Trepanación» con una actitud muy punk y macarra, escupiendo la letra con una fuerte rabia y odio entendiendo gran parte de lo que nos están gritando. Se nos presenta una buena mezcla de grind, death y hardcore con los típicos elementos de blast beats y tupa tupas aderezado con unos buenos redobles, guitarras poderosas aunque con la distorsión justa siendo la buena ecualización la que nos ayuda a poder apreciar mucho más sus múltiples detalles.
Sin darte cuenta «Ikonoklasta» se te ha echado encima en la que destacan los arreglos de cuerdas en el ¿estribillo? Bueno, ellos no creo que se basen en estas cosas. Van a por todas y de buen seguro que en sus directos la que se va a liar en la pista será de aúpa. Al final creo que algo se rompe fuertemente.
Grindcore esquizofrénico sin fisuras y totalmente desquiciante es «Ciclón Tarántula» que como bien dice su título es un ciclón, un tornado que no llega al minuto de duración. Con algo más de extensión pero con la misma mala leche nos presentan «Fauces de Saturno» combinando partes a medio tiempo con unos gorgoteos por parte de un bebé y mostrando su faceta más death metal. Las líneas vocales me recuerdan a un grupo que no consigo encontrar en mi mente y no sabéis la rabia que da, pero bueno, acepto sugerencias en los comentarios. Gracias.
Después de la canción de cuna que cierra la anterior pista, como si de un enorme enjambre de abejas se tratara, nos vomitan la corta «Supercélula» para continuar con «Instinto Genozida» y aquí nos encontramos a unos Ruinas mucho más hardcore, rozando el crossover y recordando a los incombustibles S.A. pero sin perder su sello. Las letras son de crítica social en estado puro y, como he apuntado antes, se entienden en su gran mayoría y eso siempre se agradece. Un buen «himno» para sus bolos.
Rollo interludio como una marcha fúnebre comandada por roedores avanza «El Tormento de las Ratas» para continuar con otra canción 100% grind que es «Ira, Cuchillo y Fuego», corta y totalmente a saco. Pero encontramos la redención en la arrastrada y más clásica «Vómito de Sangre», lenta y decadente como pocas aunque con su dosis de velocidad que no debe faltar.
Más tralla descontrolada con «La Conjura de los Insectos» para continuar con la atmosférica «Nueva Peste (De Profundis)» que nos lleva de lleno a «Retrovirus», una canción que nos viene al pelo con la que está cayendo actualmente.
Y para cerrar estos poco más de 32 minutos nos ofrecen la canción más larga del disco: «Ad Vermibus Gloriam». Se trata de un claro homenaje a las pelis de terror de los años 80 y los grupos de death metal influenciados también por esta temática con el uso de sintetizadores para crear una sensación espeluznante, un viaje al pasado rememorando tiempos mejores.
Un buen trabajo que hará las delicias de los seguidores de sus otros proyectos siendo un buen exponente del death/grind hecho en nuestro país. Mención especial para la portada obra del solicitado Costin Chioreanu (At the Gates, Arch Enemy, Demonical, Einherjer, etc.) que para este trabajo ha variado un poco su característico estilo para mostrarnos unas pútridas y reventadas calaveras llenas de gusanos.