Saint Vitus – Saint Vitus

El retorno de Saint Vitus se podría considerar uno de los hitos más importantes de 2019 por dos motivos. El primero sería que siempre es destacable que una banda legendaria siga viva entre nosotros, y el segundo sería el poder plasmar este retorno en un nuevo disco.

El combo imprescindible que forman Dave Chandler y Scott Reagers, ambos miembros fundadores en ese lejano 1981, forman el cuartero junto a dos músicos de calidad contrastada como son el bajista Henry Vasquez y el debutante Patrick Bruders (conocido por su trabajo en Crowbar, Down o Goathwhore, entre tantos otros). Calidad tras un nombre, Saint Vitus, que inspira respeto a cientos de metros.

¿Qué podemos esperar de un nuevo disco de los californanios? Llegados a este punto en una carrera tan extensa y tras un descanso muy largo, tomar el disco puede hacer incluso miedo. El temor a que este retorno sea un fracaso sobrevuela por mi pensamiento. Escucharlo sin unas altas expectativas es el “truco” cuando me enfrento a “regresos” de este calibre. Pero la sorpresa es muy grata.

“Remains” de más de seis minutos da arranque a esta segunda juventud de Saint Vitus, un tema oscuro y pesado, una apertura perfecta con ese doom que han perfeccionado a lo largo de tantas décadas. Una guitarra con tintes post apocalípticos de un inmenso Chandler que, entremezclada con las voces de Reagers, forman un infranqueable y denso muro sonoro.

El segundo tema, titulado “A Prelude to”, es un tema poco convencional dentro de los cánones del doom. Un tema muy lento pero con acordes sinuosos, un arranque bajo pulsante que se funde en bellas melodías a cargo de un inspirado Vasquez. Seguimos con “Bloodshed” e inmediatamente “12 Years in the Thomb”, ambos temas ligeros sustentados sobre las genialidades de Bruders y Vasquez en las baquetas y el bajo. Los riffs de ambos temas son exquisitos y las voces de Reagers óptimas. Estos dos cortes son posiblemente los mejores del álbum.

En “Wormhole” encontramos uno de los temas más sabbathianos del plástico, un tema que bebe directamente del disco debut de la banda de Iommi, a destacar el magnífico y distorsionado solo en la parte central. “Hour Glass” vuelve a recuperar la esencia de los inicios del doom con uno de los mejores riffs del disco.

Llegando a la recta final del disco encontramos “City Park”, un corte totalmente instrumental que logra descolocarte por completo; totalmente prescindible. Por suerte, “Last Breath” nos pone de nuevo las pilas al ritmo de puro doom de muchos, muchos quilates. Un tema colosal, denso, oscuro, apocalíptico. Gran trabajo de todos los músicos a lo largo de los casi siete minutos que dura el corte. Y para cierre, la rápida y corta “Useless”, un tema algo confuso, tanto por su sonido como por su oferta dentro del disco.

Con cinco temas enormes, dos básicos y dos totalmente prescindibles, Saint Vitus regresan con un notable álbum que les posiciona donde se merecen, como una de las más grandes bandas de doom metal en activo y una de las más importantes de todos los tiempos.

Beto Lagarda

Rock en todas sus extensiones