Satyricon – Deep Calleth Upon Deep

Nuestra Nota


8.25 / 10

Ficha técnica

Publicado el 22 de septiembre de 2017
Discográfica: Napalm Records
 
Componentes:
Satyr - Voz, guitarra, bajo, teclado
Frost - Batería

Temas

1. Midnight Serpent (6:21)
2. Blood Cracks Open The Ground (4:53)
3. To Your Brethren In The Dark (6:08)
4. Deep Calleth Upon Deep (4:37)
5. The Ghost Of Rome (4:27)
6. Dissonant (4:14)
7. Black Wings And Withering Gloom (7:12)
8. Burial Rite (5:43)

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Los noruegos Satyricon son una banda que, a estas alturas, no deja indiferente a nadie. Para algunos son los maestros indiscutibles del black metal y un grupo de culto como pocos, mientras que para otros son poco más que unos pedantes sobrevalorados. Opiniones a parte, es innegable que la pareja Satyr/Frost no se ha dormido nunca en los laureles y ha intentado siempre mejorar y evolucionar, disco tras disco, sin dejar nunca atrás el aura de grandiosidad que les caracteriza. Sin ir más lejos, cuando publicaron Nemesis Divina (1996), hace ya más de veinte años, parecía que estábamos ante el disco definitivo de black metal y ellos, en vez de quedarse ahí y recrearse en las mieles del éxito, decidieron cambiarlo todo con el extraño Rebel Extravaganza (1999), que en su momento parecía una «rarunez», pero que con la perspectiva del tiempo se ha convertido en una obra pivotal en su carrera.

Así que de ser una banda que practicaba un black metal de gran calidad pero más o menos estándar en la escena noruega de mediados de los noventa, pasaron a tornarse mucho más directos y «bombásticos» durante los «dosmiles», pariendo álbumes y «temazos» tan pegadizos como «Repined Bastard Nation», «The Pentagram Burns», «Now, Diabolical» o «K.I.N.G.», a los que es difícil resistirse por culpa de su groove tan inmediato y su oscura accesibilidad, aunque esto hiciera rabiar a algunos de los puristas más ortodoxos. En su último disco de estudio, publicado en 2013 y que lleva el mismo nombre que la banda, dieron para mí el paso más grande en evolución desde la publicación de Rebel Extravaganza, añadiendo elementos mucho más abiertos y atmosféricos a su sonido y experimentando con varios registros, incluida una majestuosa colaboración con Sivert Høyem, vocalista de los también noruegos Madrugada (una «bandaza», escuchadla si no los conocéis) para parir un «temazo» tan tremendamente épico como «Phoenix», que hizo que algunos de esos puristas que comentábamos estuvieran cerca de volarse los sesos. Personalmente, mirad qué os digo, creo que se trata de mi disco favorito de toda la carrera de la banda noruega, y desde un primer momento quedé totalmente prendado de sus múltiples matices.

Hace pocos días tuve la ocasión de hablar con Frost, así que sé de primera mano algo del contexto que les ha llevado a crear este Deep Calleth Upon Deep. Para empezar, según él este disco supone la evolución más grande entre dos discos de Satyricon en toda su carrera, cosa con la que, desde fuera, no puedo estar del todo de acuerdo. El batería noruego comenta que no cree que este disco sea una continuación del anterior y que la banda se ha expandido en todas las direcciones. Bueno, no lo sé. No niego que haya evolución, que la hay, pero a mí me parece que el cambio experimentado en su disco anterior es más pronunciado, y creo que el sonido y la idea sigue un poco el mismo patrón: en general, no es tan directo e inmediato como lo fueron sus discos en la primera década de este siglo, y tampoco es tan explícitamente oscuro como lo fue, por ejemplo, The Age Of Nero (2009). Además, creo que aunque no es un disco en el que se mantengan estáticos en absoluto, creo que no experimentan con tanto riesgo como lo hicieron en su trabajo anterior o en otros momentos de su carrera. Hay voces tenores y hay hasta un saxo, eso sí, pero la esencia y el poso me parecen parecidos. Por supuesto, teniendo en cuenta mi amor por Satyricon (2013) esto es una buena noticia.

Es interesante recalcar que entre la publicación de su anterior trabajo y éste han pasado tres cosas bastante relevantes en la carrera de la banda. La primera y más importante es que a Satyr le diagnosticaron un tumor inoperable en el cerebro. Es un tumor benigno y no parece que vaya a generar más complicaciones a no ser que crezca, pero es evidente que una noticia así cambia la perspectiva que uno tiene de la vida de forma bastante radical. En segundo lugar, hace un par de años, Satyricon dio un concierto y grabó un DVD junto al Coro Nacional de la Ópera de Noruega (un documento espectacular, por cierto), que parece que ha tenido cierta influencia en las derivas compositivas de la banda (hasta dos temas de este nuevo disco tienen coral, por ejemplo). En tercer y último lugar, el verano pasado se cumplieron veinte años desde la publicación del icónico Nemesis Divina, y lo celebraron con algunos conciertos de homenaje en los que interpretaron el disco al completo. El propio Frost nos comentaba que se trató de una experiencia muy rejuvenecedora, lo cuál puede tener cierta influencia también en el estado de ánimo de la banda.

Frost también nos nos dijo que Deep Calleth Upon Deep actúa como un continuo en el que cada canción es una extremidad indivisible. Quizás es cierto, y es verdad que se trata de un álbum muy compacto y regular, pero en todo caso todos los temas son perfectamente identificativos. El disco se abre con un trallazo muy potente y poderoso llamado «Midnight Serpent». Riffs afiladísimos, momentos «bombásticos», «martilleantes» y casi sinfónicos, violines desesperados… ¡menuda manera de empezar! Lo sigue «Blood Cracks Open The Ground», un medio tiempo muy dinámico con constantes cambios de registro, algunos momentos sorprendentemente progresivos y una protagonismo destacado para Frost y su indiscutible habilidad detrás de los parches. Tanto «To Your Brethren In The Dark» como el tema título han sido los dos adelantos que han precedido el disco. La primera es lenta, evocadora y misteriosa, con una atmosfera bastante inquietante, mientras que la segunda es, aún, uno de los mejores temas del álbum y un single realmente obvio, con un riff marca de la casa, un estribillo memorable y una estructura realmente pegadiza.

Tanto el tema título como «The Ghost Of Rome» contienen esos coros que comentábamos antes, personificados en una voz tenor muy evocadora. Si en el tema anterior fueron casi testimoniales, en «The Ghost Of Rome», un corte muy melódico, toman un protagonismo bastante más generoso. La verdad es que, tal y como ya demostraron en su trabajo junto al Coro de la Ópera de Noruega, la interpretación coral encaja magníficamente con el espíritu de la banda, agrandando y expandiendo el alcance de sus canciones de forma majestuosa. Como si hubieran estado inspirados por sus histéricos compatriotas Shining, en «Dissonant» tenemos la presencia de un saxo alocado que ayuda a dar sentido al título de la canción. Y aunque yo no soy particularmente fan de los saxos alocados en sí mismos, he de decir que este tema me parece uno de las mejores del disco gracias a su contundencia, la densidad de sus notas y sus extraños aires orientales. También «Black Wings And Withering Gloom» es maravillosa, muy atmosférica, muy incisiva y con un espíritu muy invernal, casi cercano por momentos al death metal melódico de bandas como Insomnium o Wolfheart. El viaje hasta aquí se ha hecho muy corto, y sin darnos casi cuenta nos encontramos ante la «machacona» y severa «Burial Rite» que cierra el disco. Un disco que crece realmente con las escuchas y que ahonda en esta habilidad tan especial que tienen Satyricon de crear temas inequívocamente oscuros y maléficos sin dejar de sonar, de alguna forma, accesibles y pegadizos.

Por último, es inevitable que hable un poco de la portada, que ha traído cola desde el momento en que fue revelada. Personalmente, he de decir que la elección del boceto del celebrado pintor noruego Edvard Munch (el de «El Grito») llamado «El Beso De La Muerte» me parece poco menos que horrible. Será Munch, sí, pero no le sé ver la gracia a un dibujo que me parece simplista y no necesariamente evocador. Cuando le pregunté a Frost sobre el porqué de la elección de esta portada, él contestó exactamente esto: «La clásica tensión entre vida y muerte está capturada de una forma muy muy particular en este dibujo. Hay una gran sensación de movimiento y creo que también existe un paralelismo muy fuerte con la dinámica y la fluidez que tiene el disco. También es muy oscura y muy espiritual, extraordinaria y aterradora. Es bastante simple, directa e impactante, pero también es elegante, expresiva y conmovedora. Y especialmente, es intrigante y fascinante. Así que, básicamente, es todo lo que creemos y deseamos que sea Deep Calleth Upon Deep«. Pues no me queda nada más que decir, la verdad. Yo la sigo encontrando fea, pero su elección parece totalmente justificada.

Satyricon son una garantía en directo, y creo que tienen «temazos» potentes y «antémicos» más que de sobras como para disfrutar de un concierto suyo sin demasiados problemas. Justamente tendremos la ocasión de hacerlo en poco más de dos semanas, cuando la gira que los tiene ocupados por Europa les traiga a Madrid y Barcelona a presentar, sobretodo, las canciones de este disco. Las bandas que les acompañarán como teloneras en esta ocasión son, como mínimo, extrañas. Los griegos Suicidal Angels hacen un thrash metal «slayerizado», veloz, violento, contundente e impecable (y a mí me encantan) mientras que los británicos Fight The Fight se presentarán con una especie de metal moderno que a mí me recuerda un poco a Bring Me The Horizon y que se me antojan como una elección rarísima. Ninguno de los dos se parecen para nada a Satyricon y tampoco se parecen entre ellos. Aún así, a los protagonistas de la noche esto no les importa demasiado mientras estas bandas sean capaces de dar conciertos intensos y potentes, cosa que estoy seguro que así será. ¡Y nosotros no vamos a perdérnoslo!

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Sobre Albert Vila 954 Artículos
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día. Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.