Cartel prometedor el que nos ofreció Chroma Nation la noche del 19 de marzo, con Xaon, Diabolical, Krisiun y Septicflesh. Ciertamente, un poco heterogéneo en lo que se refiere a los estilos, pues Krisiun en mi opinión estaban un poco puestos con calzador… Pero vaya, eso no es obstáculo para disfrutar una vez más de una noche de sonidos atronadores y oscuros. Veamos que nos ofreció la velada.
Xaon
Podría mentir, pero no lo haré. Llegué tarde. El show empezaba a las 18:30 entre semana y me resultó imposible llegar a la hora de inicio del concierto de Xaon. Sin embargo, llegué para disfrutar de sus tres últimos temas. Lo primero que te llama la atención: una entrega sin parangón. Podrían haber salido a hacer un bolo burocráticamente correcto, pero ellos estaban dándolo todo sobre las tablas. El sonido era potente y correcto. Su vocalista Rob, lo que los pude ver, no paraba de hacer headbanging y animar el personal, destilando entusiasmo por lo que estaban haciendo y disfrutando de estar ahí. ¡Esa es la actitud! Cerraron su show con «Zarathustra», satisfechos por el trabajo realizado, de eso no hay duda.
Diabolical
Seguramente, Diabolical es la banda que más me gustó de la noche. 20 años de carrera los contemplan. Ese cruce de death, black sinfónico, con reminiscencias de Celtic Frost, me pareció sublime. A pesar de tener un sonido un pelín embarullado, supieron caldear la sala a base de riffs y una puesta en escena de lo más intimidante… No en vano, se trata de unos hombres muy corpulentos vestidos íntegramente de negro.
La noche la dedicaron a presentar su último álbum, Eclipse, lanzado en febrero de este mismo año, del cual ejecutaron un total de seis temas, entre ellos el hímnico “We are Diabolical” que sirvió de broche final a un concierto correcto y para que un servidor anote otra banda a seguir de forma regular. Ciertamente, parecían ideales para abrir antes de Septicflesh, pero eso estaba reservado para los brasileños Krisiun.
Krisiun
Como decir esto sin ofender a nadie… El resumen del concierto de los brasileños, en mi opinión es que se marcaron una gran actuación, con un sonido atronador, homenaje a Motörhead con cover del “Ace of Spades” incluida, pero a mí… no me gustó… y creo que no pegaban en la globalidad cartel. Pero claro, esa es mi opinión. Supongo que haters gonna hate, pero es lo que pienso honestamente. La entrega y ejecución está fuera de discusión, salieron a acabar con nosotros y pasaron como una apisonadora. Pero el estilo que practican dista mucho del que ofrecían el resto de bandas de la velada.
En este caso, Krisiun optó por un repertorio en el que repasaron lo más granado de su discografía. Así, “Ravager” abrió fuego con una intensidad inusitada. Se toman un respiro y nos vuelan la cabeza con “Combustion Inferno”, “Scourge of the Enthroned” y “Blood of Lions”. Se dirigieron al respetable entre canción y canción en español, cosa de agradecer. Esa pasión de la que hicieron gala los tres percutores fue devuelta de sobras con una sala entregada al frenesí violento de los brasileños. El punto álgido de la noche, como no podía ser de otra manera, fue cuando ejecutaron el “Ace of Spades” para locura del personal. Con “Vengeance’s Revelation” finalizaron su devastadora actuación, a un volumen inusitadamente alto.
Nada que objetar a una banda que se mantiene fiel a esa suerte de death/crust muy de la tradición brasileña.
Septicflesh
Después de la agridulce experiencia de su último concierto en Barcelona, muy corto, dejando al personal y nuestro director, Albert Vila, un poco fríos, tenía interés en ver como Septicflesh podían redimirse de aquello.
Es cierto que la gente ya estaba preparada para la descarga de los griegos, después del ensordecedor (literal) bolo de Krisiun. Pues bien, la cosa empieza un poco rara: unos 10 minutos de sala a oscuras, juego de luces y música de introducción… Bueno, quizás un poco excesivo, ¿no?
Después de esta introducción, saltan los componentes de la banda y se lanzan al público barcelonés a las notas de «Portrait of a Headless Man» de Codex Omega (2017). Buen sonido. Los cuatro bien puestos, cada uno en lo que resultaría ser su zona de confort, y Spiros en sus labores de bajo y frontman llevando el peso del show. Buen juego de luces y efectos de humo, tratándose de una sala de media capacidad, que no permite grandes alardes técnicos.
Es cierto que la propuesta de los helenos necesita del apoyo, a menudo, de introducciones pregrabadas/orquestales. Sorprendentemente, pesó más el sonido de la banda y el sonido más orgánico que no las bases pregrabadas (excepto, como he comentado, al inicio del show).
Después irían cayendo sin dilación: «Pyramid God», «Martyr», «Prototype» y «Enemy of Truth» para desembocar en la celebrada, y que da título al disco de 2008 «Communion». Llegados a este punto, me da la sensación que Septicflesh se saben ganadores de la velada. La sala está entregada al máximo y ellos se están gustando.
La segunda parte del concierto sigue en ascendente, y las intervenciones de Spiros para comunicarse con sus «My friends!» son continuas entre tema y tema. Después de una celebrada «Lovecraft’s Death», enfilaron el tramo final del repertorio con «Prometheus», «Persepolis» y «Anubis» después de la cual se retiraron al camerino, para cerrar definitivamente con «Black Art».
En mi opinión, Septicflesh, superaron con creces las expectativas y se redimieron de su última visita. Caras de felicidad y satisfacción al salir de la sala. ¡Buen trabajo!
Sant Boi-Barcelona-Arenys de Mar. Padre y Metalhead. Desbordado por tanta música que escuchar y poco tiempo para disfrutarla. En el Universo solo hay dos cosas claras: In vino veritas y Metallica es la banda más grande de todos los tiempos (quizás solo una sea cierta, y no tenga que ver con la verdad). Death, black, doom, sludge, hardcore, thrash… a menudo: pop, rock, indie, electrónica, hip hop… en resumen, la música es mi pasión.