Entrevista a Sergi Ramos, director de The Metal Circus (II): ‘Hubo un momento en España que los periodistas eran más rock stars que las propias rock stars y no eran suficientemente profesionales’

Mientras esperamos la comida puedo ir hojeando las dos Metal Hammers que hay en la actualidad y la verdad es que no hay color. Más allá de que quién se quede con la cabecera original me queda bastante claro que, en cuanto a contenidos, una de las facciones tendrá que trabajar mucho para llegar al nivel de la otra. Y ya no entremos en temas de publicidad… En fin, a mí el tema de Metal Hammer está en el candelero, pero yo soy más de Popular 1. Entiendo que es noticia y que sus lectores necesitan respuestas.

Antes Sergi Ramos le da un repaso a los aciertos y desaciertos de algunos de los grandes nombres de este país, también aporta una visión (con nombres) de qué grupos van a poder llegar a tocar en grandes estadios cuando las grandes bandas desaparezcan. Finalizando la entrega de hoy hay una interesante reflexión del por qué las nuevas generaciones no viven la música con la misma intensidad que la vivíamos nosotros en nuestros tiempos mozos. Hablando de todo esto me empiezo a sentir como un pacazo senior.

Estamos en la segunda entrega y mira que quedan temas… las locuras perpetradas en el programa Electric Circus, el día que la madre de Sergi salvó un festival con Amon Amarth de cabezas de cartel, la crisis de Metal Hammer

El foro de Themetalcircus hubo un momento en esos días andaba a la par con el de Rafabasa.com…

No… la verdad es que no. El foro de Rafabasa.com era muy potente. Era uno de los mayores hervideros del metal patrio entre 2002 y 2008. Para lo bueno y para lo malo. Allí salían todos los tics, buenos y malos, de lo que es ser heavy en este país. Recuerdo perfectamente esa batalla forera entre Rafa Basa y Mariano Muniesa en aquel post en el que Muniesa amenazaba a Rafa Basa de denunciarle de que permitiera que se publicaran cosas en su contra. No recuerdo el motivo, pero recuerdo el hecho. 

Juraría que hubo un forero que empezó a revelar muchos datos de Muniesa. Desde lo que cobraba en su día por poner publicidad en su revista o programa de radio. No sé si era Rock Hard la revista o Rock Star el programa de radio… Listados de precios y también le acusaba de críticas de sus libros hechas por él bajo seudónimo femenino de Claudia Bonetti.

Y Gloria Rogers (risas).

El caso es que hubo alguien que empezó a atacar a Mariano y se picó. Para mí Muniesa ha sido referente y ejemplo. Yo empecé leyéndolo a él y bueno… luego hay la parte del negocio y considero que cada uno debe buscar el modo de vivir de ello.

Bueno… Muniesa siempre ha sido un tío controvertido. Lo ha sido y lo seguirá siendo. A mí hace poco me atacó por el mítico incidente del difunto Mariano García y su entrevista con Warcry en el que los entrevistó con un estado etílico importante. Entrevistó con “poca gracia” a Víctor García de Warcry. Yo sólo les pregunté por ese programa y su mítica anécdota 10 años después. Hice sólo un par de preguntas y monté una noticia subiéndola en la web de Themetalcircus y Mariano (Muniesa) entró a cuchillo en nuestro Facebook llamándome “ser humano de la peor calaña”.  Al final Mariano Muniesa es un tío que ha sido muy importante en el heavy metal de este país y que su trabajo como periodista sentó cátedra durante varios años siendo uno de los periodistas con personalidad grande, ¡mayúscula! Que ha estado muy por encima de la labor que hace, pero que con el paso de los años tuvo complicado el adaptarse a los tiempos, considero. Sí que lo hizo con los libros que editó con Quarentena ediciones, que algunos de ellos son muy buenos, pero que no supo adaptarse al paso de las nuevas generaciones y tuvimos una cierta relación de amor-odio. Ten en cuenta que yo estuve colaborando en los primeros números de su revista Rock Hard en el año 2000. Tuvimos varios desacuerdos que nos llevaron a dejar de trabajar juntos. A mí con 16 años había ciertas actitudes que no estaba dispuesto a tolerar y tuve claro que mi camino era otro, mucho más independiente. Le agradezco las muchas oportunidades que me dio puesto que Mariano Muniesa fue quien me permitió empezar en Kerrang cuando yo sólo tenía 14 años. Después de eso me llamó para ver si estaba “en su barco”. El entrar en Rock Hard con la condición de no escribir más para Kerrang. Te hablo de hace 21 años. Después de seis números con la revista tuvimos un desacuerdo a voces por teléfono y yo dije “hasta aquí hemos llegado”. Y sin más, sin acritud… luego nos hemos ido encontrando con el paso de los años, una actitud correcta y cordial, aunque a veces con cierta actitud por su parte en las redes que tampoco he comprendido demasiado.

Sinceramente te digo que, si vuelvo a entrevistar a Warcry, sí les preguntaría por esa entrevista mítica de Mariano García… 

Esa entrevista mítica y ese vídeo en Youtube animado que es mejor que la propia entrevista. Yo entiendo que para quien conociera a Mariano García ver esa decadencia de su figura puede ser duro…Pues vale, pero para mucha gente que no era consciente de lo que había hecho ese señor para el rock de este país, aquello era simplemente divertido, decadente. Pero también te digo…  se expuso a eso mismo. Era una figura pública. Debería haber tenido a alguien que le frenase ante lo que estaba pasando en antena…

https://www.youtube.com/watch?v=XjxPOTShOio

Hubo mucha gente, es más, su móvil no paró de sonar en antena.

Pues no hubo nadie a quien le hiciese suficiente caso para sacarlo del directo. Pero bueno, sí que hay una serie de gente de importancia capital dentro del rock duro de este país, especialmente en los años 80 y 90, si bien es cierto que su importancia vino dada porque estaban en el momento adecuado y en el sitio adecuado. Y en la década adecuada. Sus actitudes en algunos casos era más que criticables, algunos tenían un escaso o nulo conocimiento del inglés, tenían que usar traductores para entrevistar a los grupos y en ocasiones había carencia de profesionalidad más que evidente. Vamos a ver… que eran más rock starsque las propias rock stars del momento… Yo creo que muchos de aquellos periodistas no eran suficientemente profesionales y le dieron un cierto halo negro a este negocio. Algo que en este país ha sido horroroso, y a día de hoy todavía nos estamos quitando de encima ese halo negro. Aquí nadie suele pensar en las figuras del periodismo rockero del mismo modo que en las respetadas figuras del periodismo rock internacional. Hay allí fuera firmas reconocidísimas que lo que dicen a día de hoy, en pleno 2020, todavía va a misa. Aquí eso no existe porque algunos de ellos se han ocupado a lo largo de los años de menoscabar esta profesión y darle un aire folclórico más que profesional.

Vamos a cambiar de tercio… Tus bandas favoritas han sido siempre Kiss, Queen, Van Halen, Gary Moore…

Y Pink Floyd y AC/DC.

Pero siempre te ha sido algo difícil eso de abrirte a nuevos estilos. ¿Sigue siendo así?

Me vuelvo más conservador con el paso de los años. Es decir, a medida que van apareciendo las copias, de las copias, de las copias… Uno entiende que puedan ser importantes para un chaval de 20 años, pero si tienes una cierta edad y has escuchado música, no te queda más que volver a los clásicos y decirte a ti mismo eso de: ‘esto ya se hizo’. ¿Uno puede entender el homenaje? ¿Uno puede entender la cierta falta de evolución existente? Pues bueno, al fin y al cabo, todo se trata de jugar con una determinada cantidad de notas, uno puede hacer determinadas cosas y la guitarra tiene una determinada cantidad de trastes… Para escuchar a ciertas bandas de progen pleno 2020, pues la verdad, prefiero ponerme, no sé, el Delicate Sound of Thunder de Pink Floyd, especialmente si tengo que escribir. Uno siempre prefiere cosas conocidas de fondo, que no te hagan pensar demasiado y es algo que también sucede con las películas o las series.  

Sí que es cierto que me vuelvo conservador, pero la misma dinámica del negocio te obliga a estar al día, entonces tienes que estar escuchando, tienes que estar escuchando a Parkway Drive, tienes que estar escuchando a Ghost, a Sabaton, a Lamb of God… Tienes que estar escuchando a muchas bandas que, de otra manera, si hubiese cogido el estilo ese pasivo que tienen muchos de los que suelen decirte eso de ‘yo antes era jebi como tú’, y que sólo escuchaban lo que sonaba en ese momento o lo que les sonaba familiar cuando tenía 20 años… pues probablemente hubiera acabado como ellos. La dinámica del negocio te obliga hoy a estar escuchando el hard rockde Eclipse o a Parkway Drive, o la infinidad de bandas que están allí, y que si están allí es por algo. También es cierto que las bandas grandes lo son porque se quiere que se hagan grandes, es decir, nadie en su sano juicio debería pensar que Guns N’ Roses o Metallica son simplemente grandes porque su música lo valía. Evidentemente que un disco como Appetite for Destruction o un Black Album de Metallica son discos de importancia incontestable, pero había allí una campaña de marketing muy importante detrás. Hemos estado siendo impactados durante lustros por esas canciones, esos estribillos y esos vídeos y eso es algo que no todas las bandas tienen, porque no existe esa capacidad de absorción por parte del gran público ni ese presupuesto de marketing. Entonces, muchas veces nos encontramos en que nos volvemos más clásicos porque eso es lo que más nos suena. Y lo es porque es con lo que más nos han bombardeado a lo largo de los últimos años. Tampoco tenemos la misma capacidad de absorción en el año 2020 que hace 20 o 25 años.

Y ya que estamos ¿Qué bandas crees que va a relevar a los grandes cuando se termine la era de los dinosaurios?

Pues sobre lo que me comentas tuve una conversación con el bajista de Sabaton, Par, que además es el manager de la banda y me tocó llevarlo de promoción por Madrid. La primera noche fuimos de copas antes de ir al hotel para romper el hielo y prepararnos para el siguiente día. No nos conocíamos más allá de la parte periodística. Esta vez estaba yo como responsable de Nuclear Blast España, su sello actual. Estábamos hablando y me comentó que alguien en Suecia (no recuerdo quién), encargó un estudio sobre las bandas que podrían llenar en un futuro grandes pabellones.  

Esos recintos estaban preocupados para poder anticipar quién podría llenarlos en un futuro más allá de los eventos deportivos. El baloncesto y los grandes deportes estarán allí, pero… ¿y qué clase de macro-conciertos se van a poder celebrar allí?  Piensa que la barra de un macro-concierto no es la barra de un partido de básquet o de futbol. Entonces se encargó un estudio para determinar que bandas eran las que tenían mayor futuro comercial y que tendrían la posibilidad de ser grupos de estadio. Y los nombres que salían eran los de Parkway Drive, Ghost, Sabaton. Si os dais cuenta son las bandas a las que se les están insuflando mucho, mucho dinero en producción. Ahí tenemos el caso de Ghost. Cuando a Ghost los escuchabas en todas las puñeteras listas de Spotifyes porque alguien está metiendo mucho dinero para que el grupo suene, y que, en una óptica de Barcelona donde tienen Spotify como hilo musical, después de Queen suene Ghost. Que suene “Dance Macabre”, algo muy comercial. Eso no sucede por casualidad y es el equivalente al Payola (pagar por ser radiado).

Suena el grupo, es escuchado, nos crea una cierta familiaridad con el artista, sus melodías nos calan dentro, especialmente en tiempos de algoritmos. Y todo esto termina con que ese artista que tocaba en el Apolo pasa a tocar en el Razzmatazz, del Razz al Sant Jordi Club y quizá algún día se llegue a plantear por cuestiones de imagen y producción el llegar a tocar en todo un Palau Sant Jordi.

¿Y no te dejas a Nightwish y a Amon Amarth?

Es que hay un problema con las propuestas de música más extrema…

A ver, Amon Amarth van a terminar sonando como Iron Maiden…

Sí, pero yo creo que Amon Amarth no pueden ser comparados con Iron Maiden a pesar de que sí que en las melodías de las guitarras de su último disco van en esa dirección y tienen un toque muy coreable y maidenesco de toda la vida. Yo creo que al final las voces guturales penalizan mucho a los grupos. Sí, algunos se han hecho muy populares y tocan en sitios muy grandes, pero no sé hasta que punto son bandas que tu madre o tu padre puedan llegar a recordar dentro de 25 años. Es decir: hay un punto de rechazo hacia la brutalidad o los extremos de su música que les penalizará irremediablemente a la hora de hacerse grandes. El de Arch Enemy es otro caso en que progresivamente se van haciendo más grandes y van tocando en recintos mayores. Pero qué sabré yo. System of a Down hace 25 años tocaban, sino recuerdo mal con Sepultura y Slayer en un Palau de La Vall d’Hebrón en Barcelona para unas 5000 personas aproximadamente. Ahora mismo un cartel como ese te llenaría el Sant Jordi. Son otros tiempos.

Luego veo que desde Nuclear Blastse intenta aupar a Amaranthe poco a poco y que Steven Wilson probablemente llegue a los grandes escenarios, pero es otro rollo. Él no quiere repetirse y un poco se basa más en David Bowie. Para llegar a mucha, mucha gente tienes que hacer música para mucha, mucha gente… y eso necesita de comercialidad.

Se intenta replicar a los grandes artistas anteriores para conseguirlo. Pero el gran problema de todo esto es que la gente actualmente ya no tiene tan pocos estímulos como hace 35 o 40 años. Hace 40 años los estímulos de las personas eran leer, escuchar música, ver televisión o pegarle patadas a una pelota en el parque. Vivimos en tiempos en los que uno puede crear una bomba en su comedor o montar una Start upy meterse en una ronda de financiación de inversores sin salir de su casa. Puedes hacer lo que te dé la gana. Puedes grabar tu propio The Wall tocando la batería con la polla y la guitarra con los dedos en tu baño. Hay multitud de estímulos y sino, puedes perder el tiempo infinitamente en Tindero Grindr. Hay muchas redes sociales a tu disposición.  

La música es menos importante proporcionalmente hablando de lo que era hace 40 años y ese es uno de los grandes problemas para los artistas. Ellos pueden hacer propuestas espectaculares pero la gente va a estar mucho menos dispuesta a dedicarles tiempo y atención de lo que les prestaban hace 40 años. Hace cuatro décadas tu pillabas el The Wall de Pink Floyd y te empapabas de él. Leías los créditos, la portada, los mil detalles, escuchabas la música y ese podía ser tu alimento espiritual durante todo el próximo año. También lo fue para mí en la década de los 90. Mi primer vinilo fue Highway to Hell y mi primer disco en directo el AC/DC Live del año 1992. Te podría decir incluso la duración en minutos y segundos de cada pista del CD. Por ejemplo: “Thunderstruck duraba “6:34”… Uno se enganchaba a esos discos porque no había otra cosa más que hacer, era tu único estímulo del momento. A día de hoy hay que hablar ya de canciones, no de discos y la atención que le dedican las nuevas generaciones a los nuevos artistas es mucho más limitada que antes.

Eso lo veo con mis alumnos de 16 a 21 años que visten camisetas de Guns N’ Roses. Les preguntas por su disco favorito y claro… no te entienden del todo. O las mil camisetas que visten de Ramones. Les dices: ¿Sabes que esto es un grupo de música? Y te responden: ¿Ah sí?, ¡creía que era un país! Y claro, luego tienes que explicar que los Ramones es algo mucho más grande que un país. Ellos son fans de canciones y tampoco pierden mucho el tiempo en saber quién ha escrito la canción o quién la canta.

Y ha ido mucho más allá de las canciones. Las nuevas generaciones son fans de logotipos y de estéticas. Yo dudo mucho que cualquiera que compró camisetas de Megadeth de la línea que vendió Bershka hace un par de años haya escuchado el “Holy Wars” en su puta vida… o que llegue a escucharlo siquiera. 

Jordi Tàrrega
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Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.