23 de abril. Sant Jordi, patrón de Cataluña, Aragón, Inglaterra y a saber cuántos sitios más. 23 de abril, efemérides de la muerte de dos de los más grandes de la literatura universal, Cervantes y Shakespeare, y, en su memoria, día mundial del libro.
Si juntamos estos dos conceptos, el santo y la efeméride, tenemos como resultado uno de los días más bonitos del año en Cataluña. Es precioso pasear por el centro de Barcelona (sobre todo si no cae en fin de semana y las calles no se han convertido en un océano de gente), ver los puestos de libros y los miles de rosas que inundan la ciudad.
Muy bien, pero ¿qué tiene que ver esto con el heavy metal? Pues tiene que ver que, en fecha tan señalada, no íbamos a dejar de hacer un artículo que relacionase nuestra música con la literatura, ahuyentando el mito de que el heavy es iletrado por naturaleza.
Debo reconocer que me ha costado decidir cómo hacer este aproach. En un principio pensé buscar discos conceptuales basados en novelas, pero descarté la idea. Me pasó por la cabeza hacer una lista de temáticas literarias (grandes clásicos, terror, contemporáneos…) y, en cada una de ellas, ver canciones sobre libros de ese estilo, pero era prácticamente inabarcable. Finalmente he decidido escoger unos cuantos libros o universos literarios e investigar su impacto en el mundillo metalero. Así que ahí vamos.
El señor de los anillos – J. R. R. Tolkien
Y por El señor de los anillos entenderemos todo el universo de la Tierra Media. El impacto de la obra de Tolkien en el rock abruma, incluso da para tesis doctoral. Pilar (y casi creador) del estilo literario de fantasía, no solo ha influenciado en el power metal (aunque sí especialmente), sino que grupos tan dispares como Led Zepellin, Blind Guardian e incluso Megadeth han bebido de esta fuente.
Uno de los diez libros más relevantes de la segunda mitad del siglo XX no solo ha inspirado letras, sino que muchos nombres grupos (Gorgoroth, Cirith Ungol, Amon Amarth, Burzum…) y de personajes (Shagarth) están basados en la mitografía tolkiana. Nótese que todo lo mencionado hasta ahora no tiene nada que ver con el power, las espadas y la temática épica-fantástica (eso sí, a gran parte de estos grupos les gusta disfrazarse, igual que a los llamados frikis cuando hacen cosplay. Cosas de la vida). De hecho, Battlelore saltan a escena con armaduras y orejas prostáticas de elfo.
Adentrándonos ya en las letras, hay un grupo que destaca entre todos. Los alemanes Blind Guardian han hecho de la Tierra Media (y la fantasía en general) su santo y seña. Temas como “Gandalf’s Rebirth”, “Lord Of The Rings” o “The Bard’s Song – The Hobbit” lo dejan claro y si no fuera bastante, su disco Nightfall in Middle-Earth (1998) es una obra conceptual basada en El Silmarillion. Pero quedarnos con esto es quedarnos muy lejos de su impacto. Led Zepellin homenajearon a su compatriota con “Ramble On”, de la misma forma que Rush lo hizo con “Rivendell”. Uriah Hepp no quisieron quedarse atrás y por eso compusieron “The Wizard”, de la misma forma que Genesis nos cuentan la historia de Gollum en “Stagnation”. Black Sabbath, otro de los imprescindibles de nuestro estilo, tienen entre sus canciones “The Wizard”. “Wishmaster”, de Nightwish, también toca la temática de la Tierra Media e, incluso, Megadeth, con su “Today we fight”, se inspiró en la arenga que, en la película de El Retorno del Rey, Aragorn lanza a los hombres del este. Saurom Lamderth (actualmente Saurom) lanzaron, también, Sombras Del Este (2000), obra conceptual basada en La Comunidad del Anillo. Siguiendo en territorio patrio, hasta El Reno Renardo rindió homenaje a la obra de Tolkien con “Camino Moria” y Red Wine con “Vencer O Morir”.
La lista sigue ad infinitum, hasta había encontrado una lista de 40 discos conceptuales basados en El señor de los anillos¸ pero mejor dejarlo aquí. Si te interesa el tema, rascando un poco (quizá solamente haga falta estornudar) saldrán cientos de canciones, nombres y menciones inspiradas en la obra de J.R.R. Tolkien. Sin duda, uno de los libros fundamentales en el heavy.
Drácula – Bram Stoker
Bram Stoker, hacia finales del siglo XIX, no solo escribió una de las más aclamadas novelas de terror de todos los tiempos; tampoco creó únicamente al monstruo más carismático de la literatura y derivados; ni siquiera se quedó satisfecho lanzando una obra maestra. Lo que hizo el sr. Stoker fue crear un mito, un icono y, con el paso de los años, toda una cultura (la vampírica) que construyó desde los personajes más oscuros incapaces de ver el sol hasta otros que, si Lorenzo les alumbraba, más parecían Drag Queen con purpurina por el cuerpo que auténticos monstruos.
Si el personaje de Drácula ha sido llevado a otro tipo de arte, la música y, en particular, el heavy metal, no iba a ser menos. Eso sí, en este pequeño artículo solo nos ceñiremos a los hechos y personajes de la novela de Bram Stoker. Intentar abarcar todo aquello relacionado con los vampiros sería una auténtica locura.
Si decimos que Drácula ha sido definido como un personaje oscuro en infinidad de ocasiones, que no todas, no es de extrañar que las ramas más extremas y oscuras del metal hayan apostado por esta temática. Los suecos black metaleros Marduk así de claro lo dejaron con “Dracul va Domni Din Nou in Transilvania” y otros tantos. “Count on Dracula” es otro pilar de los germanos setenteros progresivos Birth Control, y los Notre Dame del ex King Diamond Snowy Shaw hicieron lo propio con “Dracula Sucks!”.
Los estadounidenses Macabre tienen su canción “Dracula”, título repetido hasta la saciedad por bandas tan dispares como Tierra Santa, Bruce Dickinson o el ex Wig Wam, Trond Holter, que, junto a Jorn Lande, sacó el disco conceptual Dracula Swing of Death (2015). Pero aún no acabamos. Iced Earth tienen también su tema de nombre Dracula, además de una versión de “Transylvania” de Iron Maiden, unos clásicos en esto de inspirarse en literatura.
Dándose un paseo por Metal Archives uno descubre que hay hasta 4 bandas con ese mismo nombre, Dracula (¡viva la originalidad!). De hecho, la página lanza más de 160 entradas con esa palabra. ¿Y si nos ponemos a buscar otras relacionadas? Los punkarras English Dogas nos traen a Nosferatu, otro de los nombres usados para el mismo monstruo, nombre que usarán otras tanas bandas, discos (Helstar, Bloobound, Witchery…) y canciones (Saxon, Blue Öyster Cult, Evergrey…).
Cradle Of Filth van un paso más allá y se centran en la obsesión del Conde por Mina en “Lovesick for Mina”, mientras que los Electric Wizard fueron en otra dirección en “The Satanic Rites Of Drugula”.
En fin, si con el libro anterior casi no dábamos abasto, con la brillante obra Bram Stoker vamos por el mismo camino. Y si lo extendiéramos a temática vampírica… ¡no quiero ni pensarlo!
La Ilíada – Homero
“Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquiles”, y vaya si cantó, la diosa.
Si hablamos de literatura clásica, hay dos obras que se llevan el pan y la gloria. Me refiero, como seguro que habréis adivinado, a las hermanas La Ilíada y La Odisea. En esta ocasión me centraré en la primera, aunque ni Symphny X ni Metalium dejarán que nadie se olvide de la segunda.
Aquiles y Paris, la guerra desatada por la belleza de Helena y el sempiterno Caballo de Troya han sido y son musas de mil y un temas, inspiración de los más clásicos y los que son algo más modernos. La Ilíada, curiosamente, ha sido el eje de muchas de las mejores canciones de varios grupos, como por ejemplo Blind Guardian y su “… And Then There Was Silence” o Manowar y su “Achilles, agony and ecstasy in 8 parts”. Jag Panzer tienen su “Aquilles”, mientras que Hamerfall cambian de héroe con “Hector’s Hymn”. Led Zepellin prefieren al matador de hombres, de nuevo, con “Aquille’s Last Stand”. Y si hablamos de literatura clásica, no podemos (ni queremos) obviar a Virgin Steele. La lista es larguísima como para nombrarla aquí, pero seguro que ya sabéis de qué van los americanos.
Uno de los pasajes más emblemáticos de la historia es, sin duda, el caballo de Troya, un regalo envenenado. Y, como no podía ser de otra forma, también ha servido de inspiración a bandas tan dispares como Tierra Santa o As Life Fades Away. Y en una línea parecida van Warcray y su “El Guardián de Troya”. Lamb of God hace mil referencias a la escena.
Unas cuantas referencias, también. La Ilíada, sus amores y sus guerras han servido, como se ha comprobado para inspirar a muchos y muy variopintos artistas.
Cthulu – H. P. Lovecraft
Como en el primer punto con J.R.R. Tolkien, en esta ocasión tomaremos a todo el universo creado por el maestro del terror H. P. Lovecraft. El legado del estadounidense en incuestionable en todos los ámbitos, desde la propia literatura hasta el cine, las artes plásticas y, obviamente, la música. Quizá el personaje que se lleva la palma es el dios Cthulu, pero desde luego no es lo único que creó el genial escritor.
Al igual que con Dracula, el lado más extremos del metal ha sido el que más ha recogido la esencia del escritor, pero no el único. Metallica, en uno de sus mejores trabajos, ya demostró su influencia en dos temazos, “Creeping Death” y “The Call Of Ktulu” Posteriormente lo harían con “The Thing That Should Not Be”. Los casi omnipresentes en este artículo Dark Moor también se inspiraron en él para componer “The Silver Key”, y hasta Dream Theater lo tomaron como referencia en “Dark Eternal Night”. Black Sabbath hicieron lo propio en “Behind The Wall Of Sleep” y Electric Wizard lo tomaron en “Dunwich”. Hasta ahora poco extremo ha habido, ¿no?
Si nos adentramos un poquito en lo más oscuro del metaleo, nos encontramos a Cradle of Filth y su “Cthulhu Dawn”, a los americanos Nile con “4th Arra Of Dragon” y “Beneath Eternal Oceans of Sand” o a los blackers Lightning Swords Of Death con “R’lyeh Wuurm”. Deathchain hicieron lo propio en “Cthulhu Rising” y Morbus Chron compusieron “Red Hood Horror” siguiendo la estela de Lovecraft.
Catacombs tienen todo un álbum, The Depths Of R’lyeh (2006), que está claramente bajo el influjo del genial escrito americano, así como el álbum The Music of Erich Zann (1988) de Mekong Delta o Kadath Decoded (1995) de los progresivos alemanes Payne’s Gray. Los nunca suficientemente valorados Therion tienen, entre otros, un tema llamado “Cthulhu”, y Morbid Angel no se quedan atrás con “Lord of All Fevers and Plague”, ”Unholy Blasphemies” y ”The Ancient Ones”.
Este es otro de esos casos donde casi se podría hacer un artículo solamente basándonos en el bueno de Lovecraft, pero por el momento lo dejaremos aquí.
Poesía
Y como no solo de novelas vive el hombre, dejamos para este punto canciones basadas en poemas, o directamente, poesías musicadas.
A nadie se le escapa que la más famosa sea, quizá, “The Rime Of The Ancient Mariner” de Samuel Taylor Coleridge e interpretada por Iron Maiden (ya decíamos que la literatura es una fuente de inspiración muy importante para los ingleses), pero desde luego no es la única. Nuestra “La Canción del Pirata”, de Espronceda, ha sido versionada tanto por Tierra Santa como por Dark Moor, así como Los suaves versioneando el “Palabras Para Julia” de Goytisolo. Celtic Frost hicieron lo propio con “Tristesses De la Lune” de Baudelaire y Cathedral toman a David Park Barnitz y su “Requiem”. Los ingleses Bolt Thrower se acercan a la I Guerra Mundial de la mano de Lawrence Binyon y su “… For Victory”.
William Blake es otra de las musas metaleras por antonomasia. Sin ir más lejos, Bruce Dickinson se lo tomó muy en serio en su álbum The Chemical Wedding (1998), así como Ulver en su “Voice Of The Devil”. Primordial beben de William Butler Yeats y su poema The Hosting Of The Sidhe en la canción homónima y los ucranianos Drudkh se basan en Taras Shevshenko y su épico y ultra violento Haidamaky en su álbum The Swan Road (2005). Nightwish, otro de los clásicos de la metaliteratura, no podían faltar, y el escogido es Walt Whitman y su “Song of Myslef”.
La lista podría seguir, pero creo que ya tenemos una buena muestra de cómo la poesía ha sido metalizada.
Bonus track
Canciones, o discos enteros basados el literatura, dentro del mundillo musical, hay cientos, y es prácticamente imposible abarcarlos en un solo artículo. Pero aunque haya escogido esos 5 libros/poesías, no quiero dejar pasar por alto algunas grandes historias/canciones basadas en libros. Don Quijote de la Mancha, libro mío de cabecera, es la musa de Mägo de Oz e, incluso, de Barón Rojo (no, “Windmills”, de Helloween, no tiene nada que ver con la obra literaria en cuestión, a pesar de la calabaza de la triste figura). Como no nos quitamos de encima a los Dark Moor, podemos mencionar que El Conde de Montecristo fue la novela escogida para conocer la voz de Alfred. Tanto Iron Maiden como Iced Earth y Nightwish homenajean a Gaston Leroux y su obra El Fantasma de la Ópera.
Iron Maiden vuelven a la carga con El Señor de las Moscas (y tantísimas otras) mientras que Angra lo hacen, de la mano de una versión, con Cumbres Borrascosas.
El ciclo artúrico daría, también, para un artículo único, ya que una infinidad de bandas las han tomado como referencia, como por ejemplo Grave Digger, Gary Hugues, Blind Guardian (otros que tal), Bruce Dickinson, The Mission, Kamelot, Cradle of Filth… la lista es interminable. Y no se queda atrás la obra de Edgar Allan Poe, musa de otros tantos grupos como Iron Maiden (again), The Alan Parson Project, Annihilator¸o la ópera metalera Edgar Allan Poe – Legado de una targedia.
Como hemos visto, el impacto de la literatura en el metal es más que notorio. No creo haber nombrado ni un 5%, quizá ni un 1%, de la cantidad de temas inspirados en novelas que hay dentro del mundillo rockero. Y tanto hablar de literatura y música, me han entrado ganas de formar un grupo, llamarlo Old Stories y hacer discos conceptuales con muchos cantantes, rollo Avantasia. Empezaría con Viaje al Oeste y, para interpretar a Wu Neng (uno que tiene apariencia porcina), nadie mejor que Michael Starr de Steel Panther, ¿verdad? ¿Alguien se apunta?
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios.
Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo.
Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.