Sangtraït continúa muy vivo entre las personas que abarrotaron Bóveda

La noche pintaba de lo más interesante. Llegábamos unas horas antes a los alrededores de la sala con una alegre sorpresa, la gran expectación creada hasta el momento alrededor del retorno de Quim Mandado a la capital catalana no había quedado en una simple cortina de humo. Según habían anunciado en las redes sociales de la banda, las 420 entradas se habían agotado anticipadamente. Particularmente, he vivido noches gloriosas en la sala donde se iba a celebrar el concierto, tanto con su actual nombre como en aquel Mephisto, nombre que tenía hace ya unos cuantos años. Pero lamentablemente no todos habían completado la sala a pesar del peso y el nombre de las bandas que actuaron.

Apenas 15 minutos antes de las 21h., hora en la que se anunciaba el inicio del concierto, la sala presentaba un aspecto envidiable. Estaba prácticamente el aforo completo, dificultando el acceso a la barra a todos aquell@s que tuvieran la intención de hidratar el gaznate para cantar durante el concierto.

En el escenario, bajo las características luces rojas, una gran lona con el logo de Quim Mandado ocupaba el fondo mientras que en los altavoces sonaban los clásicos de rock y el heavy tanto nacional como internacional, amenizando la espera y calentando las gargantas.

Por fin, a las 21:15 entran al escenario Guillem y Ferran, hijos de Quim, tomando posiciones en la batería y en la guitarra respectivamente. Mientras, iban saludando a amigos y conocidos situados en las primeras filas. En el momento que Joan Cardoner entró a colocarse su guitarra, acaparó todas las miradas y los aplausos. Ya con los tres músicos armados con sus instrumentos, una épica introducción da paso a la presentación del protagonista de la noche. Quim entra sonriente al escenario aclamado por todos/as los que estábamos ansiosos de viajar, de nuevo, a través de canciones que marcaron una época.

Vestidos de riguroso negro, comenzaron con “Agraït”, incluido en el disco en solitario del cantante. El simbolismo del título era más que evidente, pero como pasaría durante todo el concierto, todas las canciones fuera del repertorio de Sangtraït fueron las menos coreadas. Esto se vió reflejado cuando enlazaron con “Una dona de veritat”, cantada a pulmón por tod@s.

Quim, que mantiene un nivel vocal espectacular, estaba de buen humor y agradecido por el recibimiento. Así lo demostraba saludando y haciendo bromas sobre el poco movimiento que detectaba entre el público. Reía diciendo si era porque estábamos muy apretados abajo.

Lo cierto es que era prácticamente imposible moverse con normalidad, por mucho que una fan insistiera constantemente en saltar y empujar a mi lado, clavando en mi cintura las púas de su cinturón. Algo en lo que desistió después de casi medio concierto, viendo el limitadísimo espacio del que disponíamos.

Joan y Quim bromeaban mirándose constantemente. El veterano guitarrista, en su aparente seriedad, controlaba que todo fuera bien e incluso corrigió a Quim cuando se equivocó al presentar una de las canciones de la noche. El bajista y cantante interactuaba con todos, con miradas o acercándose a cada uno de ellos.

La noche era especial y se notaba. Posiblemente eso se reflejaba en los más jóvenes, si bien los dos miembros más veteranos estaban como en casa encima del escenario, a Ferran se le veía algo más estático y serio a la guitarra. Para nada afectó a la perfecta ejecución de sus partes, pues el joven va más que sobrado al igual que su hermano Guillem a la batería, aparentemente tímido y sonriente, cumplía a la perfección con la gran responsabilidad a las baquetas.

“Fortadora d’ànimes” sonó atronadora dando paso a “Sancta Sanctorum” de LGP – Guardians, que también fue de las más coreadas, sirviendo de enlace a la balada por exceléncia. “Somnis entre boires” arrancó, desde sus primeros acordes, una de las mayores ovaciones de la noche, cantada a pulmón por toda una Bóveda entregada. Quim dejaba de cantar acercándose al frente del escenario para disfrutar del momento.

“Trencant cadenes” bajó la intensidad. Lamentablemente el disco en solitario de Quim no tuvo la repercusión merecida, volviendo a coger impulso con la atronadora y pesada “Almogàvers” de LGP, la cual sí se coreó con mayor energía y tras la cual Joan se puso a animar al público entre bromas y solos de guitarra, dando pie a que el resto de músicos se sumaran dando paso a la motera “Alè de Mil-cent” y la posteriormente acelerada “Presoner del errors”, canciones que nos hicieron mover las cervicales.

Si hay una canción que en su momento no llegó a engancharme del todo fue el sentido tributo a Freddy Mercury en “Freddy Memorium”, pero que con el paso de los años y volver escucharla de nuevo en directo, lejos de la pomposidad del disco, volvió a ganar posiciones en mi lista personal. Quim la presentó dedicándola a un gran paio. La emoción del momento sirvió para encarar la recta final del concierto con toda la artillería. Tras “15 Juliol 1099” sonó la esperadísima “El guerrer”, aunque en mi opinión algo frenada en velocidad. Arrancó una de las mayores de ovaciones de la noche y la subida de dos espontáneos al escenario (uno de ellos con una camiseta de la época y que ha cuidado bien)  para cantar y acabar saltando, demostrando el gran cariño que se le tiene a la canción y al disco “L’Últim segell” (1991), disco perfecto para un servidor. 

Acabaron el setlist clamando a la libertad, con la pomposa y estribillo de puño en alto de “Lliures com l’alè del vent”. Pero se trató de un amago, pues enlazando con la libertad nos regalaron “El  vol de l’home ocell”, fuera de previsión viendo que daba tiempo a una canción más.

Gran final, después de dos horas por todo lo alto. Noche especial que dejó patente el gran espacio que guarda Sangtraït en nuestros corazones. Anunciaron nuevas noticias en breve, posiblemente nuevas fechas. Estaremos atentos.

Ojalá el entrañable y carismático Martín hubiera estado aquí para recibir de nuevo el cariño, junto a sus compañeros, de toda una generación que les debemos mucho. Quim, Joan, Ferran y Guillem… Gràcies!

Setlist:

Agraït
Hiperbòria
Inqui-missió
L’enigma de l’estel
Èxode
Furtadora d’ànimes
La maledicció
Sancta Sanctorum
Somnis entre boires
Trencant cadenes
Almogàvers
Alè de mil-cent
Presoner dels errors
Freddie Memorium
15 juliol 1099
El guerrer
Les creus vermelles
Lliures com l’alè del vent
El vol de l’home ocell

Abel Marín

Amante del metal en su variedad de estilos. Vivo con la esperanza de poder llegar a viejo acudiendo a salas de conciertos y festivales. Si los rockeros van al infierno, que me guarden sitio y una cervecita.

Salud y Heavy Metal.