Considero que hay grupos que no han obtenido el reconocimiento y popularidad que su calidad merecen. Angra son unos, Mr. Big otros. Y, desde luego, Savatage están en el podio. A medio caballo entre los sonidos más heavies y, desde el álbum que hoy nos ocupa, progresivos, el aura de Savatage siempre se ha quedado ahí, a medio camino. Quizá las tragedias internas (muertes, adicciones, cambios…) impidieron que el grupo reventase como debía reventar. Una pena.
Si, hoy este Gutter Ballet (1989) cumple nada más y nada menos que 30 añitos, o añazos, y considero que es el disco crucial en su carrera. Superior a, por ejemplo, su “hermano mayor” Streets – A Rock Opera (1991), ni que decir que sus “hermanos pequeños” (incluso al Hall of the Mountain King (1987)), el impacto que tuvo en su carrera fue tremendo. Pero como yo no tengo ni idea, veamos qué se dice por ahí. Rate your music le pone, de media, un 4/5. Allmusic repite puntuación y la media en Metal Archives es de 87/10. Es decir, hablamos de un disco de notable alto o excelente.
Gutter Ballet es un álbum maduro, con confianza en sus propias posibilidades, que lleva a Savatage con éxito al mundo del metal progresivo. Mientras que Hall of the Mountain King seguía con un pie en el pasado, esta nueva entrega entró con ideas neoclásicas más ambiciosas. Producido y totalmente co-escrito por los hermanos Oliva y el sempiterno Paul O’Neill, este álbum es un paso valiente hacia un sonido más dinámico y musical que utiliza sus armas de una manera más equilibrada. Es en gran medida un registro de transición que presagia la dirección que seguirían en sus siguientes lanzamientos.
Las tres pistas clave de este álbum para mí son la canción homónima al disco, «Hounds» y «When the Crowds Have Gone». Su talento para lo dramático ejemplifica el espíritu y el núcleo de este excelente registro. Aunque «Gutter Ballet» fue solo un éxito modesto para ellos, la interacción entre el piano de Jon y el elegante trabajo de guitarra de su hermano Criss realmente demuestra lo bien que funciona su fórmula. La balada de piano introspectiva y dramática «Where The Crowds Have Gone» es particularmente digna de elogio por la elocuencia y la honestidad emocional de la letra de Jon. Las letras de estas dos pistas realmente se entrecruzan y proporcionaron la hoja de ruta hacia su Streets.
«Hounds» es su versión musical de la clásica novela de Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle, The Hounds of the Baskerviless. Es fácilmente uno de mis temas favoritos (siempre por detrás de las dos mencionadas anteriormente, eso sí), ya que la forma de cantar de Jon es apropiadamente dramática y la guitarra de Criss es absolutamente impresionante. Musicalmente, posee lo mejor de la esencia Savatage con su introducción dramática, el majestuoso estribillo y algunos destrozos de Criss durante la mitad y el final de la canción. Esta canción fue un punto culminante en vivo durante la gira de 1990.
Aun así, el álbum tiene tela para satisfacer el deseo por el lado más metálico de Savatage. El primer tema, «Of Rage and War», es un medio tiempo pegadizo y crudo en el que Jon habla sobre el triste estado de la geopolítica mundial y la necesidad del desarme nuclear. Las letras son tan relevantes hoy como lo fueron en 1989. «She’s In Love» tiene riff más rápido, oportunidad perfecta para que Criss Oliva lo pete en el diapasón. Es la única canción sobre mujeres y amor, pero no es tan cursi como el tipo de cosas que hicieron en Power of the Night (1985). «Mentally Yours» tiene otro sólido riff de guitarra y trata sobre un chico que está perdiendo la cabeza. Un tema similar se explora en la canción extra del álbum, «Thorazine Shuffle». Parece que podría haber sido un éxito para Hall of the Mountain King y evoca el sonido original de la banda. «The Unholy» es también una pista más pesada que cae en la misma categoría.
La primera mitad del álbum parece un poco acolchada y cohesiva debido a la inclusión de dos instrumentales («Temptation Revelation» y «Silk and Steel»), aunque ambas están ejecutadas de manera excelente. En retrospectiva, recuerdan el tipo de interludios instrumentales que Black Sabbath incluiría en muchos de sus álbumes de estudio como un cambio de ritmo. Con sus efectos de sonido y su tema dramático, «Temptation Revelation» recuerda a «Prelude to Madness», pero sin menos acrobacias de guitarra. Sin embargo, parece algo fuera de lugar, como una introducción a «Where the Crowds are Gone». «Silk and Steel» es una bonita pieza de guitarra acústica de Criss que recuerda vagamente a «Dee» de Randy, aunque solo sea en espíritu.
Si aquél dedo violento de Mourinho marcó el camino de algunos salvajes, este Gutter Ballet marcó de forma clara la dirección que tomaría Savatage en el futuro. A pesar de la muerte de Criss. A pesar de la retirada de Jon como cantante y la (feliz) inclusión de Stevens. A pesar de tantas adicciones que, según cuentan las malas lenguas, se plasmarían en su siguiente álbum. Aunque no os guste el estilo, no dejéis pasar ni “Gutter Ballet” ni “When the Crowds are Gone”. Tan válidas a día de hoy como hace 30 años. Y en otros 30, seguirán en cualquier podio.
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios.
Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo.
Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.