Cuando uno escucha el nuevo disco de Saxon tiene como primera sensación de que realmente estamos ante uno de sus discos más heavies y más directos. Pero… con las sucesivas escuchas un poco creo que sí que estamos, quizá, ante una de las obras más actuales en la que mejor recuperan ese espíritu tan ochentero. Vuelven a contar con Andy Sneap de productor (como suele ser habitual -guitarra de Judas Priest-) y recuperan el águila romana que fue en su día símbolo del grupo con Denim and Leather (1981). De alguna manera cierran el círculo…
Biff Byford estuvo postrado en cama de hospital por afección cardíaca y en primera instancia el nombre del disco iba a ser The Pilgrimage, pero optaron por la cita latina pues la encontraron mucho más positiva. De verdad que son tiempos en los que el optimismo se agradece. La portada es la muralla de Adriano, todavía con vestigios enteros en el norte de Inglaterra, siendo una fortificación ideada para mantener a los bárbaros fuera del imperio. Hubo grandes batallas en Britania, y aquí nos sirven de hilo conductor.
Estaríamos hablando del típico disco cumplidor de Saxon, ese disco que les sirve para tener excusa para girar y agregar algo nuevo entre los muchos clásicos. Funciona bien y sus fans lo aceptarán sin complicaciones. Estamos ante su disco número 23, así que disfrutemos de lo que nos ofrecen y demos gracia que exista una banda tan fiable y excepcional como Saxon.
“Carpe Diem” abre fuego con una intro incorporada, y un poco es el típico tema de apertura de los discos de Saxon, algo que llevan haciendo desde Killing Ground, y les funciona. Carnaza de directo y candidata a sobrevivir en futuros sets de directo, y Doug y Paul están de cine en este tema y a lo largo de todo el disco. El tratamiento de las guitarras es fenomenal.
Personalmente veo en “The Pilgrimage” la mejor composición de la obra siendo un medio tiempo marca de la casa y de los que te muestran todo el poder de Saxon. Va para futuro clásico y suena a lo que tiene que sonar. Un poco es el tema que resume el concepto y que refleja la portada. Antes tenemos a la rotunda “Age of Steam” en la que nos vamos a una producción digna del Painkiller. Recordemos que es Nibbs (el bajista) es el creador de riffs y que Andy está en los controles. Os diría que este es el disco más Judas de Saxon, y no sé si eso es realmente bueno…
Heavy metal por la vena es lo que hay en “Remember the Fallen” que funciona a golpe de riff, tiene un punto evocador y es pura electricidad. Sorprende puesto que es un tema muy ochentero, pero va en una onda más Judas Priest que Saxon. Toca destacar el gran papel de Biff en las voces. Esas mismas premisas sirven para la ultra-machacona y metálica “Supernova”, si bien esta vez, y a pesar del gran doble bombo de Glocker, la cosa queda a medias y no despega como debería. Es un tema con voces muy graves y se aleja un poco de lo que uno espera de Saxon.
“Lady in Gray” es más pausada, un medio tiempo con arreglos de teclado y poco más. En “All for One” volvemos al heavy metal de la vieja escuela, aunque otra vez en terrenos muy Judas. Quizá haya llegado a inspirar en el subconsciente el material de Raven, pues Byford se va a los agudos y a la NWOBHM. Es una de esas que no me importaría que cayesen en directo, pues con el arsenal de luces y esos lucimientos de guitarra realmente funcionan de veras. Luego hay una cabalgada puramente 80’s que es “Living on the Limit”, tan breve como directa, y con un espectacular trabajo de Nigel Glocker a las baquetas. De lo más agresivo que han grabado Saxon en toda su carrera.
“Black Night” funciona de coda y vuelve a sus balances y terrenos propios, aunque con afinaciones muy graves. Completa el acometido “Dambusters” de la que podríamos decir que casi, casi… llega a terrenos de power metal. Posiblemente es lo más Gamma Ray de Saxon, y no creo que eso sea bueno, por mucho que yo sea fan absoluto de Kai Hansen.
Carpe Diem es una celebración de la vida en plena pandemia y cumple expediente para unos Saxon que están encantados de seguir en el redil. Han tomado riesgos y han decidido sonar realmente agresivos y directos, pero la gente va a seguir demandando lo de siempre. Que un grupo que triunfó en los 80 sea capaz de ofrecerte material de esta magnitud es más que de agradecer, pero no van a ser recordados por esto ni mucho menos… Solo por “The Pilgrimage” creo que ya valió la pena hacer este disco.